Los true crimes tienen tal éxito que los creadores de IA menos escrupulosos se han lanzado sobre el género, abriendo un debate moral

Publicado el 19/05/2025 por Diario Tecnología
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Los true crimes tienen tal éxito que los creadores de IA menos escrupulosos se han lanzado sobre el género, abriendo un debate moral

El true crime es un género que, pese a su inmensa popularidad, está éticamente más en entredicho que nunca: polémicas como la del reciente libro de José Bretón hacen que el público se plantee el alcance y las consecuencias de los documentales sobre hechos reales. Que ahora miran a una nueva frontera, con la creación de contenido por IA basándose en hechos reales. O incluso más allá: inventándose completamente los crímenes.

IA tremendista. "El Romance Gay Secreto Del Marido Con Su Hijastro Acaba En Un Espeluznante Asesinato" o "El Romance Secreto De Una Esposa Con La Hija Adolescente De Un Vecino Acaba En Un Espeluznante Asesinato" son algunos de los títulos de los vídeos de True Crime Case Files. Era un canal hoy desaparecido en el que se relataban, normalmente ante imágenes estáticas y generadas por inteligencia artificial, crímenes que podrían pasar por reales. Pero intencionadamente, el autor ocultaba el origen artificial no solo de las imágenes, sino también de las historias, que generaba a través de ChatGPT.

Todo un subgénero. Pronto llamaron la atención, como cuenta 404 Media, de periodistas de las ubicaciones reales mencionadas en los vídeos, quienes se extrañaron de no haber oído hablar de casos tan llamativos. Cuando se hizo público que el contenido estaba generado por IA, pero esto no se mencionaba en ningún sitio, YouTube canceló este y otros canales de su responsable por incumplir las condiciones de la plataforma (entre otras, "políticas de seguridad infantil, que prohíben la sexualización de los menores"). Todavía es posible acceder al contenido en formato audio, no obstante, a través de plataformas como Spotify.

La caricatura no es suficiente. El responsable de True Crime Case Files era un programador de IA que ya se había dedicado a generar pequeñas parodias de comedias románticas tipo Hallmark en YouTube o contenido de relleno en redes sociales como Facebook. Según cuenta a 404 Media, exageró de forma desproporcionada los detalles de los casos para que fuera evidente que se trataba de casos inventados pero, tal y como sucede con los vídeos de Facebook e Instagram obviamente generados por IA, hay decenas de personas que se los creen.

Otros true crimes con IA. Por supuesto, el caso de True Crime Case Files no es aislado, aunque quizás sí sea el único que ha intentado pasar por crímenes reales sus historias: CEN Stories tiene el mismo estilo visual, en las imágenes y en los titulares, y un disclaimer que avisa del contenido generado por IA, aunque el aviso aparece solo en la descripción, sepultado entre resúmenes y hashtags, y no dentro del propio vídeo. En TikTok también abundan, siempre especificando sus orígenes artificiales, y en innumerables variantes.

En Detective Challenge los casos son inventados, y en TrueCrimeAIMedia se mezclan hechos reales con inventados. Hay canales en español, como Casos Basados y otros que no solo cuentan crímenes, como Mi Historia IA, sino que introducen trivia morboso de casos históricos, como el amante castrado de Nerón o hacen pasar por reales populares casos del cine y la televisión, como el de Freddy Krueger. Todo un catálogo de canales, unos más próximos a límites morales que otros, pero todos sacando partido de la IA para generar tres o cuatro vídeos a la semana que acumulan miles de visitas.

Más basura. Aunque todos estos casos están cubiertos desde un punto de vista legal, sin duda tienen rasgos en común con lo que se conoce como 'slop', contenido de baja calidad generado por IA y que inunda las redes sociales. Lo de menos es que se pueda distinguir si es material artificial o no sino cómo las propias plataformas favorecen estos contenidos con el algoritmo, ya que la cantidad les interesa más que la calidad.

Para qué nos sirve el true crime. A esto se suman los propios límites del true crime, que desde su origen en novelas como 'A sangre fría' jugaban con la confusión entre realidad y fantasía. Las películas de crímenes y suspense llevan desde siempre inspirando sus historias en casos reales, que manipulan atendiendo a intereses dramáticos pero sin acreditar sus orígenes en la realidad, lo que quizás también tenga zonas grises morales que conviene explorar.

A menudo se critican los documentales true crime por explotar el trauma de las víctimas y sus familias y transformar su sufrimiento en espectáculo, pero el uso de la IA añade una nueva capa. La inteligencia artificial se alimenta de documentación de casos reales y ficticios, y propone una amalgama indistinguible de la realidad que puede llegar a ser más dañina: el sensacionalismo retuerce los hechos, y la IA lo hace, pero de una forma aún más perversa.

Ética del crimen. La ética que se supone a un medio de comunicación tradicional se difumina en estos casos, sumergidos en un área brumosa donde realidad y fantasía se confunden, pero sin atender a límites éticos ¿Qué es peor? ¿Una historia fabricada pero cuyas características son idénticas a un caso real, o un true crime que acredita sus similitudes con la realidad, pero que las prisas y la falta de medios llevan a vídeos que alimentan el morbo de los espectadores sin necesidad de responder ante límites legales? El true crime sigue evolucionando, y no necesariamente hacia zonas más tranquilizadoras.

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