El coche eléctrico más rápido del mundo parece sacado de Batman. Su secreto: "entrena" en un túnel del siglo XIX
Publicado el 17/04/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Los superdeportivos ya no son suficiente. Lo que de verdad quita el hipo son los hiperdeportivos. Combinan la clase de los superdeportivos con tecnologías y prestaciones de la Fórmula 1, como el McLaren P1 con KERS y DRS. Pero si hay una categoría que está despegando a lo bestia, es la de los eléctricos con prestaciones que parecen sacadas de un videojuego. Concretamente, uno inglés que podría tener Batman en su garaje.
Es el McMurtry Spéirling, y su secreto es una puesta a punto en un túnel ferroviario de 1897.
Locura. El McMurtry Spéirling, o Spéirling Electric Hypercar, fue desvelado en el prestigioso evento Goodwood Festival Speed de 2022, y ya allí consiguió algunos récords. Antes de eso, pasemos la ficha técnica de este monoplaza que no es tan atractivo como un Bugatti Veyron, el mencionado McLaren P1 o su máximo competidor eléctrico, el Rimac Nevera, pero que es un Tiranosaurio Rex con piel de cordero. De un cordero de 3,5 metros de largo, 1,7 de ancho y apenas 1,1 de alto.
Cuenta con dos motores eléctricos que producen en las ruedas traseras una potencia de 746 kW, equivalente a unos 1.000 CV. El peso es de unos 1.000 kg, lo que unido a ese motor garantiza una fuerza descomunal. ¿Cuánto? Pues una aceleración de 0 a 100 km/h en 1,4 segundos o de 0 a 230 km/h en menos de 5 segundos.

Coche de los récords. No corre “mucho” debido a que está limitado a 305 km/h, por lo que ese motor podría dar mucho más de sí, y está equipado con una batería de 60 kWh que esperan a ampliar a 100 kWh en algún momento, aumentando hasta los 1.200 kg el peso del vehículo. Pero con lo que tenemos ahora entre manos, podemos hablar de un coche que está dejando el listón alto. Muy alto.
En el Goodwood Festival de su debut, el McMurtry Spéirling logró pulverizar el récord de subida de su tradicional circuito de colina de 1,89 kilómetros con un tiempo de 39,08 segundos. Por ahí no sólo han pasado supercoches e hipercoches, también Fórmula 1 como el de Nick Heifield de 1998. Con el McLaren MP4/13, clavó el reloj en 41,6 segundos. En 2019, un prototipo eléctrico, el Volkswagen ID.R. lo bajó hasta los 39,9 segundos, y era la marca que prevalecía.
Desde entonces, hemos visto al McMurtry Spéirling haciendo que todo tipo de coches muerdan el polvo, incluyendo el imponente Ferrari LaFerrari con un V12 atmosférico y 800 CV con KERS de 163 CV o pulverizando el récord del Mercedes-AMG One en Hockenheim bajando el tiempo en 14,1 segundos.
El túnel de pruebas. Y el secreto de este logro es el túnel de viento. Los coches de altas prestaciones se analizan en túneles de viento en los que se pone a prueba su aerodinámica. Son cámaras en las que los vehículos se encuentran estáticos y es el aire el que fluye sobre ellos, permitiendo que ingenieros y diseñadores pongan a prueba la aerodinámica. En el caso del McMurtry Spéirling, la cosa es diferente porque en su túnel de viento, se mueve a gran velocidad.

¿El motivo? Utiliza un túnel que podría salir en cualquier película de Batman: el túnel de Catesby. Se trata de un túnel ferroviario de la era victoriana que se construyó en 1897 y cuenta con una recta de 2,7 kilómetros de largo y 8,2 metros de ancho. Ya no se usa para su propósito original, y desde su reconversión se ha convertido en una recta de pruebas ideal por dos motivos.
El primero es porque tiene condiciones climáticas constantes, lo que permite a los ingenieros poner a prueba el coche en un entorno en el que pueden desarrollar pruebas sistemáticas y precisas. El equipo de McMurtry utiliza para ello equipo como sensores de presión alrededor del vehículo y cámaras de alta velocidad, pero lo mejor es que, al estar en movimiento, pueden poner bajo la lupa elementos como las ruedas, la amortiguación o el gran secreto de este coche: el downforce o ‘efecto suelo’.
Ventiladores, su secreto. Porque… sí, en un coche importan todos los elementos, pero cuando hablamos de velocidad (y ahí es donde los F1 son ejemplares), no se trata tanto de la fuerza del motor, sino de cuánto pueda pegarse el coche al suelo gracias a la aerodinámica para acelerar mejor o realizar un paso por curva más rápido.
Y si vemos cualquier vídeo del McMurtry Spéirling, algo que llama la atención es que, tanto en movimiento como en parado antes de acelerar, levanta una estela de polvo. Ahí está su secreto: tiene dos ventiladores traseros que generan una fuerza de hasta 2.000 kg. Esto presiona el coche contra el suelo, haciendo que salga como su fuera un coche de Scalextric y consiguiendo que mantenga una gran velocidad en las curvas.
Hace parecer lento a un F1. Para que nos hagamos una idea, esa carga aerodinámica de 2.000 kg que el McMurtry Spéirling tiene desde parado es la misma que consigue un Fórmula 1 cuando va a 250 km/h. Y, hablando de Fórmula 1, el vídeo que dejamos a continuación es de esos que hacen que se dibuje una sonrisa de incredulidad:
En él, podemos ver el Spéirling contra el Rimac Nevera y un Red Bull RB8. Es muy interesante porque el Rimac Nevera, que es otro eléctrico que se encuentra en su misma categoría, gana en la primera prueba por velocidad punta debido a que entra en juego el limitador del Spéirling. En la segunda prueba, el Spéirling ha calentado las ruedas y consigue una más apretada victoria, y en la tercera vemos otra cosa sorprendente.
Se trata de una prueba de frenado en la que vemos que el Rimac acelera y corre mucho, pero le cuesta frenar. Aquí, el Spéirling consigue un rendimiento muy similar al del Fórmula 1, cuya frenada es espectacular. Y tiene mérito que incluso con Liam Lawson al volante, ese Red Bull parezca un utilitario al lado de los otros dos. Sobre todo al lado del gran punto fuerte del Spéirling: la aceleración desde parado.
¿Te sobra un millón? Actualmente, el McMurtry Spéirling está homologado para competiciones en circuitos, como el GT1 Sports Club, pero si en algún momento se homologa para el uso en la vía pública, habrá que preparar un millón de euros si queremos hacernos con él.
Por ahora solo podemos verlo en acción desde la barrera, pero con cada nuevo récord que pulveriza, el McMurtry Spéirling demuestra que el futuro del motor no suena como un V12… sino como una Thermomix.
Imágenes | Calreyn88
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