España se ha puesto tan cara que los británicos están empezando a elegir otro sitio para sus vacaciones: Marruecos

Publicado el 19/06/2025 por Diario Tecnología
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España se ha puesto tan cara que los británicos están empezando a elegir otro sitio para sus vacaciones: Marruecos

Cuando hace años una familia británica se ponía a planificar sus vacaciones de verano podía dudar con las fechas, el alojamiento, con qué aerolínea volar o qué ropa meter en la maleta; pero en muchos (muchísimos) casos lo que no tenía discusión era el destino: viajaban a España. Sobre todo a la costa mediterránea, Baleares o Canarias, donde buscaban sol, calor, playa, buenos paisajes y mejor comida. Ahora esa decisión ya no está tan clara y cada vez más británicos optan por volar a latitudes algo más meridionales, hasta el norte de África.

El motivo es simple: la subida de precios les está llevando a cambiar Cataluña y Baleares por Túnez o Marruecos.

Cuestión de gastos. A los turistas británicos les gusta España. Mucho. Y eso es algo fácil de comprobar. Llega con darse un paseo por Canarias, Cataluña, Baleares o la Costa Blanca (por citar unos cuantos destinos) o echar un vistazo a los datos del INE: en 2024 el flujo de turistas procedentes del Reino Unido creció un 6,6% hasta sumar 18,4 millones de viajeros, lo que permitió a España cerrar el año con un récord de casi 94 millones de visitantes extranjeros.

La afluencia de turistas no es sin embargo lo único que crece en el sector. Lo hacen también las tarifas. El último índice nacional de precios muestra que en lo que va de año los hoteles, hostales, pensiones y servicios de alojamiento se han encarecido de forma sensible hasta situarse casi un 7% por encima de hace un año. Si echamos la vista atrás el incremento es aún más pronunciado. RTVE calcula que desde la pandemia los hoteles se han encarecido más de un 50%.

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Mirando al norte de África. Con esa subida de precios como telón de fondo y a pesar del considerable tirón de España en el mercado británico, cada vez más familias de Reino Unido optan por destinos alternativos (y más económicos) en los que pasar sus vacaciones. Y en esa búsqueda acaban mirando al norte de África, a lugares como Egipto, Túnez o Marruecos.

La tendencia la constataba hace unos días el diario Daily Mail, aunque en realidad no es algo nuevo. El sector lleva ya algún tiempo comprobando cómo los turistas ingleses están respondiendo a la subida de precios de España o Portugal buscando alternativas más meridionales, en el norte de África. A finales de 2024 Mirror ya informaba de que había familias británicas que estaban cambiando las Canarias por Egipto para disfrutar de sus vacaciones de invierno.

Un porcentaje: 39%. Más allá de las declaraciones de las agencias y turoperadores, hay una serie de datos que ayudan a comprender el creciente interés que despierta el norte de África entre los viajeros británicos. Por ejemplo, Booking ha comprobado que entre enero y mayo las búsquedas relacionadas con Túnez en su plataforma se han disparado un 68% en comparación con los mismos meses de 2024. En el caso de Egipto han crecido un 64% y en el de Marruecos un 39%.

Y no se trata únicamente de planes, deseos o previsiones a medio o largo plazo. El cambio está ya en marcha. Este mismo verano la plataforma TUI UK ha registrado un 30% más de reservas para Egipto que hace un año. En el caso de Túnez el crecimiento alcanza también el doble dígito y la empresa reconoce igualmente una fuerte demanda para Marruecos.

Más interés, más vuelos. Las aerolíneas británicas han captado rápido ese interés y no han tardado en actuar en consecuencia, reforzando sus conexiones con el continente. Este año se espera que de los aeropuertos de Reino Unido despeguen 19.847 vuelos con destino al norte de África, más del doble que las 8.653 operaciones registradas antes de la pandemia. Las conexiones con España y Portugal crecerán también, pero en mucho menor medida: apenas un 10 y 9%.

En ese nuevo contexto Marruecos juega además con una ventaja extra: la proximidad. Un británico que quiera volar hasta Alicante debe invertir más o menos dos horas y media en el vuelo. Si quiere ir a El Cairo el viaje durará bastante más (casi el doble), pero si opta por desplazarse entre Londres y Marrakech el trayecto no llegará a las cuatro horas.

¿Tanta diferencia de precio hay? Sí. Para un británico viajar a Túnez o Marruecos se traduce en más horas de vuelo, pero a su favor tiene el coste del alojamiento. EuroWeekly ha hecho cálculos y asegura que una estancia de siete noches en Agadir, al sur del país, cuesta cerca de 889 libras por persona mientras que otros paquetes similares para alojarse en destinos mediterráneos de Europa, como Marbella, Santorini o Mykonos, requiere entre 1.000 y 2.700 libras.

"Hay una tendencia, especialmente en el segmento familiar, hacia destinos más económicos", explicaba en diciembre a Mirror Sebastien Ebel, director ejecutivo de TUI Group, tras comprobar cómo cada vez más gente estaba optando por pasar sus vacaciones de invierno en Egipto en vez de Canarias. Ya por entonces EasyJet Holidays constataba un aumento de demanda en otros destinos africanos, incluido Marruecos.

Precios… y algo más. Que cada vez más británicos se imaginen pasando sus vacaciones en Túnez o Marruecos en vez de en Baleares o Canarias no solo se explica por la diferencia de precios. En juego entran más factores. Por ejemplo, la ‘democratización’ del mercado turístico, con un grupo creciente de viajeros que no renuncian a salir de su país pese a disponer de presupuestos ajustados. "Vemos con frecuencia nuevos clientes con menos ingresos, pero que aún así quieren viajar con presupuestos de 800 libras. Si no lo encuentran en España, buscan alternativas", señala Ebel.

Otra clave es qué se encuentran los turistas en Túnez, Marruecos o Egipto, destinos cálidos, con un rico patrimonio, playas, paisajes y un sector hotelero que se ha puesto las pilas en los últimos años y ofrece opciones que no distan mucho de las que los británicos pueden encontrarse en España o Portugal. La nueva tendencia coincide además con protestasen ciertos puntos del país, como Baleares o Cataluña, de residentes cansados del impacto del turismo masivo.

Imágenes | Heidi Kaden (Unsplash) y Calin Stan (Unsplash)

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