iPhone 17 Pro, análisis: potencia, cámara de vapor y ocho lentes en el bolsillo. Todo un iPhone Ultra en esencia
Publicado el 17/09/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Abrir la caja de un nuevo iPhone siempre tiene algo de ritual. En mi caso, lleva años acompañado de esa mezcla entre emoción contenida y curiosidad técnica. El iPhone 17 Pro llega con un diseño que no se limita a ser un cambio estético, sino que marca un punto de inflexión en la línea. Apple ha sustituido el titanio de la generación anterior por un cuerpo unibody de aluminio forjado, con un acabado tan pulido que casi parece una pieza escultórica.
Lo primero que notas al sostenerlo es la diferencia de peso y tacto: ligero, sólido, con esa frialdad metálica que recuerda a cuando estrenábamos un iPod clásico y parecía que llevábamos un objeto indestructible en el bolsillo. El nuevo acabado viene en tres colores que no pasan desapercibidos: plata, azul oscuro y un naranja cósmico que personalmente me tiene enamorado. Al principio pensé que sería demasiado llamativo, pero me ha acompañado en cafés, reuniones y alguna que otra escapada fotográfica, y lo cierto es que atrae miradas.
Ficha técnica del iPhone 17 Pro
IPHONE 17 PRO |
IPHONE 17 PRO MAX |
|
---|---|---|
Dimensiones |
Alto: 15 cm Ancho: 7,19 cm Grosor: 0,88 cm |
Alto: 16.34 cm Ancho: 7,8 cm Grosor: 0,88 cm |
PANTALLA |
OLED LTPO de 6,3 pulgadas Tasa de refresco de 120 Hz |
OLED LTPO de 6,9 pulgadas Tasa de refresco de 120 Hz |
PROCESADOR |
Apple A19 Pro |
Apple A19 Pro |
RAM |
- |
- |
ALMACENAMIENTO |
256 GB / 512 GB / 1 TB |
256 GB / 512 GB / 1 TB / 2 TB |
CÁMARA DELANTERA |
18 MP apertura ƒ/1,9 Grabación de vídeo en 4K a 24, 25, 30 o 60 f/s |
18 MP apertura ƒ/1,9 Grabación de vídeo en 4K a 24, 25, 30 o 60 f/s |
CÁMARA TRASERA |
Principal: 48 MP 24 mm, apertura de ƒ/1,78 Ultra Gran Angular: 48 MP 13 mm, apertura de ƒ/2,2, campo de visión de 120° Teleobjetivo x2: 48 MP 48 mm, apertura de ƒ/1,78 |
Principal: 48 MP 24 mm, apertura de ƒ/1,78 Ultra Gran Angular: 48 MP 13 mm, apertura de ƒ/2,2, campo de visión de 120° Teleobjetivo x2: 48 MP 48 mm, apertura de ƒ/1,78 |
BATERÍA |
Reproducción de vídeo: hasta 31 horas. Streaming de vídeo: hasta 28 horas. |
Reproducción de vídeo: hasta 37 horas. Streaming de vídeo: hasta 33 horas. |
SOFTWARE |
iOS 26 |
iOS 26 |
CONECTIVIDAD |
Wi-Fi 7 5G Bluetooth 6 USB-C (USB 3.0) |
Wi-Fi 7 5G Bluetooth 6 USB-C (USB 3.0) |
OTROS |
Face ID IP68 |
Face ID IP68 |
COLORES |
Plata, naranja cósmico, azul oscuro |
Plata, naranja cósmico, azul oscuro |
PRECIO |
Desde 1.319 euros. |
Desde 1.469 euros. |
Un identidad diferente

Apple siempre ha sabido jugar con la identidad cromática de sus dispositivos, y aquí parece que quiere provocar una sensación similar a la que generaron los iMac de colores en 1999: no es sólo tecnología, es también un objeto de expresión personal. Pero lo más importante no está en la superficie, sino dentro. El cambio de titanio a aluminio no es sólo una decisión estética o de marketing, sino un movimiento clave para mejorar la gestión térmica y permitir baterías de mayor capacidad.
El nuevo diseño integra una cámara de vapor soldada por láser al chasis, que funciona como un sistema de disipación avanzada. Durante mis pruebas, esto se ha notado especialmente al jugar sesiones largas en Apple Arcade o al exportar vídeos en ProRes RAW: el dispositivo se calienta, sí, pero nunca llega a ser incómodo como en generaciones anteriores. Esa sensación a veces incómoda con el iPhone 16 Pro Max en situaciones extremas en la mano ha quedado atrás.

Lo curioso es que esta evolución me recuerda a cuando los portátiles Mac abandonaron el policarbonato en favor del aluminio unibody. No fue un simple cambio de material, fue un salto de concepto: menos modularidad, pero más solidez, durabilidad y rendimiento sostenido. El iPhone 17 Pro quiere transmitir ese mismo mensaje, y lo consigue desde el primer minuto que lo sacas de la caja.
Una pantalla que se impone incluso bajo el sol

Uno de los momentos que más me han sorprendido con este iPhone 17 Pro ha sido salir a la calle en pleno mediodía, abrir la cámara y comprobar que la pantalla seguía siendo perfectamente visible. Apple ha llevado la Super Retina XDR hasta los 3000 nits de brillo máximo en exteriores, una cifra que, más allá de lo técnico, significa que puedes encuadrar una foto en un día soleado sin entrecerrar los ojos ni buscar sombra.
La sensación de fluidez se mantiene con los 120 Hz de ProMotion, que siguen siendo un estándar impecable. Pero lo que realmente cambia la experiencia es el nuevo tratamiento antirreflejos. Ponerlo junto a un iPhone 16 Pro es revelador: en este último, las huellas y los reflejos siempre estaban presentes, en el 17 Pro se reducen hasta el punto de que a veces te olvidas de limpiarlo.

La pantalla siempre activa se mantiene, y confieso que cada vez lo uso más, especialmente con los widgets interactivos de iOS 26. La combinación de diseño y software hace que el iPhone se sienta más útil incluso cuando está “apagado”. Me recuerda a cuando el Apple Watch introdujo la pantalla siempre encendida: al principio parecía un detalle, hoy es algo que no podemos concebir que falte.
Ver series o películas en HDR en este panel es otro nivel. Probé a reproducir la última temporada de la premiada “The Studio” en Apple TV+ y la nitidez de las escenas oscuras es impresionante. Esa sensación de estar frente a un panel OLED de televisor se refuerza con el soporte de Dolby Vision y el nuevo Ceramic Shield 2, ahora también en la parte trasera. Según Apple, es tres veces más resistente a los arañazos, y aunque no he tenido la osadía de ponerlo a prueba a propósito, sí puedo decir que tras varios días de uso con llaves y cables en el bolsillo, la superficie sigue impecable.
El salto en cámaras que convierte al iPhone en una mochila de lentes

El apartado fotográfico es donde más tiempo he pasado con el iPhone 17 Pro, porque es el cambio más radical de esta generación. Apple no se ha limitado a mejorar sensores, ha reestructurado el sistema completo bajo el concepto de Pro Fusion Camera. Por primera vez, todas las cámaras traseras son de 48 megapíxeles.
La magia está en cómo se traduce eso en la práctica. El nuevo teleobjetivo ofrece un 8x de zoom óptico de calidad profesional, equivalente a 200mm. No es un zoom realmente óptico pero la gestión computacional del sensor permite encuadres con calidad increíble en este formato. El 4x a 100 mm también es muy útil para retratos, porque comprime los planos de forma natural, acercando el estilo de una DSLR con objetivo fijo.

El ultra gran angular también gana con los 48 MP. En una excursión, capturé un paisaje con un cielo lleno de nubes y la diferencia respecto al 16 Pro es evidente: menos ruido en las zonas oscuras, mejor transición en los tonos del cielo y, sobre todo, más detalle en las hojas y las rocas. El sensor más grande del telefoto - un 56% superior al de la generación anterior - permite que incluso las fotos en interiores con luz artificial tengan más textura y menos acuarela digital.

Lo interesante es cómo Apple ha conseguido que cambiar entre focales sea más natural. Con generaciones anteriores siempre había una especie de salto brusco, como si pasáramos de una cámara a otra. Ahora la transición es más suave, como en las cámaras de cine que hacen zoom de forma continua. Esto se nota especialmente en vídeo, donde puedes pasar del ultra gran angular al teleobjetivo sin perder consistencia en color o exposición.

Y no olvidemos la cámara frontal de 18 MP con Center Stage. He probado a usarla en una videollamada grupal y, sin mover el iPhone, el encuadre se ajustaba para mantener a todos dentro de la imagen. En selfies, la posibilidad de rotar y ampliar el encuadre hace que sea más fácil experimentar con composiciones distintas. En viajes, he descubierto que puedes encuadrar paisajes de fondo sin sacrificar la nitidez de las caras en primer plano. Es como tener un pequeño trípode invisible que se adapta a ti.
Vídeo profesional en un dispositivo de bolsillo

Apple siempre ha presumido de ser líder en vídeo móvil, pero con el iPhone 17 Pro da un salto que lo acerca aún más a las cámaras profesionales. La novedad más llamativa es la compatibilidad con ProRes RAW y Apple Log 2, que permite capturar una mayor latitud de exposición y ajustar el color en postproducción con mucha más flexibilidad.
Durante unos días de pruebas, grabé varias escenas urbanas al atardecer, con contrastes fuertes entre luces de neón y sombras profundas. Al editar en Final Cut Pro, pude recuperar detalle en las sombras sin perder el color de los letreros luminosos. Esa elasticidad en el archivo era impensable en un smartphone hace apenas tres años.

Otra función que me ha sorprendido es el Genlock, que sincroniza la señal del iPhone con otras cámaras. Esto es claramente para producciones profesionales, pero demuestra la ambición del dispositivo. Imagina grabar un cortometraje con varias cámaras, incluyendo el iPhone 17 Pro como apoyo, y tener la certeza de que todas las señales estarán sincronizadas al fotograma.
La estabilización también ha mejorado notablemente. Probé a grabar un recorrido en bicicleta sin ningún accesorio, simplemente sosteniendo el iPhone con la mano, y el resultado parecía hecho con un gimbal. Los temblores se corrigen con una suavidad que hace que incluso quienes no tienen experiencia grabando puedan lograr clips utilizables en cualquier proyecto.
La función de Dual Capture - grabar simultáneamente con la cámara frontal y trasera - es otra joya para creadores de contenido. En un mismo clip puede quedar registrado lo que grabas y tu reacción a lo que ves. Es el tipo de detalle que, sin ser revolucionario, multiplica la creatividad de quienes producen contenido para redes sociales o documentales personales.
Rendimiento sostenido gracias al A19 Pro y la cámara de vapor

La potencia bruta en un iPhone ya no sorprende tanto: cada año, Apple presenta un chip más rápido, más eficiente y con más núcleos dedicados a inteligencia artificial. El nuevo A19 Pro cumple con ese guion, pero la clave está en cómo se mantiene el rendimiento con el tiempo.
El chip incorpora un CPU de seis núcleos, un GPU de seis núcleos con aceleradores neuronales en cada uno, y un Neural Engine de 16 núcleos. En números, esto se traduce en un rendimiento que vuela en cualquier tarea: desde juegos exigentes hasta edición de vídeo 4K. Pero lo que más me ha sorprendido es la sensación de estabilidad.

En generaciones anteriores, al cabo de 15 minutos de partida en títulos como Genshin Impact, el rendimiento bajaba notablemente para evitar el sobrecalentamiento. Ahora, gracias a la cámara de vapor integrada en el chasis de aluminio, esa caída es mucho menos perceptible. En mis pruebas, pude jugar durante más de media hora con la misma fluidez. No es casual: Apple habla de un 40% más de rendimiento sostenido respecto al 16 Pro, y la experiencia lo confirma.

La otra gran consecuencia es la autonomía. El rediseño interno ha permitido incluir baterías más grandes, y se nota. El iPhone 17 Pro me ha dado fácilmente un día y medio de uso intensivo, y el Pro Max se acerca a las mejores cifras de batería jamás vistas en un iPhone. Es un cambio que no solo se percibe en números, sino en tranquilidad: ya no hay que salir de casa con el cargador en el bolsillo “por si acaso”.
Este equilibrio entre potencia y autonomía me recuerda a lo que Apple consiguió con los primeros MacBook Air con chip M1: no solo eran rápidos, sino que esa velocidad se mantenía sin comprometer la batería. En el iPhone 17 Pro, la combinación del A19 Pro y el nuevo diseño parece conseguir ese mismo equilibrio en formato móvil.

Los resultados de Geekbench 6 del iPhone 17 Pro muestran cifras impresionantes: 3393 puntos en single-core y 8785 en multi-core, lo que confirma el enorme salto del chip A19 Pro respecto a generaciones anteriores. Pero más allá de los números, lo que se nota en el día a día es la fluidez sostenida gracias a la nueva cámara de vapor y la gestión térmica del chasis de aluminio: puedes jugar durante más de media hora a títulos exigentes sin notar caídas, editar vídeos en ProRes RAW sin que el dispositivo se caliente en exceso y mantener siempre una sensación de inmediatez que reafirma al 17 Pro como el smartphone más potente del mercado.
El precio y la eterna pregunta de si merece la pena

El iPhone 17 Pro llega a partir de 1319 €, y el Pro Max sube desde los 1459 € en España. Es un precio alto, sin duda, pero no muy diferente al de años anteriores. La cuestión no es tanto si lo vale, sino para quién lo vale. Si vienes de un iPhone 14 Pro o anterior, la mejora es evidente: más autonomía, un sistema de cámaras radicalmente superior, mejor pantalla y el salto a Apple Intelligence.
En ese caso, la actualización tiene mucho sentido. Pero si tienes un 15 Pro o superior, la decisión es más difícil: notarás las mejoras, sí, pero no son tan disruptivas como para justificar el cambio anual salvo que quieras el nuevo zoom o seas un creador de contenido que exprima al máximo el vídeo en ProRes RAW.

En un mercado donde los smartphones se han convertido en objetos de larga duración, el iPhone 17 Pro se siente como un dispositivo diseñado para resistir cuatro o cinco años sin perder frescura. Apple parece haber aprendido la lección de que no basta con añadir potencia: hay que garantizar que esa potencia se mantenga y que la batería acompañe. En ese sentido, este es uno de los iPhone más “tranquilos” que recuerdo haber usado.
¿Merece la pena? Sí, si lo ves como una inversión a largo plazo. El precio es alto, pero el valor se percibe no solo en lo que ofrece hoy, sino en lo que seguirá ofreciendo dentro de varios años. Esa es la verdadera diferencia con otros fabricantes: no se trata solo de comprar un teléfono, sino de asegurarse un compañero tecnológico que, como un buen reloj o una cámara clásica, está pensado para durar.
Lo podríamos llamar iPhone 17 Ultra

El iPhone 17 Pro no es un salto futurista como lo fueron los primeros iPhone o incluso el Vision Pro, pero es una de esas generaciones que marcan un antes y un después silencioso. Podrían llamarlo iPhone 17 Ultra porque eso es lo me parece después de haberlo probado. Forjado en aluminio, con cámaras que sustituyen a toda una mochila de objetivos, con un chip que rinde sin bajar el ritmo y con una autonomía que por fin elimina la ansiedad de batería, es un iPhone que no busca sorprender con artificios, sino con consistencia.
Al final de estos días de uso, me he dado cuenta de que no me fijo tanto en lo que hace mejor respecto a otros teléfonos, sino en lo poco que me obliga a pensar en limitaciones. No se calienta, no se queda sin batería, no me hace pelear con la cámara ni con el brillo de la pantalla. Y esa naturalidad, esa ausencia de fricciones, es quizás la mayor innovación de todas.
Se nota la experiencia de la marca y su constante búsqueda de la perfección que culmina con un dispositivo como éste que se siente redondo. Si el iPhone original fue la revolución, y modelos como el X o el 12 Pro marcaron nuevos caminos, el 17 Pro es la consolidación de todo lo aprendido. Un teléfono que no sólo quiere ser el mejor del año, sino el mejor compañero para los próximos muchos años.
En Applesfera | Llevo 357 días con el iPhone 16 Pro y pensaba quedármelo. Hasta que he visto el iPhone 17 Pro Max: Apple me ha convencido para para renovar
utm_campaign=17_Sep_2025"> Pedro Aznar .