"Escribir código no es 'lo aburrido', es mi oficio". Este programador ha vuelto al modo texto para evitar la tentación de la IA

Publicado el 24/04/2025 por Diario Tecnología
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"Escribir código no es 'lo aburrido', es mi oficio". Este programador ha vuelto al modo texto para evitar la tentación de la IA

En una era donde la inteligencia artificial (IA) promete optimizar hasta el más mínimo rincón del trabajo humano, el mundo del desarrollo de software se encuentra en una encrucijada.

Por un lado, las herramientas de programación mediante IA generativa como Copilot o Cursor facilitan la vida de los programadores, ya sea produciendo fragmentos de código, o generando aplicaciones completas sin tocar código, siguiendo la estela del cada vez más popular 'vibe coding'.

Por otro, cada vez hay más programadores que desean dejar claro que hay que ponerle límites a la IA y reivindicar el arte de programar.

Oficio frente a automatización

Christian Ekrem relata en su blog cómo, durante una conversación informal con otros programadores, tuvo que explicar que para él, la IA está para automatizar las partes aburridas... pero, que en su caso (y al contrario que para muchos compañeros de profesión), no considera que escribir código sea una de esas partes.

Es más: programar es la parte que más disfruta, la que considera su oficio, y en la que considera que debe ejercitarse constantemente. Una postura que contrasta con la de muchos líderes de la industria tecnológica, a los que parece faltarles ya tiempo para declarar muerta y enterrada a la necesidad de aprender a programar.

Ekrem deja claro que no se trata de una postura de rechazo a la IA, sino de no usarla por reflejo o por hábito... porque ese automatismo puede llevarnos a delegar no solo tareas, sino también la creatividad y la capacidad de comprender.

El valor del esfuerzo cognitivo

Y es que, cuando la IA se interpone en ese proceso de programar —al ofrecer una solución inmediata—, nos priva de una parte vital del aprendizaje. Claro que puede darnos el código correcto, pero no nos da la capacidad de resolver el siguiente problema por nosotros mismos:

"Hay algo insustituible en el proceso de enfrentarse con un problema difícil. Ese momento en que estás completamente atascado y aprietas los dientes, frustrado; te alejas del ordenador y das un paseo; rezas / lloras por dentro; vuelves y pruebas con un enfoque diferente; y repites el proceso hasta que, de repente, hace clic".
"Ese '¡Ajá!' es el momento vuelve a cablear tu cerebro [...] el equivalente de codificación de la memoria muscular, y es cómo crecemos como ingenieros. Cuando externalizamos esta lucha a la IA, nos robamos estas oportunidades de crecimiento. Obtenemos soluciones sin comprender".
Eureka

¿Colaborar o rendirse?

Ekrem propone un término clave: colaboración intencional. La IA, dice, es útil. Pero debe ser usada con conciencia, no por defecto. Se puede (y se debe) utilizar para tareas como:

  • Generar código repetitivo (boilerplate).
  • Resumir documentación.
  • Ayudar a depurar mensajes de errores complicados.
  • Generar pruebas unitarias.
  • Explicar conceptos difíciles.

Pero aspectos como el diseño de sistemas, la arquitectura o la toma de decisiones complejas... no son, desde su punto de vista, algo que deba automatizarse.

Volver al "viejo gimnasio"

Este programador compara su postura con un momento de la película Rocky III, en la que el entrenador del boxeador protagonista le dice:

"Te has civilizado. Hay que volver al viejo gimnasio".

Ese "viejo gimnasio" simboliza el espacio donde el trabajo duro y la repetición forjan el carácter y la verdadera habilidad. En el campo de programación, su equivalente pasa por renunciar a resolver 'en segundos' cada error, y preferir intentarlo una y otra vez hasta que terminas entendiendo el código que estás leyendo.

Sin ese proceso, el desarrollador corre el riesgo de convertirse en un simple operador de herramientas inteligentes.

Precisamente, para evitar esa tentación, nuestro protagonista recientemente decidió volver a codificar en Vim, un histórico editor de texto sin interfaz gráfica, como protesta –o como declaración de principios– contra el uso indiscriminado de la IA en la programación.

Un plan de entrenamiento

¿Qué implica 'volver al viejo gimnasio' en la práctica? Este programador lo explica como un estilo de vida técnico:

  1. Definir límites claros para la IA: Usarla solo para tareas auxiliares.
  2. Programar manualmente a diario: Resolver problemas desde cero.
  3. Comprender a fondo lo que se utiliza: No copiar-pegar, sino estudiar y refactorizar.
  4. Abrazar el estancamiento: Darle espacio a la frustración para que pueda florecer el entendimiento.
  5. Dominar los fundamentos: Algoritmos, estructuras de datos, patrones de diseño.

Imágenes | Marcos Merino mediante IA
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