El rover marciano de la ESA está definitivamente maldito: la misión ExoMars acumula ya 20 años de calvario y mala suerte

Publicado el 08/05/2025 por Diario Tecnología
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El rover marciano de la ESA está definitivamente maldito: la misión ExoMars acumula ya 20 años de calvario y mala suerte

Marte parece tenerle una especial inquina a la Agencia Espacial Europea y, más concretamente, a la misión ExoMars y su rover Rosalind Franklin. Lo que prometía ser una misión pionera para Europa en la búsqueda de vida pasada en el planeta rojo se ha convertido en un auténtico calvario tecnológico y geopolítico, una saga de infortunios que lleva a preguntarse si el rover no estará, sencillamente, maldito.

De la NASA a Rusia. La odisea de ExoMars comenzó hace ya dos décadas, en 2005, con el objetivo de lanzar un rover a Marte en 2011. Inicialmente concebida en colaboración con la NASA, la misión sufrió un primer revés mayúsculo en 2012, cuando la agencia estadounidense, debido a los sobrecostes en proyectos como el telescopio espacial James Webb, decidió retirarse. Tampoco le hacía gracia el protagonismo europeo de la misión.

Este primer jarro de agua fría obligó a la ESA a buscar un nuevo socio a la desesperada. La agencia espacial rusa Roscosmos. Rusia proporcionaría los cohetes Protón para las dos fases de la misión y un elemento crucial: el módulo de descenso Kazachok que se encargaría del aterrizaje marciano del rover.

Un segundo revés. La primera fase de la misión, lanzada en 2016, incluía la sonda Trace Gas Orbiter, que opera con éxito en la órbita marciana. También el módulo de aterrizaje Schiaparelli, diseñado para probar las tecnologías de "amartizaje". Schiaparelli se estrelló contra la superficie porque interpretó erróneamente las lecturas del acelerómetro: asumió erróneamente que había aterrizado y disparó la cubierta y el paracaídas antes de tiempo.

En la Tierra, el lanzamiento del rover, previsto para 2018, se pospuso a 2020 por problemas con los paracaídas y retrasos en la entrega de componentes. Después, la pandemia de COVID-19 añadió más demoras, empujando la ventana de lanzamiento a 2022.

Y entonces, la guerra. El rover fue bautizado 'Rosalind Franklin' en honor a la cristalógrafa británica cuyas imágenes de difracción de rayos X fueron fundamentales para desvelar la estructura de doble hélice del ADN.

Cuando todo parecía (por fin) encarrilado, con el rover listo y a pocos meses del despegue, la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 dinamitó la colaboración. La ESA, en una decisión inevitable, suspendió la cooperación con Roscosmos, dejando a Rosalind Franklin huérfano de lanzador y, sobre todo, de plataforma de aterrizaje. Un golpe devastador.

Luz al final del túnel. Bautizado 'Rosalind Franklin' en honor a la cristalógrafa británica cuyas imágenes de difracción de rayos X fueron fundamentales para desvelar la estructura de doble hélice del ADN, el rover no levantaba cabeza.

Pero la ESA decidió no tirar la toalla. Los Estados miembros comprometieron nueva financiación en la misión y la ESA optó por desarrollar una plataforma de aterrizaje europea. Thales Alenia Space fue seleccionada como contratista principal en abril de 2024 con un contrato de 522 millones de euros, pero es Airbus Defence and Space la que se encargará del diseño y la construcción del módulo de aterrizaje, que, irónicamente, guarda un gran parecido con el Kazachok ruso.

Y ahora qué. Cuando por fin se veía luz a final del túnel, el presupuesto propuesto por la Casa Blanca para la NASA parece dejar fuera la contribución de la agencia estadounidense en el rover europeo.

Según Eric Berger, de Ars Technica, además de la misión Mars Sample Return de retorno de muestras del planeta rojo, en la que también participaba Europa, desaparece la contribución que quedaba de la NASA en el rover europeo Rosalind Franklin. Era una contribución modesta, pero crucial para la misión: los calefactores RHU a base de plutonio.

Por ahora, la fecha de lanzamiento de la misión ExoMars y el rover Rosalind Franklin sigue programada para finales de 2028, con un aterrizaje en la llanura marciana Oxia Planum previsto para 2030. Una trayectoria larga para evitar la temporada de tormentas de polvo globales en Marte. El rover Rosalind Franklin, llevará su taladro capaz de perforar hasta dos metros bajo la superficie, donde las posibles biofirmas estarían protegidas de la radiación.

Imagen | DSIT, ESA

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