Trabajar hasta los 71 años: la "nueva normalidad" que espera a los jóvenes en España para tener una pensión digna, según este informe
Publicado el 03/07/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Un reciente y demoledor informe de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) ha puesto sobre la mesa una realidad que muchos jóvenes ya podíamos intuir: para mantener un nivel de vida similar al que se tiene durante la etapa activa, será necesario alargar la vida laboral hasta los 71 años.
La proyección apunta a que, para 2065, los jóvenes de hoy que únicamente hayan conseguido cotizar 30 años deberán retrasar su retiro hasta los 71 años para tener una pensión similar a su última nómina. Y el motivo principal está bastante claro: el acceso más tardío al empleo.
El informe lo deja claro al afirmar:
“El acceso más tardío a un empleo dificultará que los jóvenes de hoy en día logren completar carreras laborales suficientemente largas y, por lo tanto, tendrán que prolongar su permanencia en el mundo laboral para conseguir una pensión que les permita mantener su nivel de vida”.
El acceso al mercado como responsable de este problema
Si miramos los datos concretos, el problema es evidente: mientras que en 2024 la tasa de ocupación de las personas entre 16 y 26 años estaba en el 43,2%, en 2007 este porcentaje era 15 puntos más alto, situándose en el 58,7%. Esto indica que la juventud en España cada vez accede más tarde al mercado laboral.
A este acceso tardío se suma otra dificultad: cada vez es más complicado obtener una jubilación con el 100% de la pensión. La última reforma del sistema de pensiones, que aún se está aplicando progresivamente, establece que la edad de jubilación aumentará hasta los 67 años en 2027 para quienes hayan cotizado menos de 38 años y medio. Además, se eleva a 37 años el requisito de cotización para percibir el 100% de la pensión.

Pero... ¿Qué pasara en el año 2065? Tomando como base los datos económicos más recientes, el informe ha mostrado sus proyecciones de cara a 2065 y son bastante claros con respecto a la reducción en la calidad de vida de los empleados:
Cuanto menor sea la duración de la carrera laboral, más baja será, es decir, la pensión será más reducida respecto al último salario. Esto, si lo unimos a unos salarios más bajos de base, podría dar lugar a problemas de suficiencia, y por lo tanto un nivel de bienestar mermado tanto durante su vida laboral como tras la jubilación
Y siguen explicando de manera extensa sus previsiones atendiendo a las proyecciones legislativas que hay planteadas ya:
Con la legislación prevista actualmente, proyectada a 2065, se obtendrá una tasa bruta de reemplazo del 90% ―que equivale aproximadamente a una tasa neta del 100%, lo que significa mantener el nivel de vida previo― con 40 o más años cotizados y con una edad de jubilación de 65 años. Para conseguir la misma tasa de reemplazo con una carrera laboral de 35 años, se deberá demorar la jubilación hasta los 68 años, y hasta los 71 años con solo 30 años cotizados
El informe también señala que las últimas reformas del sistema obligan a un mayor esfuerzo contributivo. Es decir, los jóvenes deberán aportar más a la Seguridad Social para terminar recibiendo una pensión que, en proporción, será inferior a la que percibieron sus padres.
Un dilema para la juventud española
El informe plantea un gran dilema: si los jóvenes acceden más tarde al mundo laboral, tendrán que elegir entre trabajar más allá de los 70 o asumir una pérdida significativa de poder adquisitivo durante la jubilación. Según los expertos, esto podría compensarse mediante ahorro o inversión durante la etapa activa, aunque no siempre es posible.
También hay que considerar posibles reformas futuras para hacer sostenible el sistema de pensiones. Entre las medidas que se barajan está aumentar a 40 años cotizados el requisito para obtener el 100% de la pensión, o incluso elevar la edad mínima legal de jubilación, en función del aumento de la esperanza de vida. Todo esto, sumado al acceso laboral tardío, complica aún más el panorama.
A esto se suma una realidad económica precaria. La juventud española enfrenta mayores dificultades laborales, con contratos más temporales y salarios más bajos: los jóvenes de entre 16 y 29 años cobran un 34% menos que la media, y viven en hogares con una renta por unidad de consumo de 20.800 euros (en 2023), un 4,2% por debajo de la media nacional.
Con todo esto, la conclusión del informe es bastante clara:
"El panorama que se presenta para los actuales jóvenes en cuanto a las pensiones futuras es incierto, ya que, podría haber reformas futuras que afectaran a la tasa de reemplazo en función de la evaluación trienal del exceso de gasto que exige la normativa"
Pero no se quedan ahí. Apuntan también a que "jos jóvenes actuales van a tener que realizar un mayor esfuerzo contributivo y soportar una reducción de la tasa de reemplazo".
Imágenes | Devin Avery Alexis Brown