La NASA encuentra 'chicle espacial' y glucosa en Bennu: ya tenemos el ingrediente que faltaba para explicar el origen de la vida

Imaginen un rompecabezas cósmico, uno de los más grandes misterios de la existencia: el origen de la vida en la Tierra. Durante milenios, la humanidad ha mirado al cielo preguntándose si estamos solos, o si los mismos ladrillos que nos componen pudieron haber llegado desde las profundidades del espacio. Ahora, gracias a la inquebrantable curiosidad de la NASA y la impresionante misión OSIRIS-REx, una pieza fundamental de ese rompecabezas parece haber encajado. En las muestras prístinas traídas del asteroide Bennu, se ha descubierto no solo lo que algunos jocosamente llaman "chicle espacial" —polímeros orgánicos complejos— sino también glucosa, uno de los azúcares más vitales y omnipresentes en la biología terrestre. Este hallazgo no es solo fascinante; es un testimonio elocuente de cómo la vida podría haber encontrado su camino en nuestro planeta, y quizás, en otros rincones del universo. Es un recordatorio de que la vida, en su esencia más fundamental, podría ser un fenómeno cósmicamente universal, esperando ser descubierto o, en nuestro caso, ensamblado a partir de ingredientes traídos de lejos.

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