En su búsqueda por hacer los olivos cada vez más productivos, estos investigadores han tenido una idea: echarles carbón

Publicado el 16/03/2025 por Diario Tecnología
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En su búsqueda por hacer los olivos cada vez más productivos, estos investigadores han tenido una idea: echarles carbón

El suelo de la selva es entre rojizo o amarillento; es estéril y desagradecido, ceguerón y destemplado. Está plagado de óxidos minerales o vacío de materiales calcáreos. Es y siempre ha sido un mal suelo.

Por eso, cuando en mitad de la Amazonía, los colonos se encontraron con la 'terra petra' no se lo podían creer. Era una tierra negra, tremendamente fértil, increíblemente resistente a la descomposición de la materia orgánica. Durante décadas, nadie sabía de dónde había podido salir.

Un enigma oscuro para un futuro luminoso. Algunos dijeron de que podía haber venido de los volcanes de los Andes, otros sugirieron que debían ser un producto de la sedimentación de los lagos terciarios. Pero, al analizarse se dieron cuenta de que estaban trufados de restos de cerámica, espadas de pescado, alhajas y objetos humanos.

El milagro de la 'terra preta' era el milagro de enormes comunidades agrícolas mezclando tierra, carbón vegetal, material orgánico de todo tipo y favoreciendo el crecimiento de un ecosistema propio dentro de ellos.

¿Carbón vegetal? Efectivamente. Esa misma cara se les quedó a los investigadores. Los pueblos selváticos suelen usar un sistema de quemas para crear suelos fértiles. El problema es que pierden la fertilidad rápidamente. Con la 'terra preta' no pasa y el secreto está en ese carbón. Lo que en la jerga se conoce como 'biochar'.

¿Y eso en serio que funciona? Eso es lo que se ha preguntado el proyecto europeo Soil O-Live, si podían tratar los olivos con una mezcla de biochar y compost.

El resultado es lo que nos trae aquí: que sí que funciona. Según los investigadores de la Universidad de Jaén, el tratamiento con carbón incrementan la producción del aceite entre un 7 y un 24%. Es decir, entre 0,4 y 1,7 kilos de aceite más por olivo.

Es verdad que se trata de una investigación preliminar, pero sin lugar a dudas muy prometedora.

¿Y para qué la queremos? Es decir, sin este tipo de "tratamientos" España ya es el lugar del mundo donde más aceite se produce y no para: crece un 15% al año. El problema es que la máquina no puede parar porque la demanda crece aún más.

¿A dónde nos llevará esta carrera, esa voracidad? Esa es una de las grandes preguntas del siglo.

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