Hay dos tipos de personas: las que saben hacer 100 preguntas a ChatGPT y las que se conforman con una respuesta

Publicado el 15/06/2025 por Diario Tecnología
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Hay dos tipos de personas: las que saben hacer 100 preguntas a ChatGPT y las que se conforman con una respuesta

Cuando Nityesh Agarwal, un ingeniero de Every, pasó dos fines de semana aprendiendo sobre relatividad especial con ChatGPT, no se limitó a hacerle una pregunta. Ni diez. Fueron más de cien las preguntas que hizo hasta que Einstein dejó de ser un nombre en sus libros para convertirse en ideas que podía explicar a cualquiera en cinco minutos.

Un ingeniero de software, sin formación en física, consiguió así lo que solía requerir mucho más tiempo de formación reglada: entender por qué el tiempo se ralentiza cerca de la velocidad de la luz.

La diferencia ni siquiera la provocó el modelo escogido. De hecho, usó más GPT-4o que el flamante o3 porque sentía que entendía mejor sus dudas. La diferencia estuvo en su método:

  • Preguntar hasta el agotamiento.
  • Pedir metáforas.
  • Dibujar diagramas cuando se atascaba.
  • Compartir cada epifanía para confirmar que lo había comprendido.

Usó la IA, en definitiva, como lo que realmente puede ser: un tutor con paciencia infinita que nunca se cansa de reformular la idea desde ángulos distintos hasta que al alumno comprenda.

Y ahí está un problema poco comentado: la mayoría de gente usa ChatGPT y compañía como un Google vitaminado, poco más. Una pregunta, una respuesta, siguiente tema. Una calculadora avanzada, un traductor refinado. Como tener acceso a Internet y solo usarlo para ver vídeos virales. Ejem.

Nityesh descubrió que el cuello de botella del aprendizaje personalizado no es tanto la inteligencia de la máquina como la paciencia e insistencia del estudiante. La IA puede enseñar cualquier cosa a cualquier persona. Pero requiere que seamos tan obsesivos como Nityesh durante esos dos fines de semana.

Y así está naciendo una nueva clase de autodidactas: la gente que entiende que después de Internet, la IA es su segunda gran revolución.

Si Internet democratizó el acceso al conocimiento, los LLMs democratizan el acceso a la enseñanza personalizada. A algunas personas la IA les hace más vagas. A otras las vuelve imparables.

La ventaja ya no está en tener acceso a la información, sino en la capacidad de hacer las preguntas correctas y tener la paciencia de seguir preguntando hasta que todo encaje.

Nityesh lo ha demostrado en tiras de cómic.

Imagen destacada | Collab Media en Unsplash

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