Ford invirtió 1.000 millones para producir coches eléctricos en Europa. Ahora invertirá dinero en despedir a 1.000 empleados
Publicado el 17/09/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Hace ya tres años, Ford presentó su hoja de ruta a corto y medio plazo para Europa. Entonces anunciaron siete nuevos modelos completamente eléctricos, de los cuales eran vehículos comerciales. De los otros tres, solo uno era un Ford. Y, de hecho, se ha acabado convirtiendo en la variante eléctrica de un coche de combustión.
Hablamos del Ford Puma, un coche eléctrico en el que se han tenido que hacer malabares para meterle un tren motriz eléctrico. Un coche limitado a la ciudad porque las restricciones de la plataforma de combustión apenas dejan espacio para una batería de 43 kWh. Con sus más de 34.000 euros de partida, se ha convertido en un coche difícil de recomendar teniendo en cuenta que se mueve en autopista entre los 200 y los 250 kilómetros reales de autonomía.
Los otros dos, como decíamos, no son coches de Ford. Los Ford Explorer y Ford Capri son coches eléctricos montados sobre la plataforma de Volkswagen. En ambos casos hemos destacado que, dinámicamente, los coches tienen una puesta a punto un poco más interesante que la de los germanos, con suspensiones más duras y una dirección un poco más directa.
Con todo, si montas en uno y en otro es fácil comprobar que ambos modelos están montados sobre la plataforma MEB de Volkswagen. Eso se disfraza con la pantalla vertical desplazable en profundidad y un altavoz dispuesto como si fuera una barra de sonido. Pero ya está.
La interfaz de buena parte de los menús es puramente Volkswagen y, concretamente, es evidente que se trata de un hardware y un software montado sobre la plataforma MEB. Y eso son malas noticias. Por sus mandos táctiles o por sus decisiones de usabilidad.
Y también son malas noticias para Ford. Tanto que va a despedir a mil empleados alemanes porque sus coches eléctricos no se están comprando.
Los resultados de una estrategia fallida
Un millar de empleados. Ese es el número que despedirá Ford de su planta de Colonia (Alemania). Argumentan que "en Europa, la demanda de coches eléctricos sigue estando muy por debajo de las previsiones del sector" y que, por tanto, la planta pasará a un solo turno en 2026, reduciendo su capacidad productiva, en palabras recogidas por Motorpasión.
Explican en el medio que en lo que va de año, Ford ha vendido 19.000 unidades del Ford Explorer y el Capri se sitúa todavía por debajo. De hecho, hay que bajar hasta el decimocuarto puesto entre los coches eléctricos más vendidos en Europa en la primera mitad del año para encontrar a los americanos. Cupra, BYD o Peugeot estuvieron por encima de ellos.
Podríamos hablar de malos resultados pero es que Ford invirtió 1.000 millones de euros en Colonia para modernizar la planta y sacar de allí sus coches eléctricos. Con una capacidad productiva de 250.000 vehículos anuales, la fábrica funciona a medio gas. Tampoco es buen momento para recibir estas noticias ya que la compañía está perdiendo dinero este año y sufriendo con los aranceles estadounidenses. Tanto es así que el año pasado ganaba 1.800 millones de dólares y este ejercicio juega en números rojos.
El resultado también es la consecuencia de una estrategia arriesgada: ofrecer dos productos claramente diferenciados.
En octubre de 2024, Jim Farley, su CEO, aseguraba que la compañía estaba "saliendo del mercado de los coches aburridos para entrar en el mercado de los coches icónicos" a la revista Car. Las declaraciones coincidían en el tiempo con el abandono de vehículos clásicos en el mercado europeo como los Fiesta, Mondeo o Focus. Y continuaba:
"Somos buenos haciendo coche rápidos (sobre Ford y la submarca Bronco) y auténticos todoterrenos. Mira el Raptor, lo trajimos de las competiciones mexicanas y lo convertimos en un coche que puede ser usado en la calle. Es un gran ejemplo de hacia dónde creo que deberían ir nuestros coches de pasajeros (...) podemos enfrentarnos a Porsche con el Mustang, es el coupé deportivo más vendido del mundo. Vamos a invertir en esa marca y ser cada vez más fuertes"
En esas palabras se escondía la estrategia de Ford. Las normativas de emisiones europeas apuntaban a un 2025 de multas milmillonarias. Finalmente, las sanciones se retrasaron a 2027 pero, de aplicarse, Ford necesita vender muchos más eléctricos y pocos coches como los que Farley mencionaba ya que superan con mucho las emisiones máximas propuestas de 93 gr/km de CO2.
La respuesta fue el abrazo a la plataforma MEB de Volkswagen. Ésta ha sido criticada duramente por la crítica y el público. En su afán por reducir costes, se han tomado decisiones como una profusión de los mandos táctiles que molestan en lugar de sumar. Y los coches no han destacado precisamente por una buena autonomía o un precio rompedor.
Pero, a cambio, Ford ha obtenido dos coches eléctricos en el mercado con una inversión mínima. El riesgo queda casi limitado a la modernización de la planta de Colonia. Así, hay dos líneas de negocio claramente diferenciadas en Ford: los coches baratos (desarrollados sobre el trabajo de otros) y coches caros y representativos que ni si quiera hagan referencia a Ford. No es casual que los Mustang, Bronco o Raptor hayan perdido el logo de Ford en su frontal. Son, en sí mismos, como familias que funcionan casi de manera independiente.
El problema es que el público no ha comprado la apuesta de Ford. Los Ford Explorer o Capri no son malos coches eléctricos pero hay que asumir los errores de juventud de la plataforma MEB pagados, además, a un precio alto. En lo que llevamos de año, en España se han comprado 649 unidades entre la suma de estos dos modelos. 649 unidades de las casi 21.000 matriculaciones que Ford lleva registradas al cierre del mes de agosto.
El daño es especialmente sangrante en mercados más potentes. En Alemania, Volkswagen ha conseguido remontar con el ID.3, un coche que parecía muerto pero que es el más vendido del mercado de eléctricos. Le sigue el ID.7, que también utiliza la plataforma MEB. Los Volkswagen ID.4 e ID.5 se posicionan en la cuarta posición (suman al mismo saco porque el ID.5 solo es la variante coupé del ID.4). Hay que bajar a la decimosegunda posición para encontrar al Ford Explorer. El Capri no se le encuentra entre los 20 eléctricos más vendidos de Alemania.
Este mercado, como el Belga, ha conseguido disparar el número de matriculaciones utilizando como aliciente el coche de empresa. Se han eliminado las ayudas directas a la compra pero las compañías que ofrecen al coche eléctrico como salario en especie se les ayuda desde el Estado. Esto ha conseguido disparar las matriculaciones y dar un empujón a las ventas. Y, en ese caso, los alemanes prefieren el vehículo alemán.
Pero también podríamos decir que, con sus ventajas e inconvenientes, prefieren el modelo original a la copia. Sí, los Ford Capri y Explorer tienen una dinámica distinta, "más Ford". Pero el coche, en el concesionario, se siente como una copia del modelo alemán y eso, sin duda, no ayuda a vender dos coches de precio elevado para el cliente.
Ford ha optado por diferenciar su gama. Tener coches halo es una de las máximas de toda compañía porque eso les ayuda a vender vehículos más terrenales, prácticos y baratos. El problema es que los vehículos halo que Ford tiene en el mercado no se parecen en nada a estos dos modelos. Nadie reconoce un Ford Mustang Mach E en los Ford Capri y Explorer.
Porque no se parecen en nada.
Porque son coches de Volkswagen.
Y por eso Ford va a despedir a mil empleados.
Foto | Ford
utm_campaign=17_Sep_2025"> Alberto de la Torre .