China ha ejecutado tres jugadas maestras para romper la dependencia tecnológica de Occidente. Las sanciones fueron su mejor regalo
Publicado el 05/06/2025 por Diario Tecnología Artículo original
China trabaja desde hace años con una hoja de ruta tecnológica muy clara. La prioridad no ha sido competir en igualdad de condiciones con Occidente, sino reducir su exposición a decisiones ajenas.
La estrategia no nace con las sanciones de Trump ni con los vetos a Huawei. Venía de antes, pero aquello lo impulsó. Y sigue su curso.
Por qué es importante. Quien domina las materias impone el ritmo, quien fabrica chips tiene autonomía industrial y quien entrena modelos de IA con miles de millones de usuarios puede exportar la tecnología. China ya está en los tres niveles.
En detalle:
→ Materias primas. China refuerza su posición en el primer eslabón: el acceso a recursos estratégicos. Controla cerca del 90% del procesado de tierras raras, esenciales para fabricar todo tipo de tecnología. El Ministerio de Comercio ha limitado las exportaciones de galio y germanio, lo que impacta en sectores clave como paneles solares, vehículos eléctricos o radares.
La industria europea y la estadounidense no están logrando encontrar sustitutos a corto plazo. Y China, además de mantener una reserva nacional para uso interno, está regulando su explotación con criterios geopolíticos.
→ Semiconductores. Tras los vetos occidentales, el Estado aseguró recursos masivos a su industria nacional. Huawei, bloqueada por Estados Unidos, presentó un chip de 7 nm fabricado por SMIC, sin acceso a litografía EUV. No es tecnología puntera... pero sí suficiente, al menos por el momento. Ya hay patentes para seguir miniaturizando.
El fondo estatal de semiconductores creado hace un año roza los 50.000 millones de dólares, y aunque la autosuficiencia total aún está lejos, el sistema ya está funcionando sin acceso al exterior.
→ IA. Las grandes tecnológicas chinas desarrollan sus propios modelos fundacionales.
- Baidu → Ernie Bot.
- Alibaba → Tongyi Qianwen.
- Huawei → Pangu.
Cada uno tiene una orientación sectorial distinta, pero todos viven bajo el paraguas del nuevo marco regulador nacional, que exige registro y validación de algoritmos. El resultado: cada vez más startups chinas dedicadas a la IA (con resultados brutales como DeepSeek), y priorización para la aplicación directa en servicios públicos, industria y educación.
Qué ha ocurrido. Las sanciones naciaeron como un freno al desarrollo chino, pero han acabado siendo un acelerador. China reforzó sus centros de I+D, reorganizó su sistema de patentes y dio cobertura estatal a las tecnológicas más expuestas.
Y el Ministerio de Ciencia y Tecnología priorizó sectores concretos definiendo objetivos específicos para IA, supercomputación y automatización.
En perspectiva. Como hemos contado en numerosos artículos, China no busca replicar el modelo occidental, sino diseñar el suyo propio aspirando a ser autosuficiente y al mismo tiempo proveedor global. Al menos allí donde la legislación le permita vender. La Huawei post-sanciones es un ejemplo perfecto.
Las grandes tecnológicas chinas no compiten por cuota de mercado en Estados Unidos o Europa, sino por influir en África, Asia Central y América Latina, donde sus sistemas ya están penetrando (ZTE, Huawei, BeiDou...). Y el acceso a sus soluciones vendrá acompañado de sus condiciones. Eso incluye software, infraestructura, etc.
Entre líneas. La estrategia sigue una lógica secuencial:
- Asegurar recursos.
- Garantizar capacidad industrial.
- Consolidar el liderazgo en innovación.
Cada fase depende de la anterior y cada avance tiene cobertura política.
Y ahora qué. El siguiente paso será consolidar el modelo: IA con identidad nacional, estándares propios y expansión internacional gradual. Todo con el apoyo del gobierno.
En Xataka | Freeman Zhou en Unsplash
Imagen destacada | China se ha propuesto ser independiente en todas las tecnologías. Y para la realidad aumentada tiene a "cinco dragones"
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