Tras más de 20 años usando Microsoft Office, me he pasado a LibreOffice. Ahora me doy cuenta de todo lo que me he perdido

Publicado el 12/04/2025 por Diario Tecnología
Artículo original

Tras más de 20 años usando Microsoft Office, me he pasado a LibreOffice. Ahora me doy cuenta de todo lo que me he perdido

Tras dos décadas de fidelidad inquebrantable a Microsoft Word, he dado el salto a LibreOffice. Este cambio no fue algo que tuviera planeado, sino más bien una decisión espontánea nacida de la frustración y el cansancio.

Hace unas semanas, tras formatear mi PC por última vez, decidí dar el paso e instalar LibreOffice. Bajo estas líneas te cuento mi experiencia por si tú también te estás planteando algo similar.

20 años de Word y Excel agotan

Durante prácticamente toda mi vida con los ordenadores, Microsoft Word ha sido mi compañero inseparable. Lo he instalado religiosamente en cada nueva versión de Windows: desde XP hasta en mi equipo principal con Windows 10. He sido testigo de su evolución, de sus cambios de interfaz, de su a veces controvertida cinta de opciones, y de cómo poco a poco iba integrándose con la nube.

También estuve un tiempo usando la versión web de Office, que si bien me resultó útil para tareas sencillas cuando estaba fuera de casa, siempre me pareció una versión descafeinada de su hermano mayor. Está bien para salir del paso, pero cuando necesitas todas las funcionalidades, no hay color.

LibreOffice, descargar, instalar y ya

Libreoffice

Todo cambió hace unas semanas. Mi PC empezaba a dar síntomas de fatiga, lentitud y algunos errores aleatorios que me hacían sospechar que era hora de un formateo. A pesar de que sabemos que Windows 10 tiene fecha de caducidad, quise seguir usando esta versión hasta su fin de soporte, ya que contar con Windows 10 y 11 en distintos equipos me permite estar al tanto de todo lo que ocurre en los sistemas de Microsoft.

Así que procedí con el formateo, instalé de nuevo Windows 10 y rápidamente instalé todo lo que tenía antes y sin bloatware, gracias al truquito de estos utilísimos comandos de PowerShell. Y ahí fue cuando me detuve a pensar: ¿Realmente quiero volver a Office, pasar por el aro de tener vinculada una cuenta de Microsoft, estar pendiente de la suscripción y mil movidas más solamente porque me gusta Word?

Es increíblemente reconfortante utilizar un software de código abierto, gratuito y completo como LibreOffice

Honestamente estaba cansado, por lo que ese fue mi punto de inflexión para decantarme por LibreOffice de una vez por todas. Y sé que no descubro nada nuevo a quienes llevan mucho tiempo usándolo, pero este cambio me ha sabido tan bien que he querido compartirlo a través de este artículo.

LibreOffice no era un desconocido para mí. Lo había probado ocasionalmente en el pasado y siempre me había parecido una alternativa decente, pero la inercia y la comodidad de seguir con lo conocido me habían mantenido en el ecosistema de Microsoft.

Interfaz Libreoffice 1

Esta vez, sin embargo, decidí darle una oportunidad seria. Descargué la última versión y la instalé. El proceso fue sorprendentemente sencillo comparado a lo que estaba acostumbrado antes: descargar, instalar y listo. Sin claves de producto, sin cuentas vinculadas, sin suscripciones. Una sensación refrescante.

Mi principal herramienta de trabajo es el procesador de textos, así que LibreOffice Writer fue mi primera parada. La interfaz, aunque diferente a Word, me resultó bastante intuitiva. Sí, hay diferencias notables, pero tras un par de días de uso continuado, mi flujo de trabajo ya era casi tan eficiente como antes.

Cabe destacar que se trata de una herramienta muy completa. Todas las funciones que uso habitualmente en mi trabajo estaban ahí: control de cambios, estilos de párrafo, corrector ortográfico, numeración de páginas, índices... Incluso algunas opciones que en Word están escondidas en submenús aquí eran más accesibles.

Libreoffice 2

Cierto es que la transición no fue perfecta. Algunos documentos antiguos en formato DOCX se abrieron con pequeñas diferencias, pero nada que no pudiera solucionar en pocos minutos. Writer guarda por defecto en formato ODT, pero puede exportar directamente a PDF o guardar en formato DOC o DOCX si necesitas compartir documentos a otros usuarios que usan Office.

No soy un experto en hojas de cálculo, pero necesito algo fiable para organizar información, crear gráficos sencillos y ocasionalmente aplicar alguna fórmula. Por ello, Calc me ha sorprendido gratamente. La transición desde Excel fue incluso más sencilla que desde Word. Las fórmulas básicas funcionan prácticamente igual, la creación de gráficos es intuitiva y, para mi nivel de uso, no he echado en falta absolutamente nada.

Libreoffice 3

Lo que más valoro de LibreOffice es la sensación de libertad que me proporciona. Es increíblemente reconfortante utilizar un software de código abierto, gratuito y completo como lo que ofrece, que no depende de suscripciones renovables ni de conexiones constantes a servicios en la nube.

Durante estas semanas de uso intensivo no he experimentado ningún cuelgue ni pérdida de información. Además, otro aspecto destacable es su ligereza. LibreOffice arranca notablemente más rápido que Office y consume muchos menos recursos del sistema, lo que siempre se agradece.

Libreoffice Calc

En cuanto a la interfaz, debo reconocer que al principio me resultó algo engorrosa. A diferencia de la cinta de opciones de Office, LibreOffice presenta un amasijo de funciones que puede resultar abrumador para un recién llegado. Sin embargo, conforme pasan los días y te familiarizas con su distribución, empiezas a apreciar tener todas esas posibilidades a la vista. Ahora que me he acostumbrado, me resulta incluso más eficiente tener acceso directo a tantas funciones sin tener que navegar por múltiples pestañas como ocurre en Office.

LibreOffice no es perfecto. Tiene sus particularidades, como el hecho de que abrir documentos DOC y DOCX casi siempre acabe resultando en una mala modificación de la estructura del documento. Sin embargo, para uso profesional diario cumple sobradamente.

La transición requiere cierta curva de aprendizaje y algo de paciencia, pero la libertad que ganas merece cada minuto invertido. Después de 20 años con Microsoft Office, puedo decir que LibreOffice no solo es una alternativa viable, sino que se va a convertir en mi herramienta por defecto de ahora en adelante.

En Genbeta | Todavía hay quien no se quiere despedir de Windows 7. Así que lo están actualizando hasta con funciones de Windows 10 y 11

utm_campaign=12_Apr_2025"> Antonio Vallejo .