Hay empresas europeas que quieren independizarse de las nubes de Amazon, Google y Microsoft: no lo tendrán fácil

Publicado el 26/03/2025 por Diario Tecnología
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Hay empresas europeas que quieren independizarse de las nubes de Amazon, Google y Microsoft: no lo tendrán fácil

Los servicios de computación en la nube como Amazon Web Services (AWS), Google Cloud o Microsoft Azure se han convertido en herramientas fundamentales para gobiernos y empresas de todos los tamaños en Europa. La lógica es sencilla: en lugar de invertir en servidores propios, pueden acceder a potentes recursos tecnológicos bajo un modelo de pago por uso.

Se trata de un esquema que ha dado buenos resultados durante años, pero en los últimos tiempos han surgido ciertos inconvenientes. A los costes, que en ciertos casos resultan más elevados de lo previsto, se suman ahora nuevas inquietudes de carácter geopolítico. Estas preocupaciones comenzaron a cobrar fuerza con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, y están llevando a algunos actores del Viejo Continente a plantearse un cambio de rumbo.

Europa empieza a mirar más allá de Estados Unidos

Hace poco más de una semana, cerca de un centenar de organizaciones europeas firmaron una carta abierta dirigida a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y a Henna Virkkunen, responsable digital de la UE. En ella reclaman “acciones radicales” para reducir la dependencia de servicios digitales extranjeros. El documento insta a apostar por soluciones locales, que abarquen desde el hardware hasta las plataformas en la nube.

Prácticamente en paralelo, el Parlamento de los Países Bajos aprobó ocho mociones que piden al Gobierno sustituir el software y el hardware de origen estadounidense por soluciones desarrolladas por empresas locales. La intención es firmar nuevos contratos con proveedores neerlandeses que ofrezcan servicios equivalentes y, en una mirada más amplia, reforzar la soberanía digital del país mediante una nube nacional basada en tecnología local.

Además, como señala Wired, proveedores europeos como Exoscale —una compañía con sede en Suiza— están registrando un notable aumento en la demanda de sus servicios, impulsado por clientes que buscan alejarse de los gigantes estadounidenses de la nube. Según su CEO, Mathias Nöbauer, incluso en Dinamarca hay empresas que se están distanciando por las tensiones entre la administración Trump y el gobierno danés por el asunto de Groenlandia.

Microsoft Azure

Todavía no hay señales que los gobiernos y las empresas europeas estén moviéndose en masa a alternativas locales esté sucediendo ahora mismo, aunque como hemos visto, hay varias iniciativas en marcha y algunos actores dando los primeros pasos. Un éxodo sería una mala noticia para las tecnológicas estadounidenses, que han adoptado varios cambios en los últimos tiempos para proteger a los clientes europeos y evitar que huyan a otras plataformas.

En este contexto, algunas empresas extranjeras han comenzado a instalar servidores dentro de la Unión Europea con el objetivo de garantizar que los datos se almacenen en territorio comunitario. A la vez, se han implementado sistemas de seguridad que limitan el acceso exclusivamente a los propios clientes. Como mencionamos antes, los servicios en la nube son la base de muchos componentes fundamentales que funcionan sin pausa.

Una tarea complicada desde donde se la mire

Cambiar de proveedor en la nube no es una decisión sencilla. Más allá de si se trata de una plataforma estadounidense o europea, todo proceso de migración implica una elevada carga de trabajo, posibles interrupciones en las operaciones y una planificación meticulosa. A esto se suman riesgos concretos, como la pérdida de datos o problemas de compatibilidad entre sistemas, especialmente cuando las arquitecturas no están alineadas.

Incluso en escenarios ideales, donde todo sale según lo previsto, el proceso puede alargarse más de lo deseado. El tiempo necesario dependerá en gran medida del tamaño y la complejidad de la organización, así como de los servicios implicados. En empresas con operaciones críticas, un cambio de proveedor requiere algo más que voluntad: hace falta estrategia, recursos técnicos y margen suficiente para absorber cualquier impacto no previsto.

Imágenes | ALEXANDRE LALLEMAND | DC Studio

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