Publicado el 13/09/2025 por Diario Tecnología
Artículo original
El rumbo que ha tomado la industria del automóvil hacia la electrificación de los trenes de potencia y un claro énfasis en la faceta tecnológica de los coches, está teniendo su repercusión en el mercado de coches usados, donde se empieza a dar un gran valor a según qué configuraciones y modelos dentro de la convencionalidad, como es el caso de la unidad protagonista de estas líneas.
Se trata de todo un Porsche, pero no de un 911, tampoco un Boxster o Cayman ni ningún otro deportivo de la firma, sino del Porsche Cayenne, concretamente la segunda generación del todocamino alemán, que estos días ha cerrado una subasta superando la última puja los 100.000 euros.
Han sido, concretamente,
125.500 dólares los que ha costado este Cayenne a su nuevo propietario, que al cambio resulta en unos 107.000 euros en el momento de redactar estas líneas. No fue, precisamente,
una subasta en la que la unidad no tuviera pretendientes, pues esta puja salió como la más alta de entre un total de casi 150.
Se trata de un precio que sorprende teniendo en cuenta que actualmente, en España, se pueden encontrar centenares y centenares de la segunda generación del Porsche Cayenne, tanto con motor diésel como gasolina en forma de V6 y V8. Entonces, ¿qué tiene de especial este Cayenne como para haber sido subastado por tanto?

Se trata, realmente, de una combinación de factores impulsados por el rumbo que ha tomado la industria, como comentado al principio de esta artículo. Para empezar, técnicamente se trata de un Cayenne muy particular. Es cierto que su motor es uno de los más básicos con los que se podía dar forma al modelo en su momento, un
V6 de 3,6 litros que entrega 299 CV. Se trata un motor, de hecho, que se ha podido llegar a encontrar incluso en un Volkswagen Passat, el R36, pero en un mundo de coches híbridos y eléctricos y motores térmicos turboalimentados, es un atmosférico con un orgánico y limpio sonido.
No es, por tanto, un propulsor demasiado especial, pero
encontramos en su cambio manual la primera particularidad de este Cayenne. Y es que, aunque estuvo ampliamente disponible tanto a un lado como al otro del charco, la realidad es que el acaudalado primer propietario habitual de un Cayenne no busca, precisamente, andar peleándose con una palanca de cambios y un embrague en su día a día, por lo que fueron muy, muy pocas unidades del SUV de Porsche las que salieron de fábrica con este tipo de transmisión. Por si hubiera alguien a quien pueda interesar, se debe saber que con un poco de suerte, en España no es demasiado difícil dar con una unidad así (el que escribe esas líneas ha tenido más de uno fichado en las distintas páginas de coches de segunda mano).

El segundo factor clave que ensalza un poco más la faceta purista de este Cayenne está en su combinación de colores. Para empezar, su cuero negro interior es una apuesta segura cuando se trata de no disgustar (aunque el acabado en madera ponga una nota discordante a esto) se conjuga con una pintura exterior que no es otra que la denominada como
Jet Green Metallic, Verde Jet Metalizado, para nosotros. Se trata de un color que llegó a estar disponible, aunque como opción, en la paleta de colores convencionales de Porsche en muchos modelos, pero a día de hoy sólo es posible optar a ella bajo el programa Paint To Sample de la firma alemana, que según qué modelo se está configurando, puede suponer un sobrecoste de unos 10.000 euros.
Mención especial también para las llantas, que son determinantes a la hora de definir una configuración como purista o no, pues aquellas acabadas en color negro o doble tono no son las preferidas por los acérrimos a lo clásico, y esta unidad, con el modelo de llanta opcional R
S Spyder acabadas en su tono metálico natural, no lleva la contraria en este aspecto.

El tercer factor reside en algo determinante dentro del mercado de los coches usados: el kilometraje. Con
64.000 millas declaradas en su odómetro, este Cayenne apenas acaba de superar los 100.000 km, lo que en un coche de hace una década apenas supone haber recorrido 10.000 kilómetros anuales.
Acabando de redondear esta puja, está la situación del mercado. Es cierto, tal y como señala Carscoops, que estos últimos tiempos se han subastado Cayenne similares a este, pero ninguno ha marcado todas las casillas del purista a la perfección como lo ha hecho este, ¿el motivo? Que ninguno ha marcado todas las casillas como lo hacía este, y teniendo el Cayenne un futuro eléctrico en su horizonte y
las primeras dos generaciones del modelo empezando a cotizarse alto en el mercado de segunda mano, resulta lógico que las configuraciones más deseadas empiecen a cosechar cifras de este tipo, aunque esta precisamente llame la atención por ser la primera en alcanzar un precio así de cara al público.
Imágenes del Porsche Cayenne