Un futuro irremediablemente viejo: cada vez más países de Europa están más cerca de los 50 años de media que de los 40
Publicado el 02/06/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Europa envejece. Eso no es ninguna novedad. Ni un fenómeno exclusivo del viejo continente. En otras regiones del planeta, como Japón, Corea del Sur o incluso China, sufren también de forma más o menos clara los efectos de una demografía marcada por el desplome de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida. Con todo y pese a que la tendencia es conocida, de vez en cuando surgen datos que nos ayudan a entender mejor el alcance del cambio. Eurostat ha compartido uno que muestra hasta qué punto la UE empieza a convertirse en un territorio de gente de mediana edad.
Los datos revelan además otra tendencia: el envejecimiento es mucho más claro entre la población autóctona, los nacidos dentro de la propia UE, que entre los inmigrantes.
Una cifra: 44,7. Hace poco los técnicos de Eurostat hicieron cuentas y calcularon que la edad mediana de la población de la UE se sitúa ya en 44,7 años. El dato es interesante por varias razones. La primera, porque confirma el paulatino envejecimiento de Europa. Hace una década ese mismo indicador estadístico se situaba en 42,5 años, hace dos estaba en 39,3 y si echamos la vista todavía más atrás, a 2001 (el primer ejercicio documentado por Eurostat), no llegaba a 38,5.
El segundo motivo por el que el dato es interesante es por lo que nos revela. La mediana no es lo mismo que la media, pero nos muestra el valor situado justo en la mitad de la serie estadística. En este caso eso significa que el 50% de la población de la UE se sitúa ya por encima de los 44,7 años. Probablemente sean incluso más porque la mediana se calculó en base a las estadísticas del enero de 2024 y el indicador no ha parado de crecer con el paso de los años.

Diferencias en la UE. 44,7 es el dato del conjunto de la Unión Europea, lo que significa que hay países en los que la edad mediana es aún más elevada. Los casos más claros son Mónaco e Italia. En el primero el indicador se sitúa ya en 50,5 años y en el segundo marca 48,7. En Bulgaria, Portugal y Grecia se acerca o rebasa los 47 y en otra media docena de países la mediana supera holgadamente los 45 años. Es el caso de España, que arrancó 2024 con la mitad de su población por encima de los 45,6 años. En 2014 la mediana era de 41,8, hace dos décadas marcaba 38,3 y en 1994 no llegaba siquiera a los 35 años, lo que da una ida del envejecimiento.
Nativos vs extranjeros. Las tablas de Eurostat muestran algo más: cómo la inmigración está sirviendo para amortiguar el envejecimiento de la UE, igual que ha ayudado a algunos países (España incluida) a ganar población pese al pinchazo de la natalidad autóctona. Según los datos de la oficina estadística de la UE, a 1 de enero de 2024 la edad media de la población nacida fuera de los 27 países del club comunitario era dos años inferior a la de los nativos.
Es más, Eurostat reconoce que "en comparación con la población nativa, los nacidos en el extranjero están sobrerrepresentados entre los 20 y 54 años" e "infrarrepresentados" en los grupos situados en los extremos, aquellos de edades más jóvenes y más avanzadas. "El 59,7% de la población nacida en el extranjero tenía entre 20 y 54 años, frente al 42,1% de la nativa", precisan.
Un porcentaje: 6,1%. Los datos de Eurostat revelan además que la pirámide demográfica de la UE se estrecha cada vez por la base y crece en la cúspide, entre el grupo de población de mayor edad. Y de forma clara, además. Entre 2004 y 2024 la proporción de ciudadanos mayores de 80 años en la UE aumentó de 3,8 al 6,1%.
La oficina estadística precisa además que el crecimiento se registró en todos los países de la UE, con aumentos especialmente pronunciados en Grecia, Letonia y Portugal. Lo mismo ocurrió con el grupo de los mayores de 65 años: de suponer el 16,4 pasó a representar el 21,6%.

La otra cara de la moneda. La tendencia es diametralmente opuesta entre las personas menores de 15 años. A nivel estadístico, hoy los niños y adolescentes "pesan" mucho más en la UE que hace apenas dos décadas. Si en 2004 representaban el 14,6%, ahora suponen el 16,2%, un retroceso que ha sido aún más pronunciado en países como Malta o Chipre.
"Durante el mismo período la proporción de jóvenes (menores de 19 años) disminuyó en todos los países de la UE. A nivel de la Unión, la caía fue de 2,4 puntos porcentuales, del 22,4% al 20,0%", aclara Eurostat.
¿Por qué es importante? Porque la demografía es mucho más que matemáticas o simple estadística. La evolución de la edad mediana ayuda a entender hacia dónde camina el conjunto de la sociedad europea y comprender mejor el alcance de su envejecimiento con todas las derivas que ello implica a nivel social, económico, asistencial o incluso en defensa.
No es algo exclusivo de la UE ni Occidente. A finales de 2024 Corea del Sur se convirtió oficialmente en una sociedad "superenvejecida", una etiqueta que revela que cerca del 20% de la población supera ya la barrera de los 65 años.
El ejemplo de Japón. El caso más claro lo deja probablemente Japón. Tras décadas viendo cómo su tasa de natalidad colapsaba, en el país empieza a hablarse ya del "Problema 2025", marcado por el paulatino envejecimiento de los millones de ciudadanos que nacieron durante el Baby Boom de mediados del siglo pasado. Allí los expertos ya advierten del desafío que ese creciente desequilibrio entre la población en edad laboral y los ancianos tendrá a nivel social y económico.
Imágenes | Bennett Tobias (Unsplash) y Eurostat
utm_campaign=02_Jun_2025"> Carlos Prego .