Un manga apocalíptico ha logrado lo que nadie hasta la fecha: que los turistas cancelen sus viajes a Japón
Publicado el 21/05/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Samantha Tang es profesora de yoga, tiene 34 años, reside en Hong Kong y es una enamorada de Japón. Tanto, que desde que terminó la pandemia intenta visitar el país una vez al año. Hasta hace poco de hecho tenía previsto pasar agosto en las playas de Wakayama, a 80 km de Osaka. "Tenía", en pasado. A pesar de su pasión por la cultura nipona, Tang ha reconocido a la CNN que va a posponer sus planes por una razón peculiar: "Todos hablan de que se avecina un terremoto". Su caso no es único. Japón se ha encontrado con que un número sorprendente de turistas están cancelando sus viajes al país por miedo a sufrir un desastre natural.
Lo más curioso sin embargo no es esa "espantada" de turistas, sino qué la ha desatado. Detrás de la psicosis no está el Gobierno, un organismo sismológico, un equipo de físicos y geólogos ni una IA revolucionara, sino un cómic manga.
La clave: un cómic de 1999. Si Tang se ha replanteado su próximo viaje a Japón, igual que otros muchos viajeros asiduos y apasionados de la cultura nipona, es en gran medida por un cómic estrenado hace unos años. Para entenderlo hay que remontarse a 1999, cuando Ryo Tatsuki publicó 'Watashi ga mita mirai' (‘El futuro que vi’), un manga en el que la autora habla de sueños proféticos.
La obra pudo pasar sin pena ni gloria por las librerías del país si no fuera porque en ella Tatsuki vaticinaba un gran desastre que ocurriría en marzo de 2011, mes y año en el que Japón sufrió un gran terremoto con miles de muertos y heridos. Esa coincidencia dio una enorme fama al cómic. Empezó a hablarse de él en redes sociales, se comentó en programas de la tele y sus ejemplares se revalorizaron.
¿Y por qué importa ahora? La obra acabó haciéndose tan famosa que la editorial Asuka Shinsha fichó a Tatsuki para que publicara una nueva versión, una "edición completa" que se lanzó en 2021 y acabó convirtiéndose en un bombazo. La empresa asegura que en total se han vendido más de 960.000 ejemplares. El libro se ha publicado además en chino y ha llegado a otros puntos de Asia en los que se ha hecho popular, como Tailandia o Hong Kong. La cuestión es que esa nueva versión ampliada incluye una predicción que ha sacudido al turismo nipón y ha puesto en guardia a no pocos viajeros de Asia, sobre todo los supersticiosos.
2025. El comic asegura que "el verdadero desastre llegará en julio de 2025" (una idea que incluye en su propia portada) y deja pasajes tan rotundos como el siguiente: "Soñé con un gran desastre. Las aguas del océano Pacífico al sur del archipiélago japonés subirán". Semejante profecía (claro está) no tiene respaldo científico alguno y la propia autora ha reconocido en una entrevista con Mainichi Shimbun que la gente debería actuar "teniendo en cuenta la opinión de los expertos"; pero eso no ha evitado que la influencia del manga (y su profecía) se haya extendido.
Un manga… y algo más. Aunque el comic de Tatsuki ha jugado un papel determinante no es lo único que explica que el temor a un desastre natural haya calado (y alejado) a parte de los turistas que planeaban viajar a Japón este año. La bola se ha agrandado después de que un supuesto "psíquico" japonés predijera que un seísmo golpearía la bahía de Tokio el 26 de abril (algo que evidentemente no ocurrió) y Qi Xian Yu, una maestra de feng shui con cierta repercusión en la tele hongkonesa, aconsejara a la gente que se mantenga lejos de Japón.
Si a eso se le añade el altavoz de la redes sociales se obtiene el resultado que comentaba Tang con la CNN: "Todo el mundo habla bastante de que se avecina un terremoto". "Es mejor evitarlo. Va a ser muy problemático si ocurre un terremoto", coincide Oscar Chu, otro viajero de Hong Kong, que suele visitar el país del sol naciente varias veces al año pero ha decidido replantearse su viaje de 2025.
Más allá de las profecías. Predicciones y profecías al margen, lo cierto es que Japón está situado en una zona de especial actividad sísmica, el Cinturón de Fuego del Pacífico, y a lo largo de las últimas décadas ha sufrido terremotos como el que golpeó en septiembre de 1923 la región de Kanto, el de Hanshin-Awaji de 1995, Iwate-Miyagi Nairiku (2008) o el de 2011, que causó destrozos sobre todo en el extremo norte del país. A comienzos de este mismo año sufrió otro en la zona suroeste, aunque con una intensidad bastante menor, de magnitud 6,9.
Hace no mucho Japón emitió otra alerta y el Gobierno ha reconocido que hay una probabilidad elevada de que un terremoto sacuda la fosa de Nankai (situada al sur del país) a lo largo de las próximas tres décadas. A mediados de abril incluso la embajada china animó a sus viajeros a tomar precauciones. La realidad, como reconocen las autoridades niponas, es que "con los conocimientos actuales es difícil predecir un terremoto especificando fecha, hora y lugar".
¿Cómo ha afectado al turismo? Aunque resulte difícil anticiparse a los seísmos, el clima de miedo alimentado en gran medida por el comic de Tatsuki, está dejándose sentir en el sector turístico japonés. Sobre todo en la demanda procedente de otros puntos de Asia, como China, Tailandia o Vietnam, mercados importantes para el país. La agencia de viajes WWPKG, con sede en Hong Kong, ha asegurado a la CNN que las reservas para visitar Japón durante la Semana Santa cayeron a la mitad. Y las previsiones para los próximos meses no son mejores.
Greater Bay Airlines, una aerolínea de Hong Kong, ha optado directamente por reducir sus servicios con la región nipona de Sendai y la ciudad de Tokushima, recortando ambos en una frecuencia semanal. El motivo: una caída en la demanda entre rumores de un próximo desastre en Japón que se suman a la incertidumbre económica generada por la guerra arancelaria iniciada por Estados Unidos.
Un sector en pleno boom. La gran pregunta de fondo es cómo afectará ese recelo al creciente sector turístico de Japón, que lleva tiempo moviéndose en cifras históricas e incluso ha generado tensiones en los puntos más concurridos, como los alrededores del monte Fuji o los callejones de las geishas de Kioto.
En 2024 el país logró un récord de 36 millones de visitantes extranjeros y a lo largo de los tres primeros meses de 2025 rebasó los 10,5 millones, lo que lleva a algunos expertos a pensar que alcanzará los 40 millones este año. Con esas cifras hay quien cuestiona que el efecto de las profecías pueda pasar una factura real al sector. Solo en marzo visitaron el país alrededor de 343.000 turistas de EEUU, a los que se añaden cerca de 68.000 canadienses y otros 85.000 australianos.
Imagen | Geoff Henson (Flickr)
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