Google esperaba que el nuevo Gobierno de EEUU le salvara de "trocearse" en varias empresas. Malas noticias
Publicado el 10/03/2025 por Diario Tecnología Artículo original
No importa cuándo leas esto, es casi seguro que en las últimas horas has usado algún servicio de Google. Quizás has enviado un correo en Gmail, recibido un mensaje en tu móvil Android, navegado con Chrome o hecho una búsqueda en Google. La compañía domina tantos aspectos de la vida digital que resulta difícil escapar de su ecosistema. Pero con ese poder también llegan los problemas: las autoridades antimonopolio llevan años presionando para que se desprenda de algunas divisiones, y una posible separación está cada vez más cerca.
DOJ vs. Google. El pulso entre Google y las autoridades estadounidenses no es nuevo. En octubre de 2020, el Departamento de Justicia (DOJ) y once fiscales estatales presentaron una demanda acusando a la compañía de Mountain View de monopolizar las búsquedas en internet. Tras años de litigio, en agosto del año pasado, el juez federal Amit P. Mehta falló en su contra, concluyendo que el gigante tecnológico había mantenido su dominio en el mercado de las búsquedas al imponer barreras de entrada que dificultaban la competencia. Una de sus principales estrategias ha sido pagar a fabricantes de móviles como Apple para asegurarse ser el motor de búsqueda por defecto en sus dispositivos.

Una medida audaz sobre la mesa. A lo largo de la historia, las autoridades han intervenido para frenar el dominio de grandes empresas, aunque la estrategia más común suele ser imponer sanciones económicas. Obligar a vender parte del negocio, en cambio, es una medida drástica y poco frecuente. En el caso de Google, esta opción salió a la palestra el mismo día en que se confirmó el fallo en su contra, aunque de manera informal. Sin embargo, el juez aún no había determinado las medidas correctivas, que se darán a conocer a lo largo de 2025. Aun así, la posibilidad de una escisión cobra cada vez más fuerza.
El Departamento de Justicia presiona para fragmentar Google. Si bien, como decimos, el juez no ha respaldado explícitamente la fragmentación de Google, el DOJ, que representa al Gobierno de EEUU, ha insistido en esa opción como parte de las medidas correctivas. Ha argumentado que la única forma de frenar su dominio monopolístico en las búsquedas pasa por obligar a la compañía a desprenderse de Chrome y, potencialmente, también de Android. Lo llamativo es que el primer intento se produjo bajo la administración de Joe Biden, pero el segundo ha llegado, contra todo pronóstico, con Donald Trump en la Casa Blanca.
“Gracias a su tamaño colosal y su poder sin restricciones, Google ha arrebatado a consumidores y empresas una promesa esencial que se les debe: el derecho a elegir entre distintos servicios. Sus prácticas ilegales han creado un gigante económico que domina el mercado hasta el punto de garantizar que, pase lo que pase, siempre salga ganando”, dijo el DOJ en su última presentación pidiendo la desinversión de la compañía en áreas clave. “La conducta ilegal de Google ha creado un gigante económico que causa estragos en el mercado para asegurarse de que, pase lo que pase, Google siempre gane. Los consumidores y las empresas estadounidenses sufren por la conducta de Google”, añadió.
Un panorama incierto. La presentación ha sido firmada por Omeed A. Assefi, quien actualmente lidera la división antimonopolio de forma interina mientras el Senado evalúa la confirmación de Gail Slater, la elegida por Trump para asumir el cargo. Assefi no es ajeno al entorno del expresidente: formó parte de la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia durante su primer mandato. Slater, por su parte, ha señalado que espera aplicar regulaciones con precisión quirúrgica, mientras que Trump no ha dudado en acusar a las grandes tecnológicas de actuar sin control, sofocar la competencia y aprovechar su dominio del mercado para restringir derechos. Con este panorama, sigue en el aire si su nombramiento marcará un cambio de estrategia o si, por el contrario, la presión sobre el sector tecnológico seguirá aumentando.
¿Acaso Trump no era la esperanza? Antes incluso de ser elegido presidente, varios líderes tecnológicos acudieron a él en busca de soluciones. Tim Cook, de Apple, por ejemplo, le llamó para quejarse del enfoque regulatorio de la Unión Europea, a lo que Trump respondió con una promesa: no permitiría que se aprovecharan de las empresas estadounidenses. Sundar Pichai, de Google, compartió una comida con él, aunque los detalles de esa conversación siguen siendo un misterio. La propia compañía, además, donó un millón de dólares al fondo de su toma de posesión. Ahora, con un fallo judicial que podría obligarla a dividirse, Google ya ha anunciado que apelará la decisión para evitar el temido troceo.
Efectos en todo el ecosistema. Trocear Google no solo afectaría a la propia empresa, sino que sacudiría todo el ecosistema digital. Chrome y Android no son negocios rentables por sí mismos, existen para canalizar usuarios a su motor de búsqueda, la verdadera mina de oro de la compañía. Separarlos cambiaría por completo las reglas del juego, afectando la publicidad online, los acuerdos con fabricantes y el software que usamos en nuestros dispositivos. Pero eso no es todo: si las autoridades van en serio con Google, el resto de gigantes como Apple, Amazon o Meta podrían ser los siguientes en la mira.
Imágenes | Xataka con DALLE·3 | Greg Bulla
En Xataka | El enigma de los 20.000 millones: por qué Chrome es valiosísimo e invendible al mismo tiempo
utm_campaign=10_Mar_2025"> Javier Marquez .