China está construyendo el telescopio más grande del mundo. La pregunta es por qué lo está haciendo en secreto
Publicado el 29/07/2025 por Diario Tecnología Artículo original
En el selecto club de los observatorios astronómicos de primer nivel, todos los proyectos se anuncian a bombo y platillo con décadas de antelación. China en cambio está construyendo un gigantesco telescopio de 14 metros y medio en la meseta tibetana sin haberlo anunciado oficialmente.
Las suspicacias estadounidenses. Un artículo del Wall Street Journal ha levantado la liebre. Un telescopio de ese tamaño no solo rivalizaría con los observatorios más potentes de Occidente, sino que, si se terminase a tiempo, se convertiría temporalmente en el telescopio óptico terrestre más grande del mundo.
La pregunta que, según el Journal, resuena en los pasillos de Harvard y la NASA no es si lo están construyendo, sino por qué lo hacen con sigilo.
Las pistas que llegan de China. Robert Kirshner, profesor emérito de Harvard y líder del Telescopio de Treinta Metros, el proyecto estadounidense que ahora quiere España, ha sido uno de los principales detectives en esta trama. Las pistas, aunque discretas, son contundentes:
- En enero, la empresa estatal Nanjing Astronomical Instruments publicó en redes sociales que había ganado una licitación de 22 millones de dólares para construir la cúpula de un telescopio con un espejo de 14,5 metros
- En abril, unos estudiantes que visitaron un instituto científico mencionaron en otra publicación que los investigadores les habían mostrado la configuración de los espejos para un telescopio de ese mismo tamaño
- Un destacado astrónomo chino declaró a medios estatales que uno de sus objetivos era terminar "el telescopio de 14,5 metros" antes de su jubilación
Pekín ha adoptado un perfil bajo. Lo anómalo de este caso es que las instituciones chinas no celebren también su soberanía tecnológica con el triunfalismo habitual en este tipo de proyectos. China, que no duda en celebrar otros hitos espaciales, aquí ha optado por un perfil bajo.
Un rastro claro de licitaciones. Los documentos técnicos son dispersos, pero pintan una imagen clara de un proyecto en fase avanzada de desarrollo. La prueba principal es la licitación de su componente más visible: la cúpula. Un anuncio público de la Academia China de Ciencias buscaba ofertas para el "proyecto de adquisición de la cúpula del telescopio óptico/infrarrojo de 14,5 m", con una fecha límite fijada para noviembre de 2024.
Por otro lado, un memorando del Observatorio Astronómico Nacional de China justifica la compra de detectores infrarrojos, describiendo el proyecto como "un gran telescopio astronómico para alcanzar la cima de la ciencia y la tecnología". En paralelo, publicaba ofertas de empleo para "el telescopio de propósito general de mayor calibre en construcción en nuestro país". Incluso buscaba personal para la gestión de archivos de ingeniería del sistema, una señal inequívoca de que la fase de diseño había dado paso a la de construcción.
¿Por qué no anunciarlo entonces? Matt Mountain, presidente de la organización AURA, que gestiona los observatorios Hubble y James Webb para la NASA, plantea dos hipótesis. La primera es de carácter militar: un telescopio capaz de obtener imágenes nítidas de una galaxia a millones de años luz también puede observar con una resolución sin precedentes los satélites espía de otras naciones en el espacio. El dominio del cielo no es solo científico, sino también estratégico, como venimos viendo en la órbita terrestre desde hace años.
La segunda hipótesis es una jugada a largo plazo para el liderazgo tecnológico. Mountain lo describe de forma brillante: "La astronomía es la droga de entrada para la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas". Invertir en proyectos inspiradores como un telescopio gigante es la mejor forma de animar a toda una generación de jóvenes a estudiar carreras STEM, asegurando que China pueda superar a Estados Unidos en las próximas décadas.
El telescopio más grande, por un tiempo. Para entender la magnitud de este proyecto, hay que ponerlo en contexto. El espejo del telescopio espacial Hubble mide 2,4 metros; el del Webb, 6,5 metros. Los cuatro telescopios ópticos más grandes de la Tierra rondan los 10 metros de diámetro. Si China completa su telescopio de 14,5 metros pronto, empequeñecería a todos los observatorios existentes hasta que los de nueva generación vieran la luz.
Precisamente estos días ha estado en boca de todos el Telescopio de Treinta Metros (TMT) que Estados Unidos iba a construir en Hawái. Tras convertirse en una de las víctimas de los recortes en ciencia de Trump, el Gobierno de España ha ofrecido 400 millones de euros para que se construya en la isla de La Palma, en Canarias. Aunque su ubicación final aún está por decidir.
Imagen | Universidad de Pekín
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