Menos aleatorio de lo que parece: lo que sabemos sobre los riesgos de sufrir un ictus siendo joven

Publicado el 05/07/2025 por Diario Tecnología
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Menos aleatorio de lo que parece: lo que sabemos sobre los riesgos de sufrir un ictus siendo joven

Con los años nuestra salud empeora y por eso no es de extrañar que haya enfermedades y dolencias que asociamos a la edad, como el Alzheimer o algunos tipos de cáncer. Sin embargo los jóvenes no son inmunes a estas enfermedades y cuando estas llaman antes de tiempo las consecuencias pueden ser devastadoras.

Un problema cada vez mayor. La edad es uno de los factores de riesgo clave en la aparición de ictus o accidentes cerebrovasculares (ACV), pero eso no quiere decir que las personas jóvenes sean inmunes a este tipo de eventos. Según señala la Organización Europea del Ictus (ESO por sus siglas en inglés), la prevalencia del ictus isquémico (el tipo de ictus más frecuente) en adultos de entre 18 y 50 años es de aproximadamente 10 casos por cada 100.000 habitantes y año.

Más preocupante quizás es el hecho de que esta prevalencia ha ido creciendo, al menos en los países de renta alta entre la década de 1980 y el presente. También preocupante el hecho de que no sepamos exactamente el motivo.

El ictus. Los ictus se producen cuando interrumpe o se reduce drásticamente el flujo de sangre que llega a una parte del cerebro. Existen dos tipos de ictus en función del origen de esta interrupción, isquémico (el más frecuente), o hemorrágico (menos prevalente).

El ictus isquémico se produce cuando alguna de las vías circulatorias del cerebro se bloquea, por un coágulo o por un estrechamiento de esta vía. El hemorrágico en cambio se ocasiona por la rotura del vaso sanguíneo y puede ser por ello aún más nocivo que el isquémico.

Los factores de riesgo. Los factores de riesgo en la aparición del icuts han sido extensicamente estudiados, pero la información con la que contamos respecto a los casos en los que esta dolencia se desata de forma temprana es más limitada. Un estudio publicado en 2018 en la revista Journal of the American Heart Association estudió estos factores y halló 11 que mostraban correlación estadística.

Estos factores de riesgo incluían la fibrilación auricular, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipos 1 y 2, clolesterol LHD, hipertensión, e historial familiar de ictus. El estudio también halló una correlación negativa entre el colesterol LDL y el riesgo de padecer un ictus a edades tempranas.

Otros estudios han encontrado también factores de riesgo en el consumo de tabaco, obesidad o síndrome metabólico aunque solo el primero de estos tres factores lo hacía con consistencia según ESO.

El peso de la genética. La genética es un importante factor en la aparición del ictus. Otro estudio publicado en 2022 en la revista Neurology, observó algunas tendencias genéticas entre los pacientes con ictus temprano. El equipo encontró una relación entre los genes que determinan el grupo sanguíneo y este riesgo.

La existencia de casos de ictus en el historial familiar es en general considerado un factor de riesgo, pero lo es más cuando estos casos se producen a edades tempranas. Es decir, los casos de ictus en personas jóvenes son, en sí mismos, un factor de riesgo.

Cuando el ictus llega pronto. Los expertos solían pensar que la llegada de un ictus a una edad temprana planteaba un problema menor que su llegada a una edad tardía ya que la capacidad de respuesta era mejor. Sin embargo, los estudios a largo plazo han puesto en duda esa idea: las personas que padecen un ictus a edades tempranas muestran un aumento de la mortalidad a largo plazo entre quienes padecen este tipo de eventos antes de los 60 años.

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