EEUU ha decidido probar si Elon Musk tenía razón. Así que ha colocado dos Cybertruck en el desierto como blanco de sus misiles

Publicado el 07/08/2025 por Diario Tecnología
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EEUU ha decidido probar si Elon Musk tenía razón. Así que ha colocado dos Cybertruck en el desierto como blanco de sus misiles

En el ámbito militar, es normal tratar de adelantarse a los escenarios que pueda plantear el enemigo. Sin embargo, lo que está a punto de ocurrir en una zona específica de Estados Unidos posiblemente rompe con cualquier otra operación del pasado. En una jugada que mezcla tecnología futurista con estrategia militar, la Fuerza Aérea de Estados Unidos tiene a dos Tesla Cybertrucks entre ceja y ceja, pero no para usarlos, sino para destruirlos.

Una compra singular. Sí, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha lanzado una peculiar solicitud: ha adquirido dos Tesla Cybertrucks y los está colocando como blancos para pruebas de precisión con misiles. Aunque a primera vista puede parecer una excentricidad, la decisión encierra un razonamiento que va mucho más allá del simbolismo o la extravagancia tecnológica.

El objetivo declarado es evaluar cómo reaccionan y se comportan ciertos tipos de municiones cuando impactan contra vehículos que, según proyecciones internas, podrían estar en manos de enemigos en futuros escenarios de combate. La adquisición forma parte de un paquete más amplio de 33 vehículos que se destinarán a la base de White Sands Missile Range en Nuevo México, donde el Air Force Test Center (AFTC) lleva a cabo ejercicios avanzados, muchos de ellos en colaboración con el U.S. Special Operations Command (SOCOM).

Cybertruck como parte del enemigo. La inclusión específica del Cybertruck dentro de la lista (cuando ningún otro vehículo de marca aparece citado) responde a un estudio interno del 13 de febrero de 2025, que evaluó el diseño, los materiales, la resistencia al impacto y las innovaciones tecnológicas de este modelo.

El documento justificativo, parcialmente censurado pero publicado online, concluye que el diseño anguloso y la carrocería de acero inoxidable sin pintar del vehículo lo sitúan en una categoría aparte, completamente distinta de los vehículos convencionales con chasis de acero o aluminio pintado. A esto se añade su arquitectura eléctrica de 48V, una tecnología aún incipiente entre los competidores. Según el AFTC, no existen vehículos comparables en el mercado.

Cybertruck Range Target Justification 2 Parte del documento publicado

One more thing. Pero lo más inquietante de la solicitud es la premisa que la sustenta: se considera “probable” que futuros adversarios comiencen a emplear Cybertrucks en zonas de combate, y se señala que estos vehículos han demostrado una resistencia inesperada a daños tras impactos mayores.

Sin precisar el escenario ni el enemigo al que se hace alusión, el documento subraya la necesidad de replicar entornos realistas en los entrenamientos, incluyendo vehículos que podrían ser empleados por fuerzas hostiles.

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La camioneta de guerra. El contexto geopolítico en el que se sitúa esta inquietud tiene implicaciones más amplias. Aunque no se menciona de forma explícita, los programas SOPGM (Stand Off Precision Guided Munitions) de SOCOM están diseñados principalmente para neutralizar amenazas móviles en Oriente Medio, Asia Central, África y otros entornos donde los objetivos suelen ser vehículos civiles adaptados.

En este marco, el Cybertruck no solo encarna un símbolo de estatus tecnológico, sino que puede llegar a representar una amenaza táctica real si es empleado por actores armados o insurgentes que busquen blindaje improvisado, movilidad eléctrica silenciosa y resistencia estructural. La historia reciente ofrece algunas pistas: Ramzan Kadyrov, líder de Chechenia, mostró públicamente varios Cybertrucks modificados con ametralladoras calibre 12,7 mm, presuntamente enviados a Ucrania. Más allá de su origen dudoso (dada su inclusión en listas de sanciones), estos vehículos simbolizan el cruce creciente entre tecnología de consumo y guerra irregular.

Hellfire Target Impact Otras pruebas en el pasado con autos

El auto “apocalíptico” de Musk. Cuando Elon Musk presentó el Cybertruck en 2019, lo hizo con una promesa: un vehículo “a prueba de apocalipsis”, con ventanas blindadas, chasis ultraresistente y estética de ciencia ficción. Desde entonces, ha sido objeto de fervor y burla a partes iguales. Ha sufrido retiradas, críticas por sus acabados, dudas sobre su fiabilidad, y una creciente percepción de que la visión inicial ha quedado lastrada por problemas estructurales.

A pesar de todo, Tesla ha vendido unas 46.000 unidades (según estimaciones de esta primavera), con la mayoría concentradas en Norteamérica. Sin embargo, se ha confirmado que algunos ejemplares ya han llegado a Medio Oriente, y Tesla anunció en abril que abrirá ventas directas en Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Catar antes de que finalice el año.

La importancia del enclave. Ese giro geográfico de la distribución del Cybertruck no puede pasarse por alto. Si el vehículo llega a estar disponible en regiones donde milicias o actores estatales con intereses enfrentados a Estados Unidos operan libremente, podría convertirse en una plataforma improvisada para ataques móviles, transporte blindado o incluso uso paramilitar.

De hecho, varias empresas ya están ofreciendo versiones modificadas del Cybertruck para agencias de seguridad, cuerpos policiales o fuerzas armadas, con añadidos como blindaje adicional, kits tácticos y configuraciones unipersonales no tripuladas. El Departamento de Estado de Estados Unidos, que este año consideró adquirir Cybertrucks para su uso diplomático, canceló esa intención poco después, probablemente por las implicaciones políticas y simbólicas del vehículo.

Tecnología de consumo (o conflictos). La historia del uso de vehículos civiles como blancos en entrenamientos militares no es nueva. Durante años, el ejército estadounidense ha empleado camionetas Toyota Hilux o Land Cruisers, imitaciones de SUV asiáticos o sedanes usados por insurgentes, como parte de sus ejercicios de simulación.

Lo nuevo en este caso es el salto cualitativo que representa el Cybertruck: un vehículo eléctrico de gama alta, vendido como emblema de modernidad y status, que ahora entra en la órbita de la guerra asimétrica. La decisión de la Fuerza Aérea de emplearlo como blanco de prueba refleja una transformación más amplia en la forma en que los ejércitos se preparan para los conflictos del futuro. Ya no se trata solo de entrenar contra blindados o pickups improvisados, sino de asumir que el arsenal civil de alta tecnología (comercializado globalmente) puede integrarse en teatros de operaciones de forma no convencional.

Entre lo plausible y lo absurdo. El caso del Tesla como objetivo de misiles plantea interrogantes más amplios sobre la evolución del combate moderno. Si los militares consideran plausible que un enemigo futuro utilice vehículos eléctricos de lujo como plataformas móviles de guerra, ¿qué otros elementos del mundo civil podrían ser militarizados?

La misma lógica que impulsa la adquisición de estos vehículos para entrenamiento puede aplicarse a otros artefactos tecnológicos cuyo uso se desplace del consumo privado al conflicto armado. Así, la frontera entre ambos ámbitos es cada vez más difusa, y el Cybertruck, en este caso, se convierte en símbolo de esa ambigüedad creciente o, por qué no, absurda.

El vehículo, que nació como icono del futuro personal, puede acabar convertido en chatarra perforada por misiles en un polígono de pruebas en Nuevo México. Esa sola imagen creo que lo resume todo.

Imagen | Tesla, S5A-0043, DVIDSHUB, USAF

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