En 2007 España obligó a los hombres a tomarse bajas más largas para cuidar de sus hijos. Acto seguido la fertilidad cayó

Publicado el 15/06/2025 por Diario Tecnología
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En 2007 España obligó a los hombres a tomarse bajas más largas para cuidar de sus hijos. Acto seguido la fertilidad cayó

A lo largo de las últimas dos décadas España ha dado varios pasos para extender las bajas por paternidad entre los hombres. Dio uno clave en 2007, le siguió otro que amplió su alcance en 2017 y  hace cuatro años avanzó de nuevo en esa misma dirección para equiparar los permisos de los que disfrutan las mujeres y hombres que acaban de tener un bebé. Pero… ¿Cómo influyen esas bajas en la natalidad? ¿Son inocuas? ¿La aceleran? ¿La ralentizan? Y si es así, ¿cuál es la razón?

Ahora tenemos algunas claves.

Cuestión de bajas de paternidad y natalidad. Hace unos años las investigadoras Lídia Farré y Libertad González se hicieron una pregunta interesante, sobre todo para los gobiernos (cada vez más) que están luchando contra las crisis de natalidad y buscan una mayor igualdad en los hogares: ¿Cómo afectan las bajas por paternidad a la fertilidad? ¿Influyen en la probabilidad de que una pareja tenga más hijos en el corto plazo? Y si es así, ¿en qué sentido?

Para responder a esas cuestiones analizaron los datos de nacimiento publicados por el INE entre 2005 y 2013 y se fijaron en una fecha en concreto: marzo de 2007, que fue cuando se aprobó el cambio legislativo que permitió a los hombres tomarse permisos de paternidad de 13 días, ampliables a 15 en casos de partos múltiples. Hasta entonces solo se permitía a los padres ausentarse un par de jornadas.

Desde entonces el marco normativo ha variado de forma bastante considerable, primero con un cambio que amplió las bajas en 2017 y luego, hace cuatro años, con otro para igualar los permisos de madres y padres. Aún así lo ocurrido 2007 sigue ofreciendo una oportunidad valiosa para valorar el impacto de las bajas.

Brittani Burns Dfltszdwmdu Unsplash

¿Y qué descubrieron? Farré y González plasmaron sus conclusiones en un artículo académico publicado en 2019 en Journal of Public Economics, una pieza que sugiere que la baja por paternidad de dos semanas estrenada en 2007 tuvo varios efectos en la sociedad española de los años siguientes. Algunos esperables. Otros, no tanto. Entre estos últimos el más curioso es que esos permisos retrasaron la fertilidad posterior de las parejas. Es decir, los padres que se cogieron la baja tardaron más en tener otros retoños que aquellos que no tuvieron permisos.

Un horizonte clave: seis años. "Mostramos que la introducción de dos semanas de permiso de paternidad remunerada en España en 2007 condujo a un aumento en el espaciamiento de los nacimientos, lo que puede haber llevado a un menor número de nacimientos posteriores entre parejas de mayor edad", resumen Farré y González en su artículo. "Descubrimos que los padres que tenían derecho al nuevo permiso de paternidad cuando tuvieron un hijo en 2007 tardaron más en tener otro en comparación con aquellos que no tuvieron ese derecho. También mostramos que las parejas con derecho al permiso tenían menos probabilidades de tener otro hijo los seis años siguientes a la aplicación de la reforma".

¿Y cuáles son las causas? La pregunta del millón. En su artículo, las investigadoras deslizan algunas claves. Una es el efecto que las nuevas bajas de paternidad tienen en el reparto de tareas domésticas (incluida la crianza) y cómo se refleja eso a nivel laboral. Como explican Farré y González, a pesar de que las oportunidades de las mujeres han ido mejorando en las últimas décadas, ellas "siguen dedicando más tiempo al trabajo no remunerado y de cuidados que los hombres". Cuando ese reparto se equilibra gracias a los permisos, las mujeres pueden dedicar más tiempo a empleos remunerados e impulsar sus carreras.

¿Y cómo influye eso en la fertilidad? Para las mujeres supone una mayor renuncia tener más hijos. "La mayor participación de los padres en el cuidado de los niños podría haber mejorado la inserción laboral de las madres, como se refleja en sus mayores tasas de empleo tras el parto, lo que podría haber aumentado el coste de oportunidad de tener un hijo adicional", aclara el estudio. A eso se añade que cuanto más se implican los padres en la crianza menores son las diferencias que puede haber entre los hombres y las mujeres a ojos de un empresario.

La otra gran clave: la paternidad. Durante su estudio las investigadoras apreciaron otro factor: después de la reforma de 2007 los hombres sencillamente parecieron menos interesados en ampliar la familia con más hijos, al menos en el corto plazo. "Los hombres reportaron una menor fertilidad deseada después de la reforma, lo que podría deberse a que el período de baja los concienció del coste total de tener hijos", recoge el estudio. "Pasar más tiempo con sus hijos podría haber modificado sus preferencias a favor de la calidad (en vez de cantidad)".

¿Afecta a la inserción? "Los hombres que se han beneficiado de la nueva baja por paternidad están menos dispuestos a tener otro hijo, probablemente porque son más conscientes de los costes de la maternidad o porque ahora priorizan la calidad sobre la cantidad de hijos", resume la UB, a la que está ligada Farré. El informe deja botando otra idea interesante: aunque la tasa de uso de la baja por paternidad fue alta, no parece haber afectado a los hombres a nivel laboral.

En lo que sí han influido las bajas es en la implicación de los hombres en el cuidado infantil, aumentando el tiempo que dedican a la crianza, y las perspectivas laborales de las mujeres. "Las madres presentaron tasas de empleo más altas seis meses después del parto y fueronmenos propensas a solicitar una baja familiar".

¿Influye la desigualdad? Aunque se basa en datos de hace varios años y se centra en el caso concreto de España, el estudio es interesante porque, recuerdan sus autoras, los efectos que observan sobre la fertilidad podrían "generalizarse" a otros países del sur y este de Europa en los que las mujeres cargan con gran parte de las responsabilidades del hogar. En el caso de España, el informe recuerda que hasta 2007 los hombres apenas recurrían al permiso parental y el desequilibrio en el reparto de las tareas domésticas y la crianza de los hijos era muy acentuada: al menos entre 2002 y 2003, ellas dedicaban 4,2 horas diarias a labores del hogar y cuidado de niños, más del triple que ellos, que apenas invertían 1,3 h.

"Estas características podrían haber contribuido a que la introducción de la licencia de paternidad fuera más eficaz, aumentando el tiempo de cuidado infantil de los padres y la vinculación de las mujeres a la fuerza laboral, quizás con el efecto secundario de reducir la fertilidad deseada de los hombres en relación con las mujeres", reflexionan las expertas, que sugieren que la influencia de las bajas de paternidad en la natalidad puede ser "más atenuada" en sociedades en las que existe menos desigualdad entre hombres y mujeres en el reparto de tareas.

La tarea pendiente. Con el motor demográfico gripado en muchos países, el estudio de Farré y González es interesante por las lecturas que deja botando. Con todo, las investigadoras reconocen que los efectos de la baja por paternidad en la fertilidad son de "magnitud moderada" y su alcance "limitado", por lo que insisten en la necesidad de profundizar en el tema para comprenderlo mejor.

Otros estudios previos, centrados en Noruega, no encontraron efectos sobre la fertilidad por el aumento de las bajas de paternidad, aunque las autoras recuerdan que el contexto nórdico es “muy diferente” al que se vive en el sur de Europa. Por lo pronto, el estudio de las investigadoras ha llamado ya la atención de la OCDE.

Imágenes | Vitolda Klein (Unsplash) y Brittani Burns

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