He probado un exoesqueleto pensando que me daría superpoderes. El Hypershell X me acabó dando una lección sobre accesibilidad
Publicado el 19/03/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Hace casi un año accedí, en nombre del periodismo gonzo, a pincharme un glucómetro sin ser diabético simplemente para contar a mis lectores de qué iba eso en clave de rendimiento deportivo y de conocer nuestro cuerpo, y qué ventajas podía aportar. No hubo subida salarial como para justificar que mi trabajo ya estuviese rebasando ciertas líneas rojas de mi vida personal y de mi propia sangre.
Con la esperanza de que mi fortuna cambie de cara a la próxima revisión anual, he accedido a un nuevo experimento menos invasivo pero mucho más arriesgado para mi reputación: probar el Hypershell X, oficialmente un exoesqueleto y extraoficialmente algo que encajaría mejor en el término "faja ortopédica futurista".
A ver si este año hay suerte.
Un cinturón y dos perneras
Empecemos dando contexto: tengo 34 años, hago muchas horas de deporte a la semana y no tengo ninguna patología que me haga ser el público objetivo de un exoesqueleto diseñado para "aumentar la fuerza de las piernas hasta un 40%". Pero mi arrojo pudo más.
Un exoesqueleto para el mercado de consumo es, en esencia, la promesa de superar los límites físicos con la simple acción de ponernos un cinturón motorizado con acoples robóticos y pulsar un botón.

La caja del Hypershell X llegó un martes. Al abrirla encontré un artefacto más compacto de lo que esperaba, a medio camino entre un cinturón táctico y unas órtesis futuristas. Pesa casi dos kilos y representa décadas de investigación en robótica condensadas en un dispositivo que puede usar cualquiera.
Me lo puse siguiendo las instrucciones de la app, que me pidió datos básicos como peso y estatura.
Caminando con el Hypershell
Antes de iniciar actividades con un exoesqueleto, conviene recordar que su uso inapropiado puede generar riesgos biomecánicos o lesiones debido a cambios bruscos en la postura o sobreesfuerzos en músculos y articulaciones no habituados. La literatura médica recomienda que cualquier persona interesada consulte antes a un fisioterapeuta o especialista en biomecánica para identificar posibles riesgos o patologías que puedan agravarse con el uso prolongado del exoesqueleto.
Ea primera sensación fue extraña. El cinturón abrazando mi cintura, los brazos mecánicos sujetos a los muslos. No es incómodo, pero tampoco natural. Ajusté las correas para dejar todo firme y pulsé el botón de encendido. Un zumbido y ya estaba listo para dar mis primeros pasos como un hombre biónico. O algo así.
Aquí llegó la sorpresa inicial: esperaba algo más dramático, pero mis primeros pasos fueron desconcertantes. No es que de repente sintiera una potencia descomunal. Era más sutil, como si alguien me empujara ligeramente hacia adelante en cada zancada. Mi mente tardó unos minutos en procesar esta nueva sensación: mis piernas querían moverse a su ritmo habitual, pero el Hypershell tenía sus propias ideas.

Salir directamente a correr con el exoesqueleto me parecía demasiado arriesgado para mi físico y para mi reputación, así que primero caminé un rato por una zona especialmente desierta. Empecé en modo Eco, con asistencia mínima. Es como caminar con una pequeña corriente a favor, empujándote sutilmente. Tras quince minutos, activé el modo más agresivo para notar la diferencia.
En llano, el exoesqueleto parece empeñarse en recordarte que está ahí, pero sin aportar una gran ventaja para alguien que está en buena forma física. El Hypershell no me permitía ir más rápido de lo que yo mismo conseguiría sin él. El esfuerzo se distribuía de forma diferente. Muscularmente se nota una nueva sensación: resistencia dirigida. Como si asumiera parte del trabajo pero te obligara a adaptarte a su ritmo.



Luego hubo una revelación: subiendo una cuesta de 30º. Fue una pendiente algo pronunciada donde entendí el verdadero propósito del Hypershell X. Mientras subía, el exoesqueleto empezó a trabajar "de verdad". Facilitaba cada paso, como si alguien me empujase los isquiotibales hacia arriba. Se notaba una reducción del esfuerzo de levantar mi peso contra la gravedad. Incluso noté cómo mi respiración estaba más controlada.
En ese momento pensé en la gente que adora el senderismo pero llega a una edad y a una forma física donde tiene que abandonarlo. O la gente con sobrepeso que apenas puede mantener el ritmo de su grupo en ese tipo de salidas. Para ellos esto no sería un gadget, sino un cambio importante.
- Desde una perspectiva biomecánica, el exoesqueleto ejerce un empuje asistido principalmente sobre los músculos extensores de cadera y rodilla, como glúteos, cuádriceps e isquiotibiales.
- Esto reduce notablemente el esfuerzo muscular necesario en acciones como subir pendientes.
- Sin embargo, es importante ajustar el dispositivo correctamente para evitar movimientos articulares incorrectos que puedan derivar en descompensaciones o molestias.

Eso sí, para correr no es una ayuda. O mejor dicho: lo es para subir cuestas con menor esfuerzo, pero no creo que compense la molestia añadida y lo ortopédico que resulta el resto del tiempo con él. Si un corredor se plantea usarlo simplemente para ir más rápido o cansarse menos, al margen de lo paradójica que resulta esa idea, simplemente no lo recomiendo.
Probando con carga
En otra prueba opté por colocarme una mochila con 15 kilos de peso, tanto en un sendero como en tramos de escaleras. Aquí la diferencia fue mayor. Sin el exoesqueleto, 15 kilos extra suponen un esfuerzo apreciable, sobre todo en las subidas.
Con el Hypershell en modo máximo, la sensación era de que la mochila pesaba la mitad (iba solo, por lo que no hay fotos como en la sesión acompañado). En ese modo la fuerza que hace para reforzar nuestros movimientos es muy muy notable, casi exagerada.
Mis lumbares, zona que a veces me castiga por mi trabajo siempre sentado y por los martes de peso muerto en el gimnasio, estaba sorprendentemente relajada. Esta percepción subjetiva tiene el respaldo de varios estudios biomecánicos.
- Por ejemplo, las investigaciones del Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) señalan que el uso de exoesqueletos lumbares puede reducir mucho la carga lumbar y mejorar la postura en actividades que implican manipular pesos o mantener posiciones forzadas.
- Estos estudios enfatizan que, si bien existe un beneficio ergonómico potencial, es muy necesaria una evaluación biomecánica individualizada para asegurar que el dispositivo se ajusta correctamente y no genera efectos contraproducentes. Es decir: no usarlo a las bravas, sobre todo si hay dolores o una patología previa.
El exoesqueleto transfiere parte de la carga directamente al suelo a través de su estructura, y la columna se alivia. Es otro punto importante para que quien tenga problemas ahí tal vez lo considere. Aunque las conclusiones llegarán al final.

También descubrí ahí otra limitación: al bajar escaleras, el Hypershell apenas ayuda. De hecho parecía casi contraproducente: tenía que controlar más mi movimiento para controlar el peso extra del dispositivo. Bajando pendientes pronunciadas, la ventaja desaparece.
En llano y en estático, esa ventaja tampoco es muy notable. Probé a hacer sentadillas con peso en el gimnasio y la mejora estaba más en la estabilidad forzosa obtenida con él –pareces moverte sobre raíles– que en la capacidad de levantar mucho más peso. Al menos haciendo series de ocho repeticiones.

Aunque mi experiencia personal mostró limitadas ventajas debido a mi condición física buena, conviene subrayar claramente quién puede beneficiarse más de un dispositivo así: personas con limitaciones físicas derivadas de la edad, lesiones, dolencias crónicas, o quienes presentan dificultades al caminar por sobrepeso o falta de acondicionamiento físico. Para estos usuarios, la asistencia biomecánica no es un accesorio accesorio, sino una ayuda que puede ser importante.
Y probándolo en otros
Un amigo runner con una lesión en la cintilla iliotibial está en la fase en que sigue sufriendo dolor cuando camina más allá de quince minutos. Una triste coyuntura que me vino bien para encasquetarle el exoesqueleto y que me contase si notaba algún cambio en sus sensaciones.
Le ayudé a ajustárselo y salimos por una zona remota (era eso o negarse en redondo, luego hablaremos del factor social), y ocurrió la sorpresa: el dolor tardaba en llegar, y cuando lo hacía, era más soportable. Me contó que el exoesqueleto le quitaba presión de la zona lesionada y le permitía seguir paseando sin apenas molestias.
Compartió la sensación del empuje invisible y mostró cuál es el verdadero público objetivo de este producto: gente con problemas de movilidad, ya sean temporales o sobre todo permanentes. Ahí no hablamos de un juguete futurista, sino de una extensión de su mermada independencia.
Cualquiera con una lesión o simplemente con una edad que ya dejó atrás su mejor momento físico va a notar mucho más (y de forma más importante) el efecto de un producto así.
La regla del Hypershell: no lo aprecias si no lo necesitas
La conclusión es bastante clara: el valor del Hypershell X es inversamente proporcional a tu condición físico. Cuanto mejor estás, menos impresionante parece. Cuantas más limitaciones tienes, más sientes su ayuda. Aunque es difícil 0lvidar su precio: a partir de 900 euros.
En mis pruebas eran poco más que una curiosidad, una asistencia modesta que no justifica ni el peso, ni lo aparatoso, ni el precio ni la extraña sensación de tener las piernas pilotadas a medias. Es como tener un ayudante que quiere tomar decisiones por ti constantemente cuando realmente no lo necesitas.

Sin embargo, para mi amigo o para la gente con alguna dolencia o una forma física deteriorada, con limitaciones físicas, este aparato puede significar la diferencia entre quedarse en casa o atreverse a dar ese paseo. Entre abandonar el senderismo o regresar al monte. Entre necesitar ayuda para hacer ciertos recados o ser autónomo.
Y de ahí pasamos al factor social: llevar esto en cintura y piernas es visible, es notorio, y fácilmente confundible con un artilugio ortopédico (no va muy desencaminado). Y volvemos a una frase reciente: para quien no lo necesite, será un peaje adicional que a nadie suele apetecer. Para quien sí lo necesite quizás no sea tan discreto como desearía, pero es una consecuencia menor de algo que permite ganar físico e independencia.
Disparos finales
Como gadget, el Hypershell X es curioso. Como herramienta para mi día a día, completamente prescindible. Como avance tecnológico que puede aumentar la autonomía de quien la perdió, parece más importante.
Eso sí, es una tecnología con tanto potencial como limitaciones. Para empezar, no es un dispositivo médico certificado, no reemplaza a muletas ni sillas de ruedas y no está diseñado para terrenos muy técnicos o movimientos explosivos.
Dicho eso, quizás estamos ante los primeros brochazos de otra forma de entender la movilidad humana, y quizás los exoesqueletos ligeros evolucionen hasta convertirse en algo tan común como las zapatillas de running con placa de carbono: una asistencia invisible y normalizada.
Una versión futura con mayor autonomía (la actual da para unos 15 kilómetros caminando, que se reducen si aumentamos el nivel de asistencia), menos peso, menos grosor y algoritmos que aprendan nuestros patrones de movimiento para ofrecer una asistencia más personalizada... quizá entonces su público objetivo crecería.
En cualquier caso, hay que insistir en que el Hypershell X, al no ser un dispositivo médico certificado, no sustituye ningún tratamiento médico ni terapia física supervisada. Quien considere utilizarlo con fines terapéuticos debe consultar previamente con profesionales sanitarios, asegurándose de que su uso no solo es seguro, sino beneficioso para su caso particular.
Para alguien con las rodillas saludables y las piernas entrenadas, el Hypershell X será poco más que una curiosidad. Para quien tiene retos de movilidad, puede ser una inversión que cambie su relación con espacio y movimiento.
Esa es quizás la lección más valiosa de este bicho: la mejor tecnología no necesariamente es la que nos hace más fuertes, sino la que elimina barreras para quienes más lo necesitan.
Imagen destacada | Xataka
Este dispositivo ha sido cedido para prueba por parte de Hypershell. Puedes consultar cómo hacemos las reviews en Xataka y nuestra política de relaciones con empresas.
utm_campaign=19_Mar_2025"> Javier Lacort .