Crean unas lentillas que permiten ver con los ojos cerrados

Publicado el 22/05/2025 por Diario Tecnología
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Ver lo invisible ya no es cosa de cómics de superhéroes o del cine de ciencia ficción. Un equipo de científicos de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China afirma, en un artículo publicado en la revista ' Cell ', que ha creado unas lentillas que permiten a los humanos percibir la luz infrarroja , una forma de radiación que el ojo humano no puede captar por sí sola. A diferencia de dispositivos como las gafas de visión nocturna, que se utilizan hasta el momento para ello, las nuevas lentes de contacto no requieren batería ni ningún tipo de alimentación externa; y tampoco abultan absolutamente nada. A primera vista, parecen unas lentillas como cualquier otras . Nadie se imaginaría que esta tecnología, que se lleva directamente en el ojo, abre una puerta sensorial a un espectro que siempre nos ha rodeado, pero que nunca habíamos podido observar de forma natural. «Nuestra investigación abre la posibilidad de que los dispositivos portátiles no invasivos proporcionen supervisión a las personas», afirma el autor principal del estudio, el neurocientífico Tian Xue. «Este material tiene muchas aplicaciones potenciales inmediatas. Por ejemplo, la luz infrarroja parpadeante podría utilizarse para transmitir información en entornos de seguridad; también podría ser útil en labores de rescate, cifrado o para combatir las falsificaciones », prosigue el investigador. Las lentes desarrolladas reciben el nombre de UCLs (lentes de contacto de conversión ascendente) y son capaces de captar la luz infrarroja. Funcionan gracias al uso de diminutas nanopartículas de conversión ascendente. A pesar de su nombre técnico, su función es sencilla de entender: actúan como traductoras de luz infrarroja, que es la que emiten muchos objetos calientes o fuentes de energía. Las lentillas, en concreto, son capaces de capturarla y convertirla en luz visible que sí puede percibir el ojo humano. Las UCLs ya han sido probadas tanto en ratones como en personas . En los ensayos con animales, los roedores equipados mostraron reacciones claras ante estímulos infrarrojos: evitaban zonas iluminadas con infrarrojos o respondían con reflejos automáticos a la luz, incluso con los ojos cerrados. Por su parte, los participantes humanos fueron capaces de ver la luz invisible de forma parpadeante, como si se tratase de código morse. Y eso no cambiaba ni siquiera cuando tenían los ojos cerrados. Por el contrario, veían hasta mejor. «Descubrimos que, al cerrar los ojos, el sujeto recibía aún mejor esta información parpadeante, ya que la luz infrarroja cercana penetra el párpado con mayor eficacia que la luz visible, por lo que hay menos interferencia de la luz visible», dice Tian Xue. Pero el equipo fue aún más lejos. No solo quería que los usuarios fuesen capaces de ver luz infrarroja, sino también de distinguirla entre distintos tipos. Gracias al ingenio, la luz invisible, que es la que se encuentra por por debajo de 380 nm (nanómetros) o por encima de los 750, pasó a adoptar un color concreto. Las longitudes de onda infrarrojas de 980 nm se convirtieron en luz azul, las de 808 en verde y las de 1.532 en roja. Además de permitir a los usuarios percibir con mayor detalle dentro del espectro infrarrojo, estas nanopartículas codificadoras por colores podrían modificarse para ayudar a las personas daltónicas a ver longitudes de onda que de otro modo no podrían detectar, según los investigadores. «Al convertir la luz roja visible en algo parecido a la luz verde visible, esta tecnología podría hacer visible lo invisible para estas personas«, señala el investigador de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China. Pero el equipo detrás de las lentes tampoco se quedó ahí. También desarrolló un pequeño sistema de gafas con lentes que dirigen la luz de forma precisa a través de las lentillas . Gracias a este, los participantes en el estudio fueron capaces de distinguir formas y patrones alcanzando niveles de resolución similares a los de la visión humana normal. Con todo, los investigadores dejan claro que las lentillas todavía tienen limitaciones. En estos momentos solo son capaces de detectar la radiación proyectada desde una fuente de luz LED; además, las lentillas no permiten una visión infrarroja de alta definición, ya que la luz convertida pierde su direccionalidad al dispersarse. En el futuro, podrían explorarse nuevas formas de guiar mejor esa luz dentro de la lente o ampliar el rango de colores infrarrojos que las nanopartículas son capaces de traducir. «En el futuro, trabajando junto con científicos de materiales y expertos en óptica, esperamos fabricar una lente de contacto con una resolución espacial más precisa y una mayor sensibilidad», afirma Xue. Sea como sea, en palabras de los autores, el ingenio representa un primer paso para que los humanos comiencen a ver luces que anteriormente eran imperceptibles, algo que podría redefinir cómo vemos el mundo y abrir una nueva dimensión sensorial con aplicaciones potenciales en la ciencia, la medicina, la seguridad y hasta el arte.