Las aerolíneas siempre te van a dejar llevar un paracaídas dentro del avión. El único problema es que no sirve para nada
Publicado el 15/03/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Hubo un momento en el que montar en avión era un lujo. Hoy, la experiencia es más parecida a la de entrar en una lata con alas. Además, la organización no es la más óptima y, aunque es muy seguro, la ansiedad por volar puede provocar que algunos pasajeros se planteen medidas tan extremas como la de llevar su propio paracaídas.
La respuesta corta es: puedes. La larga: puedes, pero con bastantes restricciones y razones por las que nunca será parte del equipamiento habitual de seguridad a bordo.
No es realista. Buscando información sobre el asunto, es curioso que las primeras respuestas aludan a que los aviones comerciales no necesitan paracaídas porque son muy seguros y no hace falta que el pasaje salte del vehículo en marcha. Indagando un poco más, podemos encontrar motivos perfectamente lógicos por los que ni la tripulación lleva paracaídas (por mucho que se hayan visto en algunas películas).
Lo primero es que la altura a la que vuela un avión comercial es muy, muy alta. Saltar desde unos 10 kilómetros de altura no sólo es arriesgado, aunque el usuario tenga una máscara de oxígeno: la temperatura es tan baja que el remedio puede ser peor que la enfermedad. Además de la altura, juega en contra la velocidad, siendo también elevada y convirtiendo el salto en algo muy peligroso. Bueno, y la presión que puede provocar una pérdida de consciencia. Y ni hablar de despresurizar la cabina para tirarnos…
Mala idea. Para que nos hagamos una idea, un vuelo comercial va a entre 10.000 y 12.000 metros de altitud, y a velocidades de entre 800 y 950 km/h. En un vuelo preparado para saltar en paracaídas, lo normal es que la altitud sea de entre 3.000 y 4.000 metros, con excepciones a un par de cientos de metros más. Y la velocidad es de unos 200 km/h.
Saltar de un avión comercial en marcha si éste tiene un problema provocaría que, seguramente, los motores nos engullan. Y si saltamos desde la puerta de cola, lo más fácil es que acabemos espachurrados contra el rotor trasero o tan desequilibrados por la aerodinámica que no sepamos ni de dónde tenemos que tirar para accionar el paracaídas.

A facturar. Esos son los motivos por los que los aviones comerciales no llevan paracaídas, pero, como decíamos, sí podemos llevar un paracaídas en un avión de este tipo. Y las aerolíneas lo tratan como un bulto más. Así, un paracaídas (que plegado tiene forma de mochila de acampada) cuenta como una pieza de equipaje. En algunas aerolíneas, no podríamos entrar con el paracaídas y con una mochila normal, por ejemplo. Pero siempre se podría facturar.
Y con restricciones. Ahora bien, no es tan fácil como decir “ok, pues me monto sólo con el paracaídas porque no necesito más equipaje”. No es tan sencillo debido a que deben embalarse de manera muy precisa, la bolsa debe ser especial para este tipo de elementos y en ella no puede haber más ropa o cualquier tipo de artículo personal.
Si el paracaídas tiene algún elemento de seguridad como un bote de humo, tampoco estará permitido. Y si tienen cilindros de gas, elementos pirotécnicos o cualquier otro tipo de artículo prohibido, más de lo mismo. Las propias aerolíneas contemplan la posibilidad de llevar este tipo de equipaje siempre que se cumpla lo que hemos comentado:
“Las bolsas y estuches de equipos deportivos no deben contener ropa u otros artículos personales. Solo deben usarse para transportar equipos deportivos. Todo el equipo debe estar embalado de manera segura en un contenedor especial para equipo de paracaidismo o en una bolsa resistente, o hecha de lona, para artículos deportivos.”
Ve con la lección aprendida. Ahora bien, aunque las aerolíneas lo permiten y las administraciones de seguridad en el transporte también lo contemplan, es posible que nos toque explicar qué es lo que llevamos. Por eso, un par de recomendaciones son:
- Empaquetar por separado el artículo para facilitar su inspección en caso de ser necesario.
- Llevar una copia de la regulación de las autoridades para que el personal del aeropuerto/aerolínea no familiarizado con el tema tenga más información sobre el mismo.
- Y, como es muy probable que el equipo llame la atención, la recomendación es que llegues con unos minutos -más- de antelación por si toca pasar un control.
Si muchas veces he tenido que explicar en el control que lo que llevo para hacer fotos con mi cámara analógica son carretes que pueden dañarse en el escáner… como para andar explicando por qué voy con un paracaídas. Y ojo, como muchas veces en estos casos, siempre es mejor pasarse de precavido. Como la TSA (el órgano de seguridad en el transporte de Estados Unidos) comenta al respecto:
“La decisión final sobre si se permite un artículo a través del puesto de control corresponde al oficial de la TSA.”
Imágenes | Adam Reeder, Hunini,
utm_campaign=15_Mar_2025"> Alejandro Alcolea .