Los barcos petroleros están cambiando de ruta para evitar el estrecho de Ormuz. Quién va a pagar el desvío: nosotros

Publicado el 19/06/2025 por Diario Tecnología
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Los barcos petroleros están cambiando de ruta para evitar el estrecho de Ormuz. Quién va a pagar el desvío: nosotros

Las hostilidades entre Israel e Irán han alcanzado un nuevo pico de tensión. El impacto no se ha hecho esperar: el precio del petróleo sube y todas las miradas apuntan al Estrecho de Ormuz. Por ese paso estrecho circula casi una quinta parte del crudo mundial, y aunque no ha sido bloqueado, la tensión ya está alterando rutas, encareciendo el transporte y elevando la presión sobre el mercado energético global.

Un cuello de botella global. El Estrecho de Ormuz conecta al golfo Pérsico con el golfo de Omán y el mar Arábigo, y está bajo el control de Irán. Solo en 2024, por esta vía se transportaron más de 1,4 millones de barriles diarios en buques. Según Bloomberg, también gestiona cerca del 27% del flujo global de gas licuado de petróleo (GLP). Una obstrucción parcial o total afectaría directamente a potencias energéticas como China e India, así como a la propia Irán, que posee la tercera reserva petrolera más grande del planeta.

Una subida sin precedentes. En medio del recrudecimiento del conflicto, muchos armadores han comenzado a evitar la zona o a exigir primas de riesgo mucho más altas para cruzarla. Según Financial Times, el resultado ha sido una subida vertiginosa de los precios de fletamento. Según cifras de Clarksons Research citadas por el medio británico, la tarifa diaria para alquilar un VLCC (Very Large Crude Carrier) que transporta 2 millones de barriles de crudo desde el Golfo a China saltó de 19.998 dólares a 47.609 dólares en solo una semana. Y no solo se ha encarecido el transporte de petróleo: los buques cisterna que trasladan productos refinados, como gasolina y diésel, también han duplicado sus tarifas, alcanzando más de 51.000 dólares diarios en esa misma ruta.

El gas siente el impacto. La tensión ha provocado una ligera caída en el tráfico marítimo por la zona, y algunos países han comenzado a tomar precauciones. Catar, a través de su empresa estatal QatarEnergy —el mayor exportador de GNL del mundo—, recomendó oficialmente a sus embarcaciones extremar cuidados al cruzar el estrecho, siendo la primera medida conocida por parte de un productor energético del Golfo, según Bloomberg.

Se recrudece la tensión. Irán, bajo sanciones internacionales, emplea una "flota fantasma": barcos que operan fuera del sistema regulatorio internacional, sin seguros válidos ni certificaciones de seguridad. Esto no solo representa un riesgo legal, sino también operativo. El pasado 17 de junio, el petrolero Front Eagle, de la compañía noruega Frontline, colisionó con uno de estos buques justo después de salir del Golfo, según Reuters. Ese mismo día, otros dos petroleros colisionaron e incluso se incendiaron, mientras que otros dos fueron abordados por embarcaciones iraníes, lo que llevó a una "alerta máxima" en la zona.

Según Richard Fulford-Smith, director de la firma Eden Ocean, citado por el Financial Times, algunos compradores de crudo están optando por proveedores distintos a Irán que utilizan embarcaciones reguladas. Esto está empujando la demanda hacia la flota legítima y encareciendo aún más las tarifas globales.

¿Y ahora qué? La incertidumbre ya ha empujado a algunas compañías a redirigir sus rutas fuera del Golfo Pérsico, a pesar del costo adicional. China e India podrían aumentar sus compras a proveedores como Arabia Saudita o Rusia, que no dependen del Estrecho. Así que, algunas embarcaciones están exigiendo primas de riesgo más elevadas para cruzar la zona, mientras otras prefieren evitarla por completo. Por su parte, Estados Unidos ha comenzado a reforzar su presencia militar.

¿Puede haber un cierre real? Aunque no se ha producido un cierre oficial del Estrecho, la tensión ha elevado los temores de que pueda ocurrir. Oxford Economics ha advertido recientemente en Bloomberg que el precio del barril de Brent podría alcanzar los 130 dólares si se produce un bloqueo total. Y lo más preocupante: una eventual prima de riesgo podría mantenerse incluso después de una reapertura. Por ahora, los flujos continúan, pero con mayor cautela y una presencia naval cada vez más densa.

Riesgo energético. El Estrecho de Ormuz sigue abierto, pero el temor a un bloqueo está más presente que nunca. Por ahora, el flujo de crudo y gas continúa, aunque condicionado por un conflicto que amenaza con extenderse. La tensión no ha paralizado el comercio, pero lo ha encarecido. Y eso, en el mercado energético, es suficiente para encender las alarmas.

Imagen | Pexels

Xataka | Un temor se ha apoderado de la industria del petróleo mundial: el cierre del estrecho de Ormuz por parte de Irán

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