De la bancarrota a los 3 billones: la lección de Steve Jobs que hace 24 años cambió Apple para siempre

Publicado el 12/03/2025 por Diario Tecnología Artículo original

En 1997, Apple estaba al borde del abismo. La empresa que en los años 80 había marcado el camino de la informática personal estaba irreconocible, hundida en una espiral de productos fallidos, pérdidas económicas millonarias y una cuota de mercado de apenas el 3 %. Todo indicaba que el gigante de Cupertino estaba condenado. Pero ese mismo año, un nombre regresaría para cambiarlo todo: Steve Jobs. Hoy, en 2025, cuesta imaginar un mundo sin Apple. Pero el resurgimiento del gigante dormido no fue mágico ni casual. Fue el resultado de decisiones radicales, liderazgo visionario y una lección inolvidable que Jobs nos dejó hace 24 años.

La caída al abismo: una Apple perdida en los 90

Apple perdió su rumbo a mediados de los 80, cuando una serie de decisiones erróneas pusieron en jaque su lugar en el mercado. Tal vez el golpe más duro llegó en 1985, cuando Steve Jobs, el mismo hombre que había fundado la compañía, fue forzado a abandonar su propia empresa tras una serie de conflictos internos. Sin Jobs, Apple quedó a la deriva.

Los años 90 fueron un desfile de productos que prometían mucho y entregaban poco: equipos como el Newton, una especie de PDA adelantada a su tiempo, fracasaron rotundamente. En el papel, Apple seguía innovando, pero el mercado ya no respondía. Con una caída del 80 % en el valor de sus acciones, pérdidas multimillonarias y un portafolio de 40 productos incapaces de conectar con los consumidores, la situación era insostenible.

En diciembre de 1996, Apple anunció la compra de NeXT, la empresa que Steve Jobs había fundado tras su salida. Lo que parecía un intento desesperado por rejuvenecer la tecnología de Apple terminó siendo un movimiento estratégico clave: Jobs regresaría como CEO interino en 1997. Y con él, llegaría la lección que salvaría a la compañía.

Al pisar nuevamente las oficinas de Cupertino, Jobs se encontró con un caos absoluto: una empresa sin foco, un catálogo inflado y recursos diluidos en proyectos sin futuro. Su respuesta fue contundente: un recorte masivo en lo que no funcionaba.

La matriz 2x2 de Jobs: simplicidad como salvación

Con una pizarra y un rotulador, Steve Jobs trazó una matriz simple, pero que hoy en día se sigue estudiando en carreras de marketing: Consumer/Pro y Desktop/Portable. A partir de ahí, definió que Apple concentraría sus esfuerzos en solo cuatro productos:

• iMac: un ordenador de escritorio para el día a día.
• iBook: un portátil también de uso diario.
• Power Mac: un ordenador de escritorio para profesionales.
• PowerBook: un portátil también para "pros".

Este movimiento simplificó la estrategia de Apple y devolvió la claridad y la visión que la compañía había perdido. Pero, sobre todo, consiguió que los clientes supieran qué comprar. Cuatro opciones, una decisión.

La llamada inesperada a Bill Gates

En un giro que nadie esperaba, Jobs hizo algo aún más loco: llamó a su antiguo rival Bill Gates. En una mezcla de querer calmar las aguas y pura estrategia, Jobs consiguió una inversión de 150 millones de dólares de parte de Microsoft, además del compromiso de desarrollar Office para Mac. Y es que, aunque pareciese que eran enemigos, Jobs y Bill Gates pasaron buenos momentos juntos.

La imagen de Bill Gates en una pantalla gigante durante la Macworld de 1997 causó indignación entre los fans de Apple. Pero para Jobs, el orgullo era secundario: "Si queremos ganar, tenemos que dejar de pensar que para que Apple gane, Microsoft tiene que perder", afirmó. Ese fue el momento en que la supervivencia triunfó sobre el ego.

El renacimiento: el iMac y el inicio de una nueva era

En 1998, Apple lanzó el iMac G3. Un ordenador con un diseño revolucionario: carcasa translúcida, colores vibrantes y una simplicidad que atraía tanto a clientes casuales como a profesionales. Fue un éxito inmediato, no solo por su estética, sino porque el producto volvió a poner al usuario como prioridad. Diseñado por un entonces desconocido Jonathan Ive, el iMac marcó el inicio de una era en la que Apple dejaría de ser solo tecnología para convertirse en un símbolo de innovación y diseño.

Jobs también reforzó su equipo con fichajes clave. Incorporó a Tim Cook, quien transformó la cadena de suministro de Apple y redujo inventarios de meses a días, y consolidó a Jony Ive como el líder creativo detrás de los futuros productos de la compañía. ¿Esto se va pareciendo más a la Apple que conoces, verdad?

Las lecciones de un visionario sobre cómo cambiarlo todo

La transformación de Apple está impregnada de lecciones valiosas para todos:

• Simplificar para avanzar: Jobs eliminó lo innecesario y enfocó sus recursos en lo esencial.
• La humildad estratégica: si Jobs pudo pedir ayuda a su mayor competidor, cualquiera puede aprender a priorizar la supervivencia sobre el ego.
• Enfocarse en el valor del ecosistema y lo que aporta a las personas, no en el precio.

El renacimiento de Apple bajo el liderazgo de Jobs sentó las bases para los productos que definirían el futuro: el iPod, el iPhone y el iPad. La obsesión de Jobs por crear un ecosistema integrado comenzó con iTunes y el iPod, y alcanzó su cúspide con el lanzamiento del iPhone en 2007.

El enfoque en la experiencia del usuario, combinado con el diseño premium y la integración entre hardware y software, permitió a Apple no competir por precio, sino por valor. El resto es historia. Producto tras producto, Apple se convirtió en un gigante que ya no dictaba tendencias: las creaba.

Ahora, en 2025, Apple se posiciona como la primera empresa en superar los 3 billones de dólares en capitalización de mercado, un hito que pocos podrían haber previsto en 1997. Un resultado del trabajo hecho durante décadas y que comenzó con la transformación de Jobs. 

Y  aunque Steve ya no está, su visión sigue viva: desde el diseño minimalista de los AirPods hasta la expansión de servicios como Apple TV+. Cada decisión actual de Apple lleva la marca del hombre que una vez dibujó una simple matriz en una pizarra. Jobs no solo salvó a Apple. Nos dejó una lección universal: incluso cuando todo parece perdido, el retorno es posible. Solo hace falta concentración, valentía y la capacidad de pensar diferente.

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