Ocho años después, España sigue enganchada a ver a Simón Pérez y Silvia Charro destrozarse la vida en directo

Publicado el 10/04/2025 por Diario Tecnología
Artículo original

Ocho años después, España sigue enganchada a ver a Simón Pérez y Silvia Charro destrozarse la vida en directo

Simón Pérez y Silvia Charro se hicieron famosos en 2017 gracias a un insólito vídeo grabado para Periodista Digital pero difundido rápidamente por redes sociales y medios en el que hablaban de la conveniencia de invertir en hipotecas a plazo fijo (un buen consejo en aquel momento, por cierto). Eso era sobre el papel, porque sus gestos y miradas fuera de sí, así como sus respiraciones entrecortadas, hacían pensar en otra cosa: en una comida de empresa que se había ido de madre. Pocas veces antes alguien tan abiertamente intoxicado se había puesto frente a la cámara.

Una larga tradición politoxicómana. Simón y Silvia eran el último eslabón de una larga tradición de los tiempos de las primeras televisiones privadas, cuando ofrecían un contenido alternativo a la tele tradicional, y también de los tiempos de youtube previos a redes sociales. Programas como 'Callejeros' emitieron varias entregas en las que jóvenes altamente intoxicados lanzaban consignas casi nacidas con forma de meme primigenio en lugares que se repetían una y otra vez: parkings de discotecas, controles de alcoholemia, barrios periféricos...

A plazo fijo. Cuando personajes como El Chuky de Cieza o Los Pistoleros Del Eclipse habían pasado al imaginario colectivo, aparecieron Simón y Silvia. El escándalo con el vídeo les dejó sin trabajo. Una empresa de asesoría financiera que dirigía Simón quebró en un día. Intentaron aprovechar la fama intentando sacar partido de los conocimientos sobre economía que, en efecto, tenían (Simón daba clases en la Escuela Internacional de Administración y Finanzas y había estudiado Dirección de empresas, y Silvia estaba especializada en inversiones inmobiliarias) lo que les distanciaba de los techno-kids levantinos que poblaban Callejeros.

Primeros retos. Durante un tiempo, instalados en Galicia y presos de todo tipo de adicciones, como contaron a la revista Cáñamo, vivieron de realizar retos virales que les pedían sus seguidores de Youtube. Un primer paso hacia la situación en la que se encuentran ahora: tatuarse el logo de Forocoches, bañarse en fuentes públicas, asistir a fiestas con desconocidos... Intentaron dignificar su situación intentando montar una empresa de asesoría financiera, Neotecalia, pero ese no fue el negocio más ambicioso en el que se embarcaron.

Un millón de euros. Poco tiempo después, en 2024, aparentemente reformados y después de pasar por clínicas de desintoxicación, fundaron Green Capital, compañía que producía derivados del cannabis dedicados a la industria medicinal en Macedonia del Norte. Llegaron a viajar varias veces al país a supervisar las plantaciones y a tomar decisiones que delataban su madera como empresarios. Sumaron noventa socios y recaudaron más de un millón de euros, con los que pretendía trasladar las operaciones de cultivo a España. No solo no hubo suerte, sino que contrajeron fortísimas deudas con quienes les apoyaron. Muchos les denunciaron. Otros suman un trasfondo siniestro a la historia.

El show de Truman de las drogas. La situación actual de Simón y Silvia es escalofriante: a través de directos en Twitch (su canal ha sido cerrado varias veces por lo extremo de su contenido) retoman la dinámica de llevar a cabo los retos que les piden sus seguidores. Simón consume droga en directo (especialmente inhalando pasta base), sale a la calle a gritar consignas extremistas disfrazado de Pikachu, tira impresoras por el balcón, destroza electrodomésticos y, sobre todo, apuesta sin freno, sumando una adicción más a las muchas con las que carga.

Adictos al meme. Convertidos en marionetas meméticas a las órdenes de sus más de 30.000 seguidores, Simón y Silvia ya han llevado a cabo algunas llamadas de auxilio entre líneas. Hace unos días dejaron entrar en el directo a unos amigos, que quedaron en shock al ver las condiciones en las que viven. Simón ha pedido un arma a alguno de sus seguidores "por si la necesitara", lo que hace pensar en un estado de paranoia inducido por las drogas o en una deuda real contraida con prestamistas poco recomendables. Malas noticias a medio plazo, en cualquier caso.

Del fenómeno, absolutamente insólito en la esfera internáutica española, nos podemos quedar con cómo ocho años después, siguen generando un interés que solo pueden mantener protagonizando contenido cada vez más extremo y peligroso. El límite no parece divisarse, pero las consecuencias están claras.

En Xataka | Un filón inagotable para Telecinco: Montoya está siendo traducido ahora al japonés o al alemán gracias a la IA

utm_campaign=10_Apr_2025"> John Tones .