España se las prometía muy felices como potencia de los centros de datos. No contaba con las olas de calor
Publicado el 06/07/2025 por Diario Tecnología Artículo original
El 19 de julio de 2002, a las 06:33 PST, los centros de datos de Google y Oracle en Londres dejaron de funcionar. La razón no fue un fallo humano o eléctrico. Lo único que pasó es que se superaron los 40 ºC en la capital británica, y los sistemas de refrigeración de ese centro de datos no pudieron soportar esas temperaturas. El resultado: caídas de múltiples servicios durante horas. Era un anticipo peligroso (y estamos hablando de Londres, que no especialmente calurosa) para los centros de datos, sobre todo considerando lo que se nos viene encima.
El cambio climático también amenaza los centros de datos. La única buena noticia del calor extremo de este verano es que será llevadero comparado con el de los próximos años. El tema, que es preocupante para los seres humanos, tiene una derivada sorpresa: esas temperaturas extremas van a ser un colosal reto para los centros de datos. No paramos de ver temperaturas récord un verano tras otro, y eso pondrá a prueba los sistemas de refrigeración de esos centros.
Hola, refrigeración. No hay datos definitivos sobre la temperatura a la que deben funcionar los centros de datos, y mientras que ciertos expertos recomiendan que funcionen en un rango de 18 a 27 ºC, otros sostienen que el rango debe ser aún más fresco, entre los 17 y los 21 ºC. Y claro, eso solo se consigue con potentes sistemas de refrigeración de aire y líquida.
El calor sale caro. Si hace más calor, es necesario refrigerar más, y eso impone un mayor consumo eléctrico y por tanto, una mayor factura de la luz. De no controlar esas temperaturas la eficiencia de los componentes va decrementándose. Como en el móvil. Es exactamente lo mismo que pasa en nuestros móviles y ordenadores cuando se sobrecalientan: si los sistemas de refrigeración no logran poner a raya esas temperaturas, se produce normalmente el 'throttling': los componentes "bajan de vueltas" para consumir menos y disipar menos calor.
Y el agua, también. En muchos centros de datos la refrigeración líquida también desempeña un papel fundamental, y ante olas de calor el consumo de agua también sube. Eso es especialmente preocupante ahora que las Big Tech han anunciado que van a invertir decenas de miles de millones de dólares en nuevos centros de datos para IA.
Refrigeración líquida al poder. En esas instalaciones dedicadas a la IA se acumulan una enorme cantidad de chips en espacios reducidos, lo que hace que las soluciones de refrigeración líquida sean mucho más adecuadas. Y de nuevo ocurre lo mismo: ante temperaturas extremas, toca "subir de vueltas" los sistemas de refrigeración para hacer frente a posibles sobrecalentamientos.
Enfriamiento evaporativo. Por supuesto, los ingenieros que desarrollan este tipo de proyectos acuden a soluciones para tratar de evitar problemas, sobre todo cuando los centros de datos están en zonas en las que los veranos son especialmente extremos.
Allí entran técnicas coom el enfriamiento evaporativo directo, en el que el aire refrigerado y humidificado se introduce directamente el centro de datos. Hay otras técnicas como las torres de refrigeración de agua y por supuesto una gestión inteligente de la gestión del flujo de aire sea óptima.
Cuidado dónde montas tu centro de datos. Eso hace que cada vez sea más importante elegir el emplazamiento ideal para los nuevos centros de datos. En España Aragón se está convirtiendo en una región absolutamente protagonista. Hay diversos proyectos en los que las Big Tech pondrán (teóricamente) en marcha centros de datos en esta Comunidad Autónoma, aunque el riesgo de temperaturas extremas allí no es tan elevado como lo sería más al sur de la península. Pero con temperaturas cada vez más altas en verano, ¿qué se puede hacer?
Clústers helados. La opción en alguos casos es sencillamente la de elegir emplazamientos en los que el clima es mucho más fresco... o incluso gélido. Facebook ha construido ya varios centros de datos en Lulea (Suecia) en 2013, pero en España tenemos un caso aún más llamativo: el CPD de la Seguridad Social se trasladó de Madrid a Soria por la sencilla razón de que allí hace más frío. Eso, entre otras cosas, permitió ahorrar los 150.000 euros que hubiera costado la refrigeración de esos sistemas en Madrid durante el verano.
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