España tiene un problema enorme con las aguas contaminadas. Estos investigadores creen que la solución son los chopos
Publicado el 19/04/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Lo decimos poco, pero España es un país de acuíferos. Según los datos del Ministerio de Transición Ecológica, estos cubren más del 90% del territorio nacional. Hasta el punto de que el suministro de dos de cada diez españoles depende de ellos.
En este contexto, no deja de ser preocupante que el país lleve décadas sobreexplotándolos, contaminándolos e incluso haciéndolos desaparecer. Y, ojo, que entre 20.000 y 30.000 hectómetros cúbicos de agua vienen de ahí.
¿Hay alguna forma de salvarlos?
Hay muchas. Muchísimas. Pero la experiencia histórica nos dice que todo lo que conlleve racionalizar el consumo no es sencillo a medio plazo. Es la "ley de Say" en pleno rendimiento: cada recurso se que queda libre por las mejoras de eficiencia que ha conseguido el sistema hídrico gracias a las nuevas restricciones, inversiones y mejoras de gestión, se dedican a otros sectores económicos.
Lo llevan señalando en el Datadista desde hace años: décadas de "medidas de emergencia" frente a la sequía solo ha terminado sirviendo para "ampliar los regadíos, aumentando el problema de la sobreexplotación y la contaminación de acuíferos y humedales". La cuestión es que el problema sigue creciendo, seguimos sacando agua del subsuelo y las consecuencias empiezan a ser muy serias.
La gestión que nunca llega. WWF España reveló en 2019 que los cuatro acuíferos más importantes de país llevan siendo esquilmados desde hace años.Más allá: según los informes del Instituto Geológico y Minero, "desde hace décadas se conoce la salinización de los acuíferos costeros españoles mediterráneos e insulares". Pese a ello, "sólo en unos pocos casos esta situación está bien gestionada".
¿Y si buscamos otra forma de 'salvar' los acuíferos? Eso se han preguntado en la Universidad de Granada y Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de la Junta de Andalucía. Y gracias al proyecto europeo LIFE Wood for Future, han analizado el impacto de las choperas en los acuíferos.
Sus hallazgos son interesantísimos porque "ha demostrado que las choperas depuran las aguas contaminadas por fertilizantes agrícolas y que este cultivo tiene capacidad para aprovechar los nitratos en su crecimiento y evitar que contaminen aguas subterráneas".
Y no, no es un tema teórico. Los investigadores están convencidos de que "las choperas impiden que se contamine el acuífero de Granada, la masa de agua subterránea más importante de la provincia, que abarca 39 municipios y sobrepasa ampliamente los límites máximos de concentración de nitratos legalmente establecidos, de 37,5 mg/l en aguas subterráneas".
Un enfoque increíblemente potente. Porque "debido a su rápido crecimiento, ya que pueden alcanzar unos 20 metros de altura en diez años", los chopos no solo depuran el agua de nitratos de forma natural, sino que "tienen una gran capacidad de secuestrar CO2 de la atmósfera, hasta 20 toneladas al año".
Es gracioso (por decirlo de alguna forma) porque de repente dos de las grandes asignaturas pendientes del país, la gestión de los acuíferos y la salud de los árboles, estén tan íntimamente conectados.
Imagen | Silvan Schuppisser / Garnica
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