El último ataque de Rusia a Ucrania ha sorprendido a todos: 100 soldados escondidos cuatro días en un gasoducto sin aire

Publicado el 12/03/2025 por Diario Tecnología
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El último ataque de Rusia a Ucrania ha sorprendido a todos: 100 soldados escondidos cuatro días en un gasoducto sin aire

Ayer se celebró una reunión en Arabia Saudita en la que Ucrania y Estados Unidos llegaron a un acuerdo de alto el fuego de 30 días. Washington reactiva la ayuda y podrá hacer uso de la reserva de minerales. Ahora la presión gira hacia Moscú, donde Putin tendrá que decir algo a la propuesta. Mientras, la guerra continúa. Ucrania lanzó su mayor ataque con drones sobre Moscú. Por su parte, los rusos llevaron a cabo la misión más sorprendente en lo que va de guerra.

Misión inédita. La historia tuvo lugar el 8 de marzo. Alrededor de 100 soldados rusos de la compañía militar privada Veterans PMC, la unidad especial Akhmat y el 30º Regimiento de Fusileros Motorizados, llevaron a cabo una operación sin precedentes en la región de Kursk, infiltrándose en territorio controlado por Ucrania a través de un gasoducto en desuso. La incursión tenía como objetivo la ciudad de Sudzha, un punto estratégico clave tomado por las fuerzas ucranianas.

16 kilómetros. Los soldados, equipados con sistemas de respiración debido a la falta de aire, pasaron cuatro días arrastrándose a lo largo de un conducto de aproximadamente 16 kilómetros de longitud y solo 1,5 metros de ancho. De hecho, en las últimas horas se han hecho virales las imágenes difundidas en redes sociales militares rusas mostrando a los infiltrados dentro del espacio. Fue tan sorprendente la acción que cogió por sorpresa a muchos de los soldados rusos. Incluso se ha reportado que algunos de ellos fallecieron por asfixia antes de llegar a su destino.

El ataque. Al parecer, el gasoducto utilizado probablemente forma parte del sistema Urengoy-Pomary-Uzhhorod, el mismo que fue históricamente clave en el transporte de gas ruso a Europa, pero que quedó fuera de operación a finales de 2024. Esta vía permitió a los rusos evitar la detección por drones de vigilancia ucranianos y sorprender a las fuerzas defensoras cerca de Sudzha.

Aunque el ataque no fue del todo inesperado para los ucranianos, las fuerzas rusas lograron emerger y tomar posiciones cerca de Sudzha, donde se han intensificado los combates. Por su parte, el Estado Mayor de Ucrania publicó imágenes del enfrentamiento entre sus tropas y los asaltantes rusos.

División en la narrativa. Existen informes contradictorios sobre el desenlace de la incursión: mientras medios pro-Kremlin insistían en que las tropas rusas avanzaban en Sudzha desde múltiples frentes y habían capturado varias aldeas cercanas, incluyendo Cherkasskoye Porechnoye y Kositsa, los analistas pro-guerra en Rusia expresaron duras críticas a la operación.

Precaria. Los expertos de guerra Vladimir Romanov y Anastasia Kashevarova calificaron la incursión como mal planificada, señalando la falta de suministros básicos y la ausencia de ventilación en el gasoducto, lo que habría causado la muerte de algunos soldados por intoxicación con metano. Por otro lado, el militar ruso Yegor Guzenko argumentó que la filtración de imágenes de la incursión antes de que finalizara la misión alertó a Ucrania y frustró la posibilidad de un éxito táctico.

Mientras, Ucrania también confirmó la incursión en un comunicado describiéndola como una "operación de sabotaje y asalto". Según el Estado Mayor ucraniano, las tropas rusas fueron detectadas a tiempo, lo que permitió a las fuerzas de Kiev responder con ataques de artillería y misiles antes de que los infiltrados pudieran consolidar su posición.

La importancia del enclave. Se sabía que Rusia ha estado incrementando su ofensiva en la región de Kursk, avanzando desde el sur de Sudzha. Su objetivo parece ser cortar la carretera clave que conecta Sumy, Yunakivka y Sudzha, una arteria vital para el abastecimiento de las tropas ucranianas en Kursk.

Sudzha, una ciudad clave en el corredor de tránsito de gas, fue capturada por Ucrania en agosto de 2024 en una incursión sorpresa que representó la mayor ofensiva ucraniana en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial. Durante esta operación, Kiev logró ocupar 1.000 kilómetros cuadrados y tomar cientos de prisioneros rusos, todo ello con el objetivo de usar el territorio como moneda de negociación en futuras conversaciones de paz y obligar a Rusia a desviar tropas del este de Ucrania.

¿Qué ocurre? Que meses después, las fuerzas ucranianas en Kursk enfrentan una fuerte contraofensiva de más de 50.000 tropas rusas, incluidos los soldados norcoreanos desplegados junto a las unidades del Kremlin. Mapas abiertos del campo de batalla sugieren que decenas de miles de soldados ucranianos corren el riesgo de quedar rodeados, ya que Rusia ha intensificado sus ataques para recuperar la región.

Ucrania tiene un problema. Lo cierto es que la presión sobre las fuerzas ucranianas en Kursk es cada vez mayor. Las tropas rusas han estado atacando de manera continua toda la línea del frente en la denominada "zona sanitaria", lo que ha dificultado la defensa ucraniana. Dmitry Medvedev, ex presidente de Rusia, afirmó recientemente que las fuerzas ucranianas en Kursk están "casi rodeadas" y que su expulsión del territorio es inminente.

El desafío de mantener esta posición es de gran calado. Con el frente reduciéndose y ataques constantes en los flancos, la viabilidad de la operación ucraniana en Kursk está en entredicho. A esto se suma el impacto del cese temporal del apoyo militar de Estados Unidos (ahora parece que restablecido), que ha limitado el acceso de Ucrania a inteligencia y datos satelitales, cruciales para la defensa.

Estrategia o negociación. Es la gran duda. Cada vez más analistas ucranianos sugieren que el repliegue de Kursk podría ser inevitable para evitar un cerco total y preservar recursos para otros frentes. Sin embargo, mantener una presencia en territorio ruso tiene un importante valor estratégico y político para Kiev, especialmente en el marco de las negociaciones que han tenido lugar con Estados Unidos en Arabia. Posiblemente, Kiev presentó una propuesta de paz que incluía el cese de ataques con drones y misiles, así como la suspensión de operaciones militares en el Mar Negro.

Sea como fuere, una cosa parece clara: el peliculero ataque ruso a través del gasoducto es una muestra del alto valor que Moscú otorga a la recuperación de Sudzha y sus alrededores. A medida que aumentan las pérdidas y la situación se vuelve más insostenible, la gran incógnita es cuánto tiempo más podrá Ucrania resistir en esta región antes de verse obligada a replantear su estrategia. Si la ayuda "americana" se confirma habrán ganado tiempo.

Imagen | Sergey Kolyasnikov

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