Ryanair no quiere pasajeros indisciplinados. Y además de llevarles a juicio, les va a poner sus propias multas
Publicado el 18/06/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Ryanair va a aplicar una penalización de 500 euros a cualquier pasajero expulsado de un vuelo por mala conducta antes del despegue. La medida busca ser un elemento disuasorio ante comportamientos que interrumpen el viaje del resto de pasajeros y comprometen la seguridad.
Un portavoz de la aerolínea ha explicado que "es inaceptable que los pasajeros sufran interrupciones innecesarias por el comportamiento de un solo pasajero disruptivo". La multa no puede especificarse como tal, así que se presenta como la tarifa complementaria más cara de Ryanair.
En detalle. Los datos de la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea dicen que la seguridad de un vuelo se ve comprometida cada tres horas por el mal comportamiento de un pasajero. Además, el 70% de estos casos involucran algún tipo de agresión.
Sí, pero. Los 500 euros son solo el comienzo. Si hay desvío del vuelo por culpa del pasajero, las demandas se disparan porque Ryanair tiene una política activa de persecución legal para recuperar todos los costes asociados:
- Combustible extra.
- Tasas de aterrizaje.
- Alojamiento para el resto de viajeros en un caso extremo.
- Tripulación de reemplazo.
- Incluso las ventas a bordo no efectuadas.
Y esa persecución se traduce en demandas concretas que van más allá de los 500 euros:
- Ryanair demandó a un pasajero que obligó a desviar un vuelo entre Dublín y Lanzarote. La demanda fue por más de 15.000 euros.
- Otro incidente en un vuelo de Berlín a Marrakech derivó en una demanda civil por 3.000 euros.
- Los tribunales penales también imponen sus propias sanciones: un tribunal de Malta multó con 2.000 euros a un pasajero por fumar a bordo y no acatar las instrucciones de la tripulación.
El trasfondo. Michael O'Leary, CEO de la aerolínea, ya advirtió en su momento sobre el aumento de altercados a bordo, especialmente en rutas hacia destinos vacacionales. De hecho, propuso limitar el consumo de alcohol en los aeropuertos a dos bebidas por tarjetas de embarque.
La medida de las multas propias camufladas como tarifas extra, además de la persecución legal posterior, es la definición de un problema que afecta a toda la industria y que afecta incluso a viajeros de otros vuelos, que ven aparecer el cartel de "retrasado" por culpa de los energúmenos.
Imagen destacada | Nejc Soklič en Unsplash
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