'Louie Louie' parecía una canción inofensiva. Hasta que el FBI la examinó dos años y medio en busca de obscenidades
Publicado el 17/08/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Es muy posible que haya habido numerosas canciones en la historia del pop que hayan merecido un seguimiento exhaustivo por parte del FBI. Cuando el rock'n'roll era considerado un veneno que desestabilizaba a la juventud, abundaban las canciones calificadas por padres y educadores como obscenas, incluso muchas que hoy nos suenan inofensivas. Pero ninguna llegó al extremo de ser investigada durante dos años y medio por una letra incomprensible... por si las moscas.
En 1963, 'Louie Louie', una modesta canción interpretada por el grupo The Kingsmen y que era una versión de una previa de Richard Berry de 1955 se convirtió en uno de los mayores éxitos de la historia de la música pop. Vendió millones de copias, conformando un fenómeno tan notorio que llamó la atención del mismísimo FBI. ¿El motivo? La letra era tan confusa que hacía pensar que podía incluir mensajes ocultos perniciosos.
Y eso que el rastro original de la canción venía de largo. Berry, de hecho, se había inspirado en un bolero cubano de Rosendo Ruiz Jr., versioneado a su vez por René Touzet con el título 'El Loco Cha-Cha'. La letra de la versión de Berry hablaba de un marino que navega de regreso a Jamaica, donde le espera su chica. Su simplicidad (un solo riff en toda la canción) hizo que el propio Berry no la valorara demasiado y vendió los derechos a la discográfica Flip Records.
De este modo la canción circularía como canción de repertorio, con grupos como The Wailers versioneándola antes que The Kingsmen. Curiosamente, el cantante de éstos, Jack Ely, solo había escuchado la canción una vez previamente en una jukebox y pilló mal la melodía, con lo que la canción de los Kingsmen es levemente distinta a todas las anteriores, recibiendo un aire especial, como tocada a contrapié. Cuando su manager vio que la banda pasó un concierto de hora y media tocando solo esa canción, decidió que había que grabarla urgentemente.
Por ese mismo motivo, se decidió que intentarían recrear el sonido de una interpretación en directo, colgando los micros del techo y con todos los instrumentos sonando a la vez. La grabación estuvo llena de problemas: Ely llevaba ortodoncia y apenas se le entendía. Y los instrumentistas no escuchaban su voz, así que cada uno va a su aire: de ahí el famoso error que hay en el minuto 1:57, cuando Ely se adelanta a su entrada tras el solo y el batería llena su error con un redoble mientras el resto de los músicos siguen. Creían que se podría subsanar, pero no hubo tiempo de grabar más tomas. A positivar.
Llega el FBI
El éxito, que llevó a la canción a vender un millón de copias en su primer año de vida, por supuesto, llamó la atención de distintas asociaciones de padres y ligas de la decencia que querían prohibirla por su contenido indecente. Aunque nadie tenía muy claro en qué consistía exactamente la indecencia. Porque al cantante no se le entendía ni remotamente. Aunque echándole imaginación se podía distinguir un leve fuck murmurado a media canción.
El Gobernador de Indiana acabó prohibiendo su difusión en 1964 por su "contenido obsceno", lo que redobló su atractivo para la juventud. El político llegó a decir que sus oidos "zumbaban" cuando escuchaba la canción, lo que indudablemente convertía la película en un objeto demoniaco. Esto disparó el pánico moral y llevó la canción a llamar la atención del gobierno.
Las indagaciones acabaron en manos del FBI: se contrató a expertos criptógrafos analizando cada sonido y, por descontado, el cantante fue interrogado en numerosas ocasiones. Oficialmente, el FBI declaró que la canción era "incomprensible a cualquier velocidad". Pero para curarse en salud, el sello que había editado la canción publicó en la revista 'Broadcasting Magazine', orientada a profesionales y a la industria, la letra íntegra. Para que no quedara ni rastro de duda.
Pero la cosa no quedaría ahí: una carta de un padre enfurecido por culpa de una letra "tan obscena que no podía replicarla" llamó la atencion del fiscal general Robert Kennedy y del director del FBI, J. Edgar Hoover. La investigación se reabrió, se volvió a entrevistar a Richard Berry, a los Kingsmen (curiosamente, no se habló con Ely, que se había ido de la banda) y al personal de la discográfica. Dos años y medio después, el FBI llegó a la conclusión de que la letra era tan críptica que no admitía interpretaciones, y por tanto, no era obscena.
En 2005, cuando 'Louie Louie' se había convertido en un monumento impepinable de la historia del rock, la polémica volvió fugazmente: el superintendente de una universidad de Michigan impidió que la orquesta tocara 'Louie Louie' en una marcha local. Siempre va a haber delirios paranoides entre los altos cargos educativos, está visto.
Hoy la canción se considera un icono cuya influencia en el rock actual es imposible de cuantificar: se han contabilizado 4.000 versiones del tema y figura sin discusión posible, una y otra vez, en las periódicas listas de las mejores canciones de todos los tiempos. Nada mal para haber estado a punto de ser prohibida por el FBI.
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