Las centrales nucleares tienen un recurso muy valioso para no colapsar si falla la electricidad: la estrategia "flex"

Publicado el 29/04/2025 por Diario Tecnología
Artículo original

Las centrales nucleares tienen un recurso muy valioso para no colapsar si falla la electricidad: la estrategia "flex"

El sistema de refrigeración de los reactores de las centrales nucleares tiene un propósito fundamental: garantizar que las barras de combustible permanecerán en todo momento dentro de su rango de temperaturas de operación. Si este parámetro se incrementa excesivamente podrían fundirse y desencadenar un accidente grave. Para evitarlo los reactores nucleares convencionales, como los que tenemos en las plantas nucleares españolas, cuentan con un circuito de refrigeración triple.

El circuito primario está constituido por la vasija que contiene las barras de combustible y un depósito conocido como intercambiador de calor. El agua caliente procedente de la vasija circula entre ambos depósitos gracias a la acción de una bomba, de modo que se enfría en el intercambiador antes de regresar a la vasija. Este circuito es cerrado. Además, el intercambiador de calor actúa como un generador de vapor, por lo que un segundo circuito se responsabiliza de introducir en su interior el agua fría que al entrar en contacto con el agua caliente del circuito primario entra en ebullición.

De ahí procede el vapor necesario para transferir a la turbina la energía cinética que hará posible la obtención de electricidad gracias a la acción del alternador. Una vez que el fluido atraviesa la turbina el vapor de agua se enfría y se condensa en el interior de un depósito adicional para propiciar la aparición de agua en estado líquido que volverá a ser introducida en el intercambiador de calor, dando lugar así a un segundo circuito cerrado conocido como circuito secundario. De nuevo una bomba se responsabiliza de que el agua circule entre el depósito de condensación y el intercambiador de calor.

Hasta ahora hemos descrito dos circuitos cerrados diferentes, el primario y el secundario, pero nos hemos dejado un cabo suelto. Para que el vapor de agua del circuito secundario se condense en el interior del depósito de condensación es necesario introducir en este último agua fría. Y para hacerlo es preciso recurrir a un tercer circuito conocido como circuito de refrigeración externa. El agua de esta última instalación procede del mar o de un río próximo a la central nuclear, de ahí que sea necesario alojar este tipo de centrales cerca de uno de estos dos recursos naturales.

En las centrales nucleares modernas la flexibilidad y la redundancia lo son todo

Como acabamos de comprobar, para que el agua que actúa como elemento refrigerante circule correctamente en el interior de los circuitos primario y secundario es necesaria la acción de al menos dos bombas, una para cada circuito. Y, como es lógico, las bombas necesitan electricidad para funcionar, al igual que muchos otros elementos del reactor nuclear, como el presionador, las bombas del circuito de refrigeración externa o las bombas de inyección de seguridad. Os lo explicamos todo con más detalle en el artículo que dedicamos a las salas de control de las centrales nucleares.

Los equipos portátiles permiten realizar todas esas funciones desde fuera sin tener que depender de alimentación eléctrica exterior

Tras Fukushima se reforzó la seguridad de todas las centrales nucleares del mundo. Fueron sometidas a unas pruebas de estrés muy importantes durante las que se revisaron todos los parámetros de la central, especialmente aquellos que tenían relación con lo que había pasado en Fukushima, como su capacidad de resistir inundaciones, seísmos o apagones en la red eléctrica. Y una vez que se revisó todo se estandarizó en todo el mundo la incorporación de una serie de medidas para mitigar y prevenir ese tipo de accidentes. Esta estrategia se conoce como «flex», que es el apócope de flexibilidad.

Las centrales nucleares se han diseñado para prevenir los accidentes base de diseño. Esta filosofía consiste en pensar qué puede suceder con el propósito de implementar unas medidas de seguridad para mitigarlos en caso de que se produzcan. Lo que ocurre es que en la práctica, como es lógico, hay accidentes que puedes no tener previstos, por lo que además de los sistemas de seguridad previos a Fukushima se han incorporado una serie de equipos portátiles que permiten realizar todas esas funciones desde fuera sin tener que depender de alimentación eléctrica exterior.

Son equipos totalmente portátiles y autónomos que ya están incorporados en todas las centrales nucleares, y que se pueden transportar también de una central a otra en caso de necesidad vía helicóptero o por medio de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Además, también hay un almacén central en Tecnatom Madrid donde hay equipos portátiles que se podrían trasladar en dos o tres horas a cualquier central nuclear española. Como acabamos de ver, la redundancia de los equipos también es una estrategia crucial en las instalaciones nucleares. No obstante, hay otro recurso más que es aún más importante: la cultura de seguridad. La formación de todas las personas que trabajan en una central nuclear es individualizada y permanente durante toda su carrera profesional.

En Xataka | China y Rusia tienen un plan extremadamente ambicioso: en 2028 construirán una central nuclear en la Luna

En Xataka | Este reactor nuclear es diferente a todos los demás. Ha sido diseñado expresamente para los centros de datos

utm_campaign=29_Apr_2025"> Juan Carlos López .