289 millones de jóvenes de la generación Z han sido despedidos o están sin trabajo: la crisis de los 'ninis' muestra un sistema roto
Publicado el 14/05/2025 por Diario Tecnología Artículo original
La Organización Internacional del Trabajo calculaba hace ahora dos años que "demasiados jóvenes" no estudian ni trabajan a nivel mundial, es decir, que son "ninis". La cifra ascendía a 289 millones a nivel global y eso se traduce, según los expertos de la OIT, a que son jóvenes que "no adquieren experiencia profesional mediante un empleo ni desarrollan sus habilidades mediante la participación en un programa educativo o vocacional".
Un año más tarde, la misma organización volvió a alertar de que uno de cada cinco jóvenes, o el 20,4% a nivel mundial era 'nini'. Ahora, en 2025, las cifras del Foro Económico Mundial muestran que la tendencia se mantiene o incluso ha empeorado: a comienzos de este año se calculaba que un 21,7% de los jóvenes estaban desempleados, sin estudiar ni recibir alguna formación, aunque las cifras son mucho más altas en economías de bajos ingresos. De todas esas personas, se calcula que hay un millónde jóvenes "nini", solamente en España.
Esto no solo supone un desperdicio de potencial económico, sino que también es probable que tenga un impacto duradero en los jóvenes afectados, dificultando su transición al mercado laboral en los próximos años, según la OIT. El mismo organismo internacional ha alertado de los futuros problemas que va a traer para todo el mundo tener a la juventud con trabajos precarios e incertidumbre de su futuro:
“Ninguno de nosotros puede esperar un futuro estable cuando millones de jóvenes de todo el mundo no tienen un trabajo decente y, como resultado, se sienten inseguros”, explicó Gilbert F. Houngbo, Director General de la OIT.
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Cifras peores que las de la crisis de 2008
En un gráfico compartido por la OIT se puede ver que la cifra de "ninis" está muy por encima del comienzo de la década de 2010 cuando el mundo vivía una crisis económica global, que había explotado en 2008.
Explican los expertos que, como se puede ver en las cifras, la pandemia por la COVID-19 exacerbó una tendencia que ya venía en aumento, ya que los jóvenes sufrieron mayores pérdidas de empleo que los trabajadores de mayor edad y abandonaron sus estudios debido a las dificultades en la educación, durante el periodo de las restricciones por la pandemia.
Es decir, que entre 2020 y 2022, años más críticos, las personas jóvenes sufrieron más despidos que los profesionales mayores, de acuerdo con los datos de la OIT.
Un mercado laboral que no se adapta a la juventud
Según declaraciones del experto Jeff Bulanda, de Jobs for the Future, el problema no está en los jóvenes, sino en el fracaso de la sociedad a la hora de actualizar sus sistemas: "La pregunta no es por qué se están desvinculando, sino por qué seguimos aplicando prácticas que claramente ya no funcionan".
Es decir, frente a las constantes quejas que vamos escuchando que apuntan a que la generación Z no se adapta a las empresas, hay expertos que alertan que es el mercado el que no se abre a toda una nueva cohorte generacional que está llegando de lleno al mercado laboral.
De hecho, el Banco Mundial recuerda que cuando se muestran las tasas de jóvenes que son "ninis", el término abarca de forma más amplia a los jóvenes con potencial desaprovechado, incluyendo a quienes desean trabajar pero no buscan trabajo (a menudo denominados "trabajadores desalentados").
Falta esperanza: hay incertidumbre y desilusión
El mismo Banco Mundial afirma que "los jóvenes de hoy se enfrentan a una creciente incertidumbre en sus esperanzas de lograr una transición satisfactoria en el mercado laboral, y esta incertidumbre y desilusión pueden, a su vez, tener efectos perjudiciales para las personas, las comunidades, las economías y la sociedad en general". Afirman que :
"Los jóvenes desempleados o subempleados tienen menos capacidad para contribuir eficazmente al desarrollo nacional y menos oportunidades para ejercer sus derechos como ciudadanos".
Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo ha analizado las razones por las que muchas personas jóvenes deciden no trabajar ni estudiar y ha concluido que falta esperanza porque no hay trabajos decentes. Además, en otro análisis ha hablado de que el mercado laboral, de cara a la generación Alfa, tiene exactamente 5 años para romper el ciclo que convirtió a los millennials y a la generación Z en “nini”. Los adolescentes de ahora son generación Alfa, un término que ya hemos analizado aquí.
Como ya ha recordado Br.ign, "en lugar de ver la evolución como una amenaza, tal vez sea hora de reconocer que cada generación aporta su propia contribución y que la transformación es inevitable".La idea es dejar de tratar el cambio generacional como un problema en lugar de como una parte natural de la evolución de la sociedad.
En España y Europa la situación es similar
Ya habíamos visto que la situación en España para la juventud es similar a lo que describen estos organismos internacionales: De acuerdo con cifras de hace unos meses de Opositatest, la mayoría de encuestados jóvenes afirma buscar estabilidad por encima del salario y vienen motivados por la dificultad que tienen para encontrar trabajo y la precariedad de las ofertas laborales con las que se encuentran al acabar sus estudios.
Además, las cifras han mostrado que la Gran Renuncia en España es real. Los empleados están hartos de la precariedad y dejan sus trabajos, aunque tengan contrato indefinido. Si miramos los números de por qué las personas con contrato indefinido se fueron de su trabajo, la mayoría fue por dimisión / baja voluntaria. Más de 10.000 personas alegaron agotamiento para dejar su trabajo.
En cuanto a Europa los datos apuntan a que hay empresarios desesperados por contratar en toda la región, pero no siempre encuentran el personal cualificado que necesitan. Al mismo tiempo, hay lo que se ha bautizado como la paradoja del mercado laboral actual: la balanza de poder nunca ha estado tan a favor de los trabajadores y, sin embargo, nos seguimos enfrentando a una grave pérdida de poder adquisitivo.
Imagen | Foto de Helena Lopes en Unsplash