40 años estudiando a la juventud española dan la razón a la Gen Z: nunca hubo tanta diferencia de dinero entre jóvenes y mayores

Publicado el 01/07/2025 por Diario Tecnología
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40 años estudiando a la juventud española dan la razón a la Gen Z: nunca hubo tanta diferencia de dinero entre jóvenes y mayores

Vemos a menudo cómo son los jefes mayores que se quejan de la actitud de la generación Z hacia sus empresas, y también son muchos los estudios que demuestran que sus quejas constantes no son infundadas. También en España. Hace unos días vimos un estudio muy relevante, ya que es del Injuve que mostraba que la gente de la llamada Gen Z en realidad se esfuerza por estudiar y trabajar en muchos de los casos.

Coincide que esta año la institución, el Instituto de la Juventud de España, cumple 40 años realizando análisis de la situación para los jóvenes españoles en cada década y la comparación que hace da bastante razón a las quejas propias de los pofesionales jóvenes de hoy: su poder adquisitivo es mucho menor, a pesar de la subida de los salarios. Los Informes Juventud en España son estudios que se realizan cada cuatro años desde 1985.

Algo muy signitificativo de la comparativa que hacen ahora es la evolución de la población juvenil y sus circunstancias, comparando los ingresos y la riqueza de las distintas cohortes generacionales. La dinámica de las dos últimas décadas muestra una clara tendencia hacia un aumento de la desigualdad económica generacional, especialmente tras la crisis financiera de 2008, siendo la infancia y la juventud (los menores de 35 años) las cohortes más perjudicadas en este proceso, que contrasta con el aumento relativo de los ingresos de las personas mayores de 75 años.

La gente joven tiene un menor poder adquisitivo

Hace unos días, vimos un estudio de la agencia de informes crediticios TransUnion que concluyó que las personas de veintitantos años ganan menos, tienen más deudas y se enfrentan a tasas de morosidad más altas que los millennials cuando tenían su edad.

La investigación comparó los ingresos de personas de 22 a 24 años con el de los millennials, que tenían entre 22 y 24 años hace 10 años. Descubrió que hoy en día los veinteañeros se llevan a casa alrededor de 45.500 dólares, mientras que los millennials de su edad ganaban 51.852 dólares si se ajusta a la inflación.

También vimos cómo en redes sociales la gente se queja de este tema y recuerdan a los boomers lo difícil que puede ser trabajar todos los días para no tener dinero ni para pagar un alquiler e independizarse.

Ahora el Injuve muestra que mientras que la población mayor de 75 años ha duplicado su riqueza neta en el periodo de 2002 a 2022, la población joven ha visto disminuir su riqueza hasta tener en 2022 una quinta parte del valor que tenía en 2005. Las franjas de edad de 35 a 44 años y de 45 a 54 años también han experimentado una disminución en su riqueza neta entre 2002 y 2022, especialmente a raíz de la crisis de 2008.

En cambio, la franja de 65 a 74 años ha experimentado un incremento sustancial en su patrimonio mediano, con un aumento de más del 50 % entre 2002 y 2022. "Esto indica una fuerte dificultad para acceder a la principal fuente de acumulación de patrimonio en España, que es la vivienda en régimen de propiedad", explica el estudio. Este hecho está creando una gran brecha en nuestra sociedad entre quienes son propietarios de vivienda y aquellos que no lo son.

"Al fijarse en la evolución de la renta mediana por hogar de la población española se puede apreciar un notable incremento de la renta de las franjas de población de 65 a 74 años y de más de 75 años y una gran disminución de la renta en términos reales de las personas menores de 35 años, que pasaron de una renta de 36.000 euros en el año 2002 a 29.000 euros en 2022".

Esto es una disminución de la renta real del 20% en 20 años, mientras que la población mayor de 75 años tuvo un incremento de la renta del 40 % en el mismo periodo.

La dificultad de emanciparse sin ayuda

Otra frase del estudio que merece la pena destacar aquí es que recuerdan los investigadores que los criterios de emancipación no son tan claros como lo eran hace 40 años.

Por una parte, aunque las personas jóvenes estén trabajando y sean capaces de autoadministrarse, la inestabilidad laboral y el trabajo discontinuo o a tiempo parcial hace que muchas de ellas sigan dependiendo de la ayuda familiar (transferencia de padres o incluso abuelos) o del estado (rentas de inserción, ingreso mínimo vital, y otras).

Por otra parte, la independencia residencial se ha postergado por el encarecimiento de la vivienda, tanto de propiedad como de alquiler, sobre todo en las grandes ciudades, lo que ha comportado nuevas formas de convivencia. Y ven que, como la gente se queda durante más años en casa de sus padres, esto alarga la fase durante la cual las personas siguen teniendo un estilo de vida cercano a la juventud en relación con el consumo de ocio y la cultura digital.


España en 1984 vs España en 2024

Explican en el estudio que:

"Muchas cosas han cambiado en la juventud española a lo largo de estos 40 años. En 1984 el país acababa de superar un intento de golpe de estado, estaba a punto de entrar en la Unión Europea y, con la aprobación del derecho al voto a los 18 años tras las primeras elecciones democráticas, las políticas de juventud parecían una prioridad política que, desde el Estado central, se iría transfiriendo a las comunidades autónomas y a los municipios".

Otro asunto de aquella época, el lado luminoso de esa generación fue su protagonismo en el espacio público, las movidas musicales y la apertura internacional, pero el lado oscuro se cebó en un aumento galopante de las tasas de paro juvenil, las lacras de la heroína y de nuevas formas de marginalidad juvenil.

En 2024, recuerda el informe, la juventud española se sitúa en la encrucijada de una triple crisis generacional: la crisis económica procedente de la recesión de 2008 y sus secuelas, expresada en forma de precariedad laboral, el retroceso educativo y declive del estado del bienestar. 

Por otro lado, la crisis sanitaria de la pandemia del coronavirus de 2020) expresada en forma de aceleración de la digitalización y la puesta de manifiesto de problemas latentes de salud mental; y finalmente la crisis climática y bélica que dibuja negros nubarrones sobre el futuro de la siguiente generación, pese a que el ambicioso programa europeo para combatirlos se haya bautizado como Next Generation.

En 1983 más del 40% de estos jóvenes trabajaba o buscaba trabajo. En cambio, en 2023 solo el 13% lo hacía; por tanto, se puede ver cómo el periodo formativo de la población española se ha alargado significativamente, retrasándose la incorporación al mercado laboral. 

Por el contrario, para la franja de 20 a 24 años no se aprecian cambios tan signi-
ficativos, con un leve retroceso del peso de la población activa en 2023 respecto a 1983. En 2023 en la franja de edad de 20 a 24 años, se observa un notable aumento en la población activa: representa el 55% del total. Este incremento continúa en la franja de 25 a 29 años, donde la población activa alcanza
el 85%. 

Imagen | Foto de Mary Blackwey en Unsplash

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