Me he convertido en el jugador más tóxico de Diablo IV, pero aun así tengo más amigos que nunca. Ya he jugado a la Temporada de la Brujería

Publicado el 23/01/2025 por Diario Tecnología Artículo original

Ya sé que hace poco dije que estaba completamente enamorado de la Bruja de Path of Exile 2 y que era mucho menor que el Nigromante de Diablo IV. Y era cierto. Pero Blizzard ha vuelto a entonar su canto de sirena... demoniaco, más bien. No he podido resistirme, así que he regresado a Santuario para jugar la Temporada de la Brujería.

Esta vez tengo razones de peso para volver. Los beneficios de esta temporada es magia oscura pasiva de tres escuelas: destrucción, psíquica (muros) y estados alterados, tanto positivos para curar como negativos para dañar a los enemigos. Y si hay algo que me vuelve loco en los RPGs es matar con minions y/o estados alterados como venenos y maldiciones sin que me roce ni una mota de barro.

Más tóxico, pero con más amigos que nunca

He jugado unas cuantas horas a Diablo IV: Temporada de la Brujería, suficientes para llegar a Nivel 40 y avanzar unos cuantos niveles en el nuevo Pase de Temporada. Había leído que esta sería una de las peores hasta la fecha, pero lo cierto es que creo que está entre las mejores. Y ya puedo decir que es mi favorita.

Tras probar el resto de clases del juego, incluido el Espiritualista, he aceptado mi verdadera naturaleza: soy main Nigromante. Es la única clase que realmente me divierte. Y encima esta temporada tengo más razones que nunca para elegirla debido a las nuevas habilidades de brujería. Utilizo a mi ejército de minions para atacar mientras aplico venenos y otros estados alterados de forma pasiva.

Mi habilidad de brujería favorita se llama Rana Venenosa Sirviente y es justo lo que su nombre indica: una rana que te acompaña de forma permanente, que escupe veneno y que explota en una bomba de veneno al morir. Vuelve tras un tiempo de enfriamiento.

Esta ranita tóxica y adorable se une a las filas de mi ejército, formado actualmente por nueve esqueletos (soldados, mago y golem) y dos mercenarios, Raheir y Adkin. Son un total de 12 sirvientes bajo mi mando. También sumé a los Murciélagos Sirvientes (aparecen cada pocos segundos y queman al enemigo) durante las primeras horas, pero los sustituí por otras habilidades más interesantes. Complemento mi build de Nigromante de putrefacción con:

• Decadencia Aumentada: todos los efectos de brujería infligen un porcentaje mayor de daño de estados alterados durante x segundos. La cantidad y el tipo varía según la mejora y la clase.
• Aura de Absorción: un aura que rodea a mi nigromante e inflige x de daño venenoso por segundo.
• Crecimiento: todos los sirvientes, esbirros y compañeros se vuelven más grandes e infligen más daño temporalmente cuando lanzo la habilidad definitiva.
• Vínculo Vital: mi personaje se vincula a varios monstruos. Cuando sufro daño, les inflijo el 1.100% (sin mejorar) del daño que recibo. Y si se mejora, aumenta el daño y lo convierte en crítico.

Todavía me quedan por desbloquear las siete magias oscuras más poderosas, de las cuales creo que solo una puede servirme: El Ciclo, que hace crecer flores cada poco tiempo en el suelo. Si las pisa un enemigo, les hace daño de veneno. Si las pisa un aliado (no sé si incluye a los NPCs), lo cura.

Nunca me había divertido tanto con el Nigromante como ahora, ¡y eso que la build no está terminada! Estoy pensando en quitar Decadencia Aumentada, ya que Diablo IV no señala que efecto alterado le corresponde a mi clase. La equipé pensando en el veneno, pero creo que hace daño de Sombra... lo cual sería brutal para una construcción basada en daño de Sombra. Quizás lo pruebe más adelante porque hay muchos beneficios para esta rama.

Lo mejor de todo esto es que todas las brujerías son pasivas y se pueden mejorar muchas veces, y cada mejora puede añadir desde efectos nuevos a más daño. No quiero imaginarme las brutalidades que va a hacer la comunidad con estas habilidades. Tampoco el poder que tendrá mi Nigromante después de unas cuantas horas más de farmeo. Nada me hace más feliz que ver a mis esqueletos luchando contra unos enemigos aturdidos por culpa de mis mercenarios y perdiendo vida a un ritmo alarmante por las absurdas cantidades de veneno que comen por segundo. Si no has jugado todavía, ¡te recomiendo que le eches una ojeada!

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