La crisis de natalidad está japonizando poco a poco a Europa. E Italia es la punta de lanza de ese cambio

Publicado el 04/06/2025 por Diario Tecnología
Artículo original

La crisis de natalidad está japonizando poco a poco a Europa. E Italia es la punta de lanza de ese cambio

2024 no ha sido un buen año para los italianos. No al menos si hablamos de demografía. Aunque el flujo de inmigrantes le ha permitido suavizar el golpe, el país ha visto cómo su tasa de fecundidad caía a mínimos históricos, las familias seguían encogiendo, la edad media de la población mantenía su escalada hasta aproximarse a la barrera psicológica de los 50 años y el éxodo de ciudadanos que deciden buscar su futuro en el extranjero aumentaba un 36%, privando a la nación sobre todo de jóvenes cualificados, algo que ya preocupa a su banco central.

Italia no es el único país que soporta los gélidos vientos del invierno demográfico, pero su deriva ya amenaza con convertirlo en el Japón del viejo continente.

La natalidad, cuesta abajo. Hace unas semanas el Instituto Nacional de Estadística de Italia (ISTAT) publicó un balance global sobre la demografía de 2024 que deja pocas alegrías y alguna que otra decepción. El país cerró el año con 370.000 nacimientos, una mala noticia por partida doble. Primero porque supone un descenso del 2,6% con respecto a 2023 y agrava la caída de su tasa de natalidad. Segundo, porque deja su índice de fecundidad en mínimos históricos: 1,18 hijos por mujer. El anterior récord, de 1,19, se había alcanzado en 1995.

Cf83af2c 4ce1 44b9 9480 40b17a4e1f77

Un problema estructural. Para ISTAT esa pérdida de bebés es preocupante porque releva algo más que un simple caída del índice de fertilidad. En su opinión entronca con la pérdida de hombres y mujeres en edad de tener hijos.

"La relevancia del aspecto estructural es evidente", advierte. "Si se considera la población femenina en edad productiva (15-49 años), ha pasado de 14,3 millones em enero de 1994 a 11,4 en enero de 2024". En el caso de los hombres el grupo en la misma franja de edad ha bajado de 14,5 millones a apenas 11,9. De ahí que la actual tasa de fecundidad del 1,18 sea mucho más problemática que la de 1995.

Camino de los 50 años. Otro de los problemas con los que lidia Italia es el envejecimiento de su población, un fenómeno sobre el que ha advertido también Eurostat. Según el organismo italiano, a comienzos de 2025 la edad media de la población que reside en Italia rondaba ya los 46,8 años, dos décimas más que hace un año. Los datos que maneja Eurostat dibujan un panorama incluso más aciago: sitúan la edad mediana en 48,7 años, el segundo mayor dato de toda la UE. Solo lo supera Mónaco, donde marca 50,5 años. La media europea es de 44,7.

En Italia los niños (menores de 14 años) representan el 11,9% del total y la población en edad laboral el 63,4%. Ambas franjas experimentaron retrocesos en 2024, a diferencia de lo que ocurrió con el grupo de ciudadanos que rebasan los 65 años: suponen el 24,7% del total, cuatro décimas más que hace un año. Entre ellos crecen además los octogenarios y nonagenarios. Si nada cambia, hay quien calcula que en 2040 habrá cinco millones de personas menos en edad de trabajar.

El otro desafío: el éxodo. Italia está afrontando otro problema que ha hecho saltar las alarmas de expertos y autoridades: la emigración. El año pasado salieron del país 191.000 personas, un 20,5% más que en 2023. La mayoría de ellas, unas 156.000, eran además italianos que optaron por buscarse la vida en el extranjero, lo que representa un aumento notable con respecto a 2023. El resto (alrededor de 35.000) son expats de otras nacionalidades, como la rumana, que llevaban tiempo residiendo en Italia y por una razón u otra decidieron hacer las maletas.

Buscándose la vida fuera. "Son cifras contundentes, aunque podrían quedarse cortas según algunos analistas, como Federico Fubini, quien hace poco publicó una columna en Corriere en la que recordaba que hay italianos que han abandonado el país sin tramitar el cambio de residencia, por lo que el fenómeno podría ser mayor.

"Cada vez más italianos optan por la vía de la autodeterminación y abandonan el país por situaciones que consideran mejores", señala. En su opinión, el fenómeno migratorio actual no es comparable al de la década pasada, cuando la pérdida de población estaba motivada básicamente por la falta de empleo en Italia. "Hoy sí lo hay y, en cambio, la gente, en su mayoría jóvenes, va a buscarlo en otros lugares".

"Crear oportunidades". Ese último matiz, el de los jóvenes que deciden marcharse, es fundamental. Tanto, de hecho, que ha llevado al gobernador del Banco de Italia, Fabio Panetta, a pedir que se tomen medidas para retener talento y capital humano. "Es necesario crear oportunidades de empleo atractivas para los muchos italianos que abandonan el país en busca de mejores perspectivas", advertía hace unos días en declaraciones recogidas por Financial Times.

El diario recuerda que entre 2014 y 2023 abandonaron el país más de un millón de italianos y más de un tercio de ellos eran jóvenes de entre 25 y 35 años, muchos de ellos con títulos universitarios. Durante ese período realizaron el trayecto inverso (nativos que optan por regresar) muchos menos jóvenes. De ellos apenas 50.000 tenían formación superior. El propio ISTAT calcula que el saldo migratorio de jóvenes graduados ha sido negativo, con una pérdida neta de 97.000.

Un saldo en números rojos. Con 370.000 nacimientos y 651.000 fallecimientos, Italia cerró 2024 con un saldo natural negativo de 281.000 personas. Esa pérdida consiguió suavizarla en parte gracias a la llegada de gente desde el extranjero. Aunque su flujo cayó con respecto al año anterior, se mantuvo en 435.000 (incluidos unos 53.000 repatriados), suficiente para compensar la fuga de italianos a otros países y dejar un saldo migratorio general positivo. El país despidió el año con un censo de unos 58,9 millones de residentes.

El ejemplo de Japón. Italia no es el único país que atraviesa turbulencias demográficas. De hecho si España ha alcanzado un récord de población (49,1 millones) es gracias al aumento de la población extranjera, que compensa la disminución de la nativa. El pinchazo de la natalidad y el paulatino envejecimiento son tendencias que van más allá de la sociología o la simple estadística para entroncar directamente con la política, la economía y el bienestar.

El mejor ejemplo lo deja Japón, que tras décadas con su motor demográfico gripado se enfrenta ahora a lo que ha bautizado como "Problema 2025", un nivel de envejecimiento que representa un desafío socioeconómico para la nación.

Imágenes | Ennio Berti (Unsplash) e ISTAT

En Xataka | En toda Europa la natalidad se desploma en cuanto las mujeres comienzan a ganar más dinero. Excepto en Suecia

utm_campaign=04_Jun_2025"> Carlos Prego .