Andrew Huberman quiere que hagas 150 minutos de cardio a la semana para vivir más años. La ciencia tiene cosas que decir

Publicado el 23/07/2025 por Diario Tecnología
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Andrew Huberman quiere que hagas 150 minutos de cardio a la semana para vivir más años. La ciencia tiene cosas que decir

Son las 3:52 de la mañana y Ashton Hall empieza su día: mouth taping, cardio en el balcón, afirmaciones, hielo en la cara, plátano en la cara, todo en tiempo cronometrado. Su rutina matinal extrema se volvió viral hace un par de meses con más 99 millones de visualizaciones en TikTok.

Lo que empezó como skincare con journaling ha mutado en un culto al rendimiento. Cada vez más hombres adoptan rutinas milimétricas con la promesa de orden, control y éxito. En ese escenario, Andrew Huberman, neurocientífico de Stanford, podcaster, suplemento guy, no solo es un referente: es un arquitecto de este nuevo modelo de masculinidad biohackeada.

Ciencia y podcast. La fama de Huberman viene por su programa Huberman Lab, donde disecciona estudios sobre salud, sueño, ejercicio y suplementación, con voz grave, cuerpo marcado y seguridad quirúrgica. Habla de protocolos, no de consejos y millones lo siguen al pie de la letra.

Lo que propone suena simple: mirar el sol por la mañana, entrenar en ayunas, sumergirte en agua fría, tomar magnesio, dormir 8 horas y repetir. Pero lo vende como ciencia de alto rendimiento y lo empaqueta en un lenguaje de autocontrol, mejora constante y masculinidad sin grietas.

Pero, ¿es fiable? No todo el mundo está convencido. El investigador Joseph Zundell (Harvard) ha señalado en Times cómo Huberman extrae conclusiones apresuradas de estudios con evidencia limitada. Muchos de los artículos que cita —en especial sobre suplementos o longevidad— están basados en modelos animales o son preliminares. Sin embargo, los convierte en “protocolos” con apariencia de certeza.

Y no hay que olvidar los conflictos de interés, ya que recomienda suplementos como AG1 (de Athletic Greens), una empresa con la que colabora activamente. Aunque se presenta como divulgador independiente, su contenido también forma parte del negocio del bienestar.

Incluso en el terreno más personal. Un artículo en New York Magazine recogió testimonios de ex parejas que lo acusan de comportamiento manipulador, relaciones tóxicas y contradicciones entre su discurso de salud mental y su vida privada.

¿Un bro más? Sí, pero con doctorado. Huberman encarna la versión universitaria del bro-fitness: cuerpo esculpido, control extremo y discurso científico. Es menos testosterona explícita, más papers revisados por pares. Sin embargo, el objetivo es el mismo: optimizar cuerpo y mente, y proyectar éxito.

Su presencia física no es secundaria: forma parte del mensaje. Y sus teorías se alinean perfectamente con los nuevos referentes de masculinidad online, donde cuidar la piel y hacer cardio convive con batidos de proteína y luz solar directa como si fueran dogmas. En su cruzada por la longevidad, ha enfatizado que hacer 150 minutos de cardio a la semana puede alargar la vida. Esa cifra aparece en varios episodios y entrevistas. Pero, ¿está realmente respaldada por la evidencia?

La ciencia detrás. Aquí es donde el entusiasmo choca con la complejidad. El dato de los “150 minutos” no es inventado, pero está descontextualizado. En los vídeos explica que entrenar en zona 2 —intensidad moderada, sin llegar al agotamiento— durante 150-200 minutos semanales mejora salud cardiovascular, metabolismo y función cerebral.

No obstante, un metaanálisis, publicado en el British Journal of Sports Medicine, analizó 26 revisiones sistemáticas de 199 estudios de cohorte: un total de más de 20 millones de observaciones. La conclusión general es clara: mayores niveles de fitness cardiorrespiratorio se asocian con una reducción significativa del riesgo de muerte y enfermedades cardiovasculares.

No hay una cifra mágica universal. Según Justin Lang (CHEO Research Institute), la respuesta al ejercicio varía entre individuos según edad, sexo, genética, salud y estilo de vida. Un atleta de alto nivel necesitará entrenar mucho más para mejorar su capacidad aeróbica. Alguien que empieza puede beneficiarse con solo caminar a paso ligero tres veces por semana.

Además, como advierte la cardióloga Jayne Morgan (Piedmont Healthcare), los beneficios del cardio no son lineales ni infinitos: más ejercicio no siempre equivale a más salud. El umbral depende de la condición física y de otros factores clínicos. De hecho, estudios como el publicado en Missouri Medicine ya hablaban de una curva J invertida: el ejercicio moderado protege, el exceso puede tener efectos adversos, especialmente en el corazón.

En resumen: sí, 150 minutos de cardio semanal es una buena referencia para la mayoría de adultos sanos, pero no es una fórmula cerrada para alargar la vida. La ciencia respalda la actividad física regular como factor de longevidad, pero con márgenes, adaptaciones y sin garantías absolutas.

El coste oculto del autocuidado masculino. El mensaje de Huberman —orden, disciplina, rendimiento físico— conecta con una ansiedad silenciosa que crece entre muchos hombres. Obsesionarse con la dieta, el cuerpo o el entrenamiento ya no se percibe como un problema, sino como fuerza de voluntad. Pero detrás de ciertas rutinas de autocuidado extremo, lo que a veces hay es control, culpa o miedo a fallar.

Como explica la periodista Noemí López Trujillo en Newtral, esta presión estética no se entiende solo en términos de imagen, sino como una extensión de las normas de la masculinidad tradicional: gustarse sin parecer afeminado, rendir sin mostrar debilidad, mejorar sin hablar de belleza. Por eso, muchos hombres buscan “maximizar” su físico en lugar de simplemente cuidarse. Y es ahí donde surgen fenómenos como el looksmaxxing, que disfrazan el malestar emocional con lenguaje de mejora, pero lo empujan hacia el aislamiento, la culpa o incluso la radicalización.

Hay algo a su favor. Andrew Huberman ha conseguido algo que pocos científicos logran: volverse viral. Ha llevado conceptos complejos al mainstream y ha despertado el interés de millones por el cuerpo, el cerebro y el envejecimiento. Pero su forma de traducir ciencia en protocolo tiene costes.

Sus afirmaciones, como la de los 150 minutos de cardio para vivir más, tienen base… Pero también muchos matices que rara vez explica. Y en un mundo saturado de ansiedad por la productividad, esos matices son esenciales. No todo lo que parece ciencia lo es. Y no todo lo que mejora tu salud necesita una rutina cronometrada a las 4:00 de la mañana.

Imagen | Pexels y TikTok

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