No es que Rusia esté falta de artillería, es que desde el espacio su parque de blindados se está quedando vacío
Publicado el 20/08/2025 por Diario Tecnología Artículo original
El pasado 28 de julio se publicaba un estudio del Instituto de la Escuela de Economía de Kiev donde se analizaba la situación de los vastos arsenales soviéticos que Rusia había estado empleando desde el inicio de su invasión en Ucrania. El análisis no dejaba dudas: se estaban agotando los envíos desde los principales almacenes militares rusos.
Ahora, a ese estudio se ha sumado una evidencia gráfica.
El declive de las reservas. Sí, en otro estudio reciente de la inteligencia de Ucrania, basado en imágenes satelitales y publicado por el investigador Jompy, se confirma que las reservas de tanques de Rusia están entrando en una fase crítica de agotamiento.
El seguimiento detallado de los depósitos militares muestra que la extracción constante de blindados, unida a la incapacidad industrial para restaurarlos al ritmo necesario, está erosionando de manera acelerada la capacidad de Moscú para sostener la guerra en Ucrania con carros de combate modernos.
La extenuación y los tanques obsoletos. El centro neurálgico de este deterioro, según las imágenes satelitales, es el depósito 1311, de donde se están retirando en torno a 20 tanques T-72B al mes. Si se mantiene ese ritmo, el almacén quedará vacío antes de finalizar el año, un hecho inesperado incluso para los analistas que siguen la evolución del material ruso.
Este vaciamiento se suma al agotamiento de los stocks próximos a la planta de Uralvagonzavod, principal fábrica de tanques del país. Más revelador aún es que el 1311 ya no cuenta con T-80BV, lo que sugiere que Rusia habría consumido por completo esa línea de reservas. La presencia de T-80UD en la base 22 no altera el panorama, pues estos vehículos no son aptos para ser reacondicionados. Ante esta escasez, han comenzado a extraerse T-55 y T-62, tanques de los años cincuenta y sesenta cuya reaparición en Omsktransmash indica un retroceso forzoso hacia modelos obsoletos.

Los problemas de la industria. La falta de actualizaciones recientes en las imágenes de la base 6018 apunta a que Omsktransmash, uno de los pilares en la reparación de blindados, enfrenta serias dificultades para mantener un ritmo adecuado de restauración.
La necesidad de recurrir a vehículos de combate de infantería (BMP), que originalmente no formaban parte de los lotes almacenados en el 1311, refleja la improvisación con la que Rusia está intentando cubrir vacíos en su arsenal mecanizado. El cuadro general revela una presión industrial que no logra sostener la demanda bélica, en parte porque los vehículos extraídos se encuentran en condiciones deplorables tras décadas de almacenamiento.

Sin reservas estratégicas. Una vez vaciado el 1311, Moscú se verá obligada a recurrir a los depósitos 349 y 2544, donde se almacenan el T-72A, con 586 y 215 unidades respectivamente. Sin embargo, la mayoría se encuentra en mal estado, lo que limita la eficacia real de este recurso.
La proyección es sombría: al agotarse estas reservas, Rusia dependerá casi exclusivamente de T-55 y T-62, que representan apenas un 16% del inventario de blindados previo a la invasión de Ucrania. La degradación de calidad es evidente: de modelos de tercera generación, relativamente modernos, a plataformas que hace décadas se consideran superadas en cualquier escenario de guerra contemporáneo.
Y sin artillería. Lo contamos hace unas semanas. El declive no se limita a los tanques. Informes anteriores ya habían señalado que Rusia ha consumido casi la mitad de sus reservas de artillería remolcada en el depósito de Shchuchye, que albergaba cerca del 50% de todo este material en el país.
Además, el ritmo de reactivación de piezas se ha desplomado, siendo actualmente más de cuatro veces inferior al registrado en 2022, lo que confirma la progresiva incapacidad para reconstituir el poder de fuego terrestre.
Un paso atrás.