Es la mujer más importante de Apple. La temida dama de la administración Obama es ahora la arquitecta de la Apple verde
Publicado el 02/06/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Aquello me traumatizó. Recuerdo verlo por la tele sin saber qué hacer. Yo era un crío, pero recuerdo que nadie hablaba de otra cosa. Me estoy refiriendo al desastre del Prestige, que llenó las costas gallegas de chapapote y fue considerado una de las catástrofes medioambientales más costosas de la historia. Desde entonces, toda una generación miró con otros ojos los combustibles fósiles.
La primera vez que sonó el nombre de Lisa Jackson en mi tele yo ya era mayor. Fue algunos años después de lo del Prestige. Pero la fiereza con la que hablaba me trajo el recuerdo de familiares gritando de rabia por el vertido del petrolero. Cuando Lisa Jackson se unió a Apple en 2013, la compañía de la manzana arrastraba una reputación medioambiental, cuanto menos, mejorable. Su fichaje tenía que significar algo. Ahora sé hasta qué punto.
Quién es Lisa Jackson
Lisa Perez Jackson es la primera mujer afroamericana en entrar en a Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA). Esta ingeniera química, pasó de trabajar con el gobernador de Nueva Jersey a hacerlo con el mismísimo presidente de EEUU. En diciembre de 2008, Barak Obama la nominó para su equipo.
De su boca salieron las palabras mágicas: el dióxido de carbono y otros cinco gases de efecto invernadero son una amenaza para la salud pública. Esto marcó el inicio de una campaña para frenar los gases de efecto invernadero. Y Lisa Jackson no es Greta Thunberg; abandonada en uno de los barrios más peligrosos de Filadelfia, fue adoptada y criada por una familia de Nueva Orleans.
Muy pronto despuntó en matemáticas, tanto que le concedieron la beca nacional que le permitió asistir a la Universidad de Tulane. Su decano le inspiró a estudiar una ingeniería química y se graduó con honores. Jackson obtuvo una Maestría en Ciencias en la Universidad de Princeton. Poco después, su familia sufrió el azote del huracán Katrina.

Parecía marcada. Una vez subió a los estrados, durante un lustro fue el "incordio" de las petroleras y la industria del carbón, hasta su renuncia, tras una histórica auditoría. Apenas seis meses después se convertía en la vicepresidente de Medio Ambiente, Políticas e Iniciativas Sociales de Apple. Ella reporta directamente a Tim Cook. Y es solo un rostro. Su equipo está orquestando una de las transformaciones sostenibles más ambiciosas en el mundo corporativo.
Para que nos hagamos una idea rápida: bajo su mandato se han dado estos pasos que para muchas otras empresas del sector son entelequias:
- Energía 100% renovable (desde 2018). Apple alcanzó en 2018 el uso de energía 100% renovable en todas sus oficinas, tiendas y centros de datos en el mundo, incluyendo proveedores asociados.
- Programa de reciclaje y robot Daisy (2016–2024). En 2016 Apple presentó Liam, su primer robot de desmontaje de iPhones, reemplazado en 2018 por Daisy, que permite recuperar metales valiosos como el cobalto, el oro o el tungsteno. En 2024 se amplió con Taz, centrado en materiales más finos y raros. Es único en el mundo.
- Carbono neutro para 2030 (anunciado en 2020). Apple se comprometió a que toda su cadena de suministro y productos sean neutrales en carbono para 2030. Es decir, compensar hasta restar a cero emisiones, lo que implica rediseñar procesos, materiales y logística para reducir emisiones de alcance 1, 2 y 3.
- Materiales reciclados y diseños circulares (2021–2025). Desde el iPhone 12 hasta el Apple Watch Series 9, Apple ha incrementado el uso de aluminio reciclado, estaño, tierras raras y otros componentes reciclados en todos sus productos. En 2023, algunos modelos ya usan aluminio 100% reciclado. A cambio, nos quedamos sin cargador ni auriculares.
- Primer producto "neutro en carbono" (2023). Con el Apple Watch Series 9 y SE de 2023, Apple lanzó sus primeros productos etiquetados como “carbon neutral”, cumpliendo con un nuevo estándar ambiental validado externamente. Incluyen empaques sin plástico y logística marítima para reducir huella.
De los desafíos de la EPA a la llamada de Cupertino
"En la EPA, aprendes que los problemas ambientales son complejos y requieren soluciones colaborativas, basadas en la ciencia", decía Jackson en una entrevista con Grist en 2014. Su salida, descrita como "dolores de cabeza políticos", la llevó a Apple con el fin de hacer que sus decisiones tuvieran impactos reales y directos sobre la gente.
Tim Cook, a diferencia de Steve Jobs, tenía intereses real en mejorar el impacto ambiental de Apple, justo en una época donde la criticaban por su dependencia del carbón para sus centros de datos —y la opacidad de su cadena de suministro en China—. Al parecer, la primera pregunta de Cook a Jackson fue reveladora de su intención: "¿Qué está haciendo Apple mal? ¿Y qué bien? ¿Cómo podemos mejorar?".
Desde entonces, la transformación verde ha sido real. La producción industrial de Apple se ha multiplicado por tres desde 2015. Sin embargo, sus emisiones se han reducido en un 60% y esperan que en 2030 el 75 % de su huella de carbono haya desaparecido.
En Brasil, Apple invirtió para restaurar más de 10.000 hectáreas de tierras degradada —casi el doble del tamaño de Manhattan—. En China lanzaron un fondo de inversión de 99,3 millones de dólares, que en realidad es su segundo Fondo de Energía Limpia, con el fin de lograr la neutralidad de carbono en toda la cadena de producción. Y en Segovia están invirtiendo para crear el parque de paneles solares más grande del país.

En una entrevista para Inc fue bastante directa con sus detractores: "hagan ciencia". Y en cuanto al lugar de Apple en el mundo, entiende el crecimiento de la marca pero no a cualquier precio. Si todos juegan con las mismas cartas, en aras de la equidad y la justicia económica, se podrá "nivelar el campo de juego". Un dardo directo a aquellas empresas que no cumplen con los mandatos gubernamentales en materia de sostenibilidad ecológica. Tal y como indicó en la charla del Fortune Brainstorm Green:
Mire, si todos los profesionales de la sostenibilidad tenemos que recurrir a "fabricar y vender menos productos" como solución al problema, entonces sufrimos de una extraordinaria falta de imaginación. Y de innovación. Una de las cosas que su empresa —y creo que Apple— se propone es comprender dónde se encuentran las innovaciones tecnológicas y de otro tipo que nos ayudan a reducir la intensidad de carbono. No abogamos por que menos personas tengan acceso a nuestros productos. Esa no es la solución que buscamos.
En suma, algunos de los cambios más radicales que ha asumido Apple en sus casi 50 años de historia provienen de la batuta de Lisa Jackson. Ha instado a inversiones gargantuescas en programas de agua limpia, granjas solares y proyectos eólicos, y ha impulsado a sus proveedores a hacer lo mismo.
Su equipo tiene un área dedicada a la eliminación de sustancias tóxicas como el PVC y los BFRs de los productos de Apple. "Sabíamos que mucha gente quemaba cables para llegar al cobre interior. Esa es una situación realmente peligrosa desde una perspectiva de salud", aunque las malas lenguas incidieron en que este solo era un movimiento para contentar a Greenpeace. La creación de una cadena de suministro de ciclo cerrado también fue cosa de ella y actualmente trabajan en métodos de fundición de aluminio libres de carbono.
De los pastos verdes a la pluralidad de voces

Sus últimos pasos han orbitado hacia otras áreas. En 2020 lanzaron una iniciativa de equidad y justicia racial de 100 millones de dólares. Unos cambios que, según la propia palabra de Tim Cook, "afectarán a casi todo lo que hacemos". Al año siguiente invirtieron otra cantidad similar. No en vano, Apple realiza cada cierto tiempo auditorías, internas y externas, para medir la paridad de sexo y etnia en sus equipos, con el fin de garantizar una pluralidad real.
En 2021 fue considerada una de las 50 mujeres más importante del mundo, debutando en el número 33. Y lo que pasó a su familia con el Katrina sigue siendo el baremo con el que mide prioridades: "Lo cierto es que no podemos proteger el medio ambiente a menos que también protejamos a las comunidades más vulnerables". Y ojo, Apple alcanzó la equidad salarial total en 2017.
Durante el segundo mandato de Donald Trump, una de las patatas calientes giraba en torno al debate de la transexualidad. En este contexto de creciente presión política y social sobre los programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), Apple dejó claro que estos valores son inamovibles, son su ADN. Durante su junta anual de accionistas en febrero de 2025, una propuesta del Centro Nacional de Investigación de Políticas Públicas —que instaba a eliminar las iniciativas DEI por supuestos riesgos legales y reputacionales— fue rechazada rotundamente.
Los más conservadores se sorprendieron. Pero Apple implementó la Iniciativa de Equidad y Justicia Racial (REJI), que promueve oportunidades para comunidades subrepresentadas en áreas clave como educación y justicia. Un ejemplo tangible es la Apple Developer Academy en Detroit, que capacita cada año a cientos de jóvenes en programación, diseño y emprendimiento.
La próxima vez que escuches hablar de Lisa Jackson —no la escritora, sino la dama de Apple—, ya sabes: es un hueso duro de roer. Satisface saber que perfiles así estén al cargo de roles tan importantes dentro de Apple.
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