Netflix le dio 55 millones de dólares para crear una serie de ciencia ficción con Keanu Reeves... y se gastó un pastón en coches y criptomonedas
Publicado el 05/11/2024 por Diario Tecnología Artículo original
¿Alguna vez te has preguntado qué pasaría si Netflix decide entregarte más de 55 millones de dólares para hacer una serie de ciencia ficción y tú decides gastártelos en coches, muebles y criptomonedas? Estamos a punto de averiguarlo.
El mundo del entretenimiento de Hollywood nos dio el año pasado una de las historias más surrealistas que hemos escuchado en mucho tiempo. La de Conquest, la serie de ciencia ficción producida por Keanu Reeves que su director quemó a base de Rolls-Royces y Dogecoin.
De 47 Ronin a Conquest
Una de las frases más comunes cuando nos enfrentamos a problemas de la industria del cine o el videojuego relacionados con una aparente inutilidad a la hora de tomar decisiones suele ser “bueno, si están en ese puesto debe ser por algo. Algo deben saber ellos que nosotros no alcanzamos a entender”.
Tras salir a la luz varios correos y documentos a los que pudo acceder The New York Times sobre la producción de la serie de Netflix, Conquest, cada vez hay menos dudas de hasta qué punto estamos o no desencaminados con esa afirmación.
Estamos a finales de 2013 y, tras ganar cierta notoriedad en el mundo de la publicidad y dirigir la película 47 Ronin con Keanu Reeves, el desastre en taquilla de la cinta obliga a Carl Erik Rinsch a volver a filmar anuncios.
De los 175 millones de dólares gastados en la película, Universal Studios sólo consigue ingresar 151 millones, pero eso no impide que Rinsch continúe con su sueño de dar el salto a Hollywood y empieza a trabajar en un guión. Una serie de televisión de ciencia ficción en la que un genio inventa una suerte de humanos falsos como si se tratasen de una “inteligencia orgánica”.
Convencido de que tiene una joya en sus manos, Rinsch se pone a grabar con financiación propia y externa una serie de segmentos que deben servirle como cebo para llamar la atención de las productoras, pero tras fallar la entrega de ciertos objetivos, el proyecto empieza a peligrar.
Netflix al rescate
Para evitar que la productora 30West se quede con la serie, Keanu Reeves acude al rescate del director, con quien había entablado amistad tras la grabación de la película, y asegura la inversión necesaria mientras se convierte en productor.
Una salvación que llega en el momento justo, cuando grandes productoras y distribuidoras como Amazon, Apple, HBO o Hulu, van en busca de la próxima gran novedad que puedan sumar a su catálogo de streaming. Sin embargo termina siendo Netflix la que, tras un acuerdo de 61,2 millones de dólares, se queda con la serie Conquest.
Sin embargo, a partir de ahí empiezan los problemas. El guión está sin terminar, parte de esos millones van dirigidos a deudas anteriores, y la actitud de Rinsch empieza a generar problemas entre el equipo ante sospechas de abusos de medicamentos para tratar el déficit de atención.
Tal como recogen declaraciones y mensajes, con la explosión de la pandemia los problemas de Rinsch parecen ir más allá. Sus interacciones se vuelven más erráticas, asegura haber descubierto el secreto detrás de la transmisión del COVID, y habla de los aviones que sobrevuelan el cielo como fuerzas orgánicas inteligentes.
Pese a no haber entregado aún ningún episodio de la serie, ya se han gastado 44,3 millones de dólares y, para poder terminar la producción, Rinsch pide a Netflix otros 11 millones que, pese a una negativa inicial, terminan aceptando. Automáticamente transfiere 10,5 de esos 11 millones de dólares a una cuenta personal.
4 millones de dólares en Dogecoin
Tras ver que aquello no va a ningún sitio, en Netflix deciden dar por cerrada la producción y entregan a Rinsch el derecho a vender Conquest a cualquier otra productora con la promesa de que se les devuelvan los millones invertidos si sale adelante la compra.
Entre inversiones en firmas de medicinas y acciones en bolsa, Rinsch gasta 4 millones de dólares en comprar criptomonedas Dogecoin que, tras una posterior liquidación, termina convirtiendo en cerca de 27 millones de dólares.
Lo conseguido va directo a adquirir cinco Rolls-Royce, un Ferrari, muebles y ropa de diseño, y hasta un reloj de cerca de medio millón de dólares. Movimientos aparentemente destinados a evitar problemas durante el reparto de bienes de su divorcio que Rinsch alega como elementos necesarios para la serie Conquest pagados por Netflix.
Por descontado, ahí se inicia otra batalla legal, esta vez con Netflix, en la que Rinsch asegura que la compañía aún le debe 14 millones de dólares, y esta última afirma que el director no llegó a alcanzar ninguno de los hitos acordados de forma contractual.
Lo que queda claro es que da exactamente igual cuánto dinero consigas amasar o qué puesto directivo tengas dentro de la industria de Hollywood, la incompetencia está al alcance de todos.
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