China nos conquistó con sus drones baratos. Ahora el precio de sus piezas se está disparando por un motivo que no es casual
Publicado el 10/06/2025 por Diario Tecnología Artículo original
El mercado chino ha sido durante años la opción más atractiva para comprar drones, tanto por precio como por variedad. Desde modelos ultraeconómicos de 30 euros hasta drones profesionales como el DJI Mavic 4 Pro, por más de 2.000 euros. El abanico es realmente amplio.
Ahora bien, esa fórmula de éxito empieza a enfrentarse a un nuevo contexto. Tal como recoge Financial Times, los precios de los componentes procedentes de China están subiendo, en algunos casos duplicándose. Analicemos los motivos y los alcances de este fenómeno.
El escenario ha cambiado. Cada vez más proveedores que operan en China están subiendo sus precios para clientes internacionales. Lo hacen, según recoge el mencionado periódico británico, como respuesta al refuerzo de los controles de exportación que está aplicando Pekín sobre “componentes sensibles”.
Los citados cambios se producen en un contexto global donde Estados Unidos y China están inmersos en una guerra comercial marcada por altibajos. Aunque en los últimos meses se han suavizado algunas ofensivas, todavía persiste una incertidumbre sobre cómo serán los próximos pasos.
Componentes clave en el punto de mira. Entre los elementos más afectados por estas restricciones están las cámaras termográficas. Estas cámaras permiten detectar diferencias de temperatura y generar imágenes en condiciones de baja visibilidad, como la noche, la niebla o el humo.

Se utilizan tanto en aplicaciones civiles (como labores de rescate o inspección industrial), pero también en entornos militares. Este último uso podría estar detrás del aumento de controles y del encarecimiento en las exportaciones, ya que estas cámaras permiten tareas de vigilancia en condiciones adversas.
Una estrategia que recuerda a EEUU. Aunque el endurecimiento de los controles desde Pekín pueda parecer una respuesta repentina, no es un movimiento aislado ni nuevo en el contexto global. Estados Unidos lleva años restringiendo el acceso de China a ciertos productos por “seguridad nacional”.
Aquí encontramos el conocido caso de Huawei. En 2019, la administración de Donald Trump impuso una prohibición que obligaba a las empresas estadounidenses a solicitar licencias para ofrecer cierta tecnología al fabricante asiático, una medida que sería mantenida durante el mandato de Joe Biden.
Drones al frente de guerra. Una de las razones detrás de los controles chinos es precisamente el uso militar de estos dispositivos. Ciertamente, en los últimos años hemos visto cómo los drones de consumo han pasado a formar parte esencial del arsenal militar en conflictos como el de Rusia y Ucrania.
El ataque ucraniano con cientos de drones drones sobre bases rusas, o la producción masiva de drones explosivos de bajo coste, han dejado claro que ya no hay frontera entre el dron civil y el militar. Posiblemente esto también explica por qué China quiere controlar a quién le vende qué.
Europa y EEUU intentan reaccionar. Tanto Europa como Estados Unidos están reaccionando al dominio chino. En el caso estadounidense, asociaciones como AUVSI han reclamado incentivos fiscales y préstamos para facilitar la transición hacia drones locales, sobre todo en cuerpos de seguridad y servicios públicos.

También ha habido movimientos más contundentes, como la decisión del Departamento de Defensa de Estados Unidos de incluir a DJI en su lista de “empresas militares chinas”. Esta clasificación llevó al fabricante a iniciar una batalla legal con el objetivo de que se revocara dicha etiqueta.
En el caso europeo, la respuesta está tomando forma a través de iniciativas como el programa Eurodrone, un desarrollo conjunto entre Francia, Alemania, España e Italia que busca reducir la dependencia de fabricantes no europeos. También hay otros programas, como el European Defence Fund.
¿Y esto en qué nos afecta a nosotros? Por ahora, lo que parece claro es que el acceso a piezas procedentes de China ya no es tan fácil ni tan barato como antes. Las restricciones y los controles están encareciendo componentes clave, algo que ya notan algunos compradores a lo largo y ancho del planeta.
Habrá que esperar para ver si esta tendencia acaba afectando también al precio de los drones que usamos en el día a día (los que compramos por internet o en tiendas), pero todo apunta a que el mercado, tal y como lo conocíamos, está empezando a cambiar.
Imágenes | DJI | J. Weisner | aboodi vesakaran | Guillaume Issaly
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