La verdadera magnitud del ataque con drones de Ucrania a Rusia la ha revelado el espacio: los bombarderos no estaban solos

Publicado el 05/06/2025 por Diario Tecnología
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La verdadera magnitud del ataque con drones de Ucrania a Rusia la ha revelado el espacio: los bombarderos no estaban solos

Desde que el 1 de junio se reveló la Operación Spiderweb, el ataque encubierto que Ucrania había estado preparando 18 meses en una ofensiva con drones sin precedentes sobre las bases aéreas de Moscú, una pregunta ha estado en el aire: el alcance de la ofensiva. Se han dicho muchas cifras sobre los bombarderos afectados, aunque cada bando difiere en la forma de reflejarlo. Ahora, las imágenes por satélite ofrecen una visión sin género de duda de la magnitud real de los daños.

Operación quirúrgica con IA. Ahora sabemos que la ofensiva ha marcado un punto de inflexión en la guerra al revelar, con imágenes desde el espacio y vídeos oficiales, el agujero a los activos más estratégicos de la aviación rusa. Como ya contamos, coordinada por el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), la operación utilizó drones avanzados dotados con algoritmos de inteligencia artificial que, en casos de pérdida de señal, completaron sus misiones de forma autónoma siguiendo rutas preprogramadas.

Las cargas explosivas se activaban automáticamente al alcanzar los objetivos designados, una capacidad que combina autonomía tecnológica con precisión quirúrgica, y que subraya un nuevo nivel de sofisticación en la guerra no tripulada.

Limpieza de escombros en la base aérea de Olenya a partir del 4 de junio Limpieza de escombros en la base aérea de Olenya a partir del 4 de junio

Confirmación visual de los daños. Inicialmente, las autoridades ucranianas anunciaron la destrucción de hasta 41 aeronaves, incluyendo bombarderos estratégicos Tu-95MS y Tu-22M3, así como aviones de alerta temprana A-50. Sin embargo, los nuevos datos, confirmados luego en paralelo en un análisis del Washington Post, confirman de manera verificable la destrucción de al menos ocho Tu-95MS y cuatro Tu-22M3, lo que representa una pérdida significativa, incluso si es menor que las primeras afirmaciones.

Una vista más cercana de dos aviones Tu-95MS destruidos en Olenya Una vista más cercana de dos aviones Tu-95MS destruidos en Olenya

Belaya. En la base aérea de Belaya, las imágenes satelitales de alta resolución muestran los restos calcinados de tres Tu-95MS y cuatro Tu-22M3, todos aparentemente situados en zonas activas de operación, lo que indica que eran unidades plenamente funcionales. En Olenya, en el norte de Rusia, las marcas de impacto y fuego confirman la destrucción de al menos cinco aeronaves, entre ellas tres Tu-95MS y un avión de transporte An-12.

Contaba el Post que aunque este tipo de imágenes es complejo de interpretar, los expertos del Middlebury Institute, junto con consultores independientes, identificaron patrones consistentes con destrucción total o severa de las aeronaves. Además, vídeos procedentes de drones ucranianos muestran una línea de Tu-95 estacionados antes del impacto, y fue posible verificar incendios intensos en zonas donde, hasta el 22 de mayo, se encontraban visibles varios Tu-22. Estas pruebas apuntalan la afirmación de que Belaya fue el objetivo principal del ataque.

Olenya, vista después del ataque con drones, en imágenes del 4 de junio. Olenya, vista después del ataque con drones, en imágenes del 4 de junio

Golpe a la capacidad de mando. El ataque también apuntó contra los vitales aviones A-50 de alerta temprana en la base de Ivanovo, aunque por el momento no se dispone de imágenes claras que demuestren destrucción total. Sí existen vídeos en los que se observa a los drones alcanzando directamente a estas plataformas, cuyo número ya era limitado antes de la guerra.

De los nueve A-50 activos que Rusia poseía al comenzar la invasión, al menos dos ya habían sido destruidos y otro fue dañado en Bielorrusia. De confirmarse nuevas pérdidas en Ivanovo, se trataría de un golpe crítico a la capacidad de detección aérea rusa, pues estos aparatos no solo son escasos, sino también extremadamente difíciles de reemplazar.

Otro Tu-22M3 destruido en Belaya Otro Tu-22M3 destruido en Belaya

Daños por confirmar. En otras bases como Dyagilevo y Ukrainka, las imágenes no muestran daños evidentes por ahora. No obstante, la posibilidad de daños menores por metralla no puede descartarse, ya que este tipo de impacto no siempre es visible desde el espacio. Algunos analistas han confundido la colocación de neumáticos sobre las alas de los aviones (táctica rusa para interferir con los sistemas de guiado) con restos calcinados. La confirmación definitiva dependerá de imágenes futuras, aunque el encubrimiento activo de Moscú y el desplazamiento de aeronaves podrían dificultar el análisis más preciso.

Dicho esto, muchos expertos concluyen que, de haber habido destrucción de aeronaves, esta no habría podido ocultarse en tan poco tiempo, lo que sugiere que las bases fueron probablemente atacadas, pero sin aciertos efectivos o significativos.

Impacto militar. Más allá de los números, la relevancia del ataque reside en su carácter simbólico y estratégico. Y es que, los bombarderos destruidos no estaban solos. Estaban armados con misiles de crucero Kh-101 y listos para lanzar ataques contra Ucrania. Esto no solo valida su condición de objetivo legítimo, sino que también subraya la vulnerabilidad real de los activos más caros y valiosos del Kremlin.

El hecho de que no haya forma práctica de reemplazar los Tu-95MS ni los Tu-22M3, ambos fuera de producción desde hace décadas, convierte cada pérdida en una herida permanente para la aviación estratégica rusa. La evidencia satelital y los vídeos del SBU muestran a los drones impactando directamente sobre las aeronaves cargadas con misiles.

Repercusiones y estrategia. Qué duda cabe, el ataque obliga a Moscú a reconsiderar profundamente la postura y dispersión de sus bombarderos, que ahora deberán operar desde bases más alejadas y menos vulnerables, reduciendo su eficacia y tiempo de respuesta. La operación ha sembrado inquietud visible incluso entre las tripulaciones rusas, algunas de las cuales han comenzado a pintar referencias a los aviones destruidos en sus propias municiones.

Si se quiere también, esta reacción psicológica interna delata el alcance del golpe: el asalto ucraniano ha quebrado la sensación de invulnerabilidad que rodeaba a la aviación estratégica rusa, y ha mostrado al mundo que ni siquiera sus bombarderos nucleares están a salvo de una guerra asimétrica, precisa y tecnológicamente avanzada.

Imagen | Maxar Technologies

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