Algunos de los países más calurosos son los que más gusto tienen por el picante. Tiene todo el sentido del mundo

Publicado el 01/07/2025 por Diario Tecnología
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Algunos de los países más calurosos son los que más gusto tienen por el picante. Tiene todo el sentido del mundo

El picante no es considerado un sabor al uso pero es un elemento clave en muchas gastronomías. Puede llamarnos la atención el hecho de que algunos de los países con mayor afición por el picante estén entre los países más cálidos del mundo, algo contraintuitivo si atendemos a que el principal efecto de este condimento tiene mucho que ver, precisamente, con el calor.

Existen diversos tipos de picante pero nos referimos con ello a uno concreto, el picante abrasador de los alimentos que contienen capsaicina. La capsaicina es una molécula que ocurre de forma natural en algunas plantas del género Capsicum, las plantas que nos dan toda la variedad de pimientos, guindillas, chiles o ñoras, si bien no siempre estos frutos contienen concentraciones perceptibles de este compuesto.

Suele considerarse que las plantas de este género sintetizan este compuesto como mecanismo de defensa para proteger sus frutos y con ellos sus semillas. Sin embargo hoy en día el ser humano cultiva distintas variedades de las plantas con el fin de controlar las concentraciones de capsaicina y, con ello, controlar el grado de picor que causa el fruto.

Muy a menudo esto se hace con el fin no de reducir la presencia de la molécula sino para crear variedades aún más picantes.

Existen muchas hipótesis sobre el por qué de la afición por el picante y las especias en ciertos países más cercanos al trópico, aunque no existen argumentos científicos que respalden ninguna en concreto. Por ejemplo la idea de que estos condimentos se utilizan para evitar la proliferación de microorganismos patógenos está prácticamente descartada.

Lo que sí sabemos es que, en determinadas condiciones, el picante puede ayudarnos a rebajar la temperatura, por contradictorio que parezca. La capsaicina funciona activando los receptores nerviosos encargados de avisarnos de la sensación de quemado. En otras palabras, este compuesto nos engaña haciéndonos pensar que nos estamos abrasando.

En ese engaño está la gran utilidad de los alimentos picantes con altas temperaturas: la sensación de calor puede hacer que rompamos a sudar cuando comemos el picante, lo que facilita que nuestro cuerpo expulse parte del calor que va acumulando. Algo parecido podemos experimentar cuando tomamos una bebida caliente cuando los termómetros van indicando un aumento de las temperaturas.

Eso sí, hay un “pero”. El sudor es en su mayor parte agua que transporta parte de nuestro calor corporal al exterior de nuestra piel. Una vez ahí este agua se evapora llevándose consigo el calor. Pero no siempre: en condiciones de humedad alta el sudor tarda en evaporarse, lo que implica que el picante o las bebidas calientes solo funcionan cuando no excedemos ciertos niveles de humedad en el ambiente. También cabe recordar que el sudor nos hace perder agua, por lo que reponerla es indispensable.

La comida, un aliado

No hace falta recurrir al picante si lo que queremos es alimentarnos y afrontar de paso las altas temperaturas. Algunas comidas pueden ayudarnos a rebajar el calor en nuestro cuerpo y, sobre todo, pueden ayudarnos a mantenernos hidratados, algo fundamental cuando el calor aprieta.

En este sentido, las frutas pueden ser especialmente útiles. Frutas como la sandía y el melón pueden aportarnos una importante cantidad de agua cuando las consumimos, pero también lo hacen verduras como el tomate, el pepino y la lechuga.

Las bebidas calientes pueden ayudarnos en algunos contextos pero en general evitar la comida muy caliente puede ser una buena idea, especialmente si tenemos que cocinar en casa, ya que esto implicará que estaremos generando calor residual en nuestro propio hogar, calor que puede tardar en desvanecerse si no ventilamos con propiedad.

El picante, las bebidas calientes y la fruta fresca pueden ser formas de mantener nuestro confort térmico en circunstancias extremas pero una ola de calor exige que tomemos medidas de distinta índole para asegurar nuestro bienestar físico y así no llevarnos un susto.

Evitar las horas de alta insolación o aquellas en las que la temperatura alcance picos, buscar la sombra, mantenernos hidratados, y evitar actividades exigentes a nivel físico como el ejercicio también son precauciones a tomar en días como los que estamos viviendo durante esta ola de calor.

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Imagen | Qurratul Ayin Sadia / Alvin

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