Después de 17 años usando muchos iPhone, estas son las siete cosas más útiles que hago para que la batería dure lo máximo

Desde el lanzamiento del primer iPhone en 2007, he sido un usuario ininterrumpido de estos dispositivos. Esto significa que llevo 17 años con un iPhone en el bolsillo, pasando por prácticamente todas sus generaciones. Durante este tiempo, he visto cómo evolucionaba la tecnología, cómo mejoraban las cámaras, los procesadores, las pantallas… pero si hay algo que se mantiene como una preocupación constante para cualquier usuario, es la duración de la batería. A pesar de los avances, la autonomía sigue siendo un factor crítico en nuestra experiencia diaria. Después de tantos años de ensayo y error, experimentando con ajustes y leyendo innumerables consejos, he consolidado una serie de prácticas que, personalmente, considero fundamentales para exprimir cada minuto de vida útil de la batería de un iPhone. No se trata de convertir tu teléfono en un pisapapeles, sino de optimizar su rendimiento sin sacrificar demasiado la funcionalidad.

La búsqueda de la autonomía perfecta es, en cierto modo, una quimera. Siempre queremos más, especialmente cuando las exigencias de nuestro día a día con el smartphone son cada vez mayores. Aplicaciones que consumen recursos, redes sociales, videollamadas, juegos… todo ello se traduce en un desgaste considerable. Pero he aprendido que, con disciplina y conociendo bien las opciones que el propio sistema operativo iOS nos ofrece, podemos hacer una diferencia significativa. Lo que comparto aquí no son trucos milagrosos, sino hábitos consolidados que me han permitido llegar al final del día con un porcentaje de batería aceptable, o al menos con la tranquilidad de que he hecho todo lo posible para prolongar su duración. Mi objetivo es que tu iPhone, como el mío, no te deje tirado en el momento más inoportuno.


La obsesión por la batería: una constante en el mundo Apple

Después de 17 años usando muchos iPhone, estas son las siete cosas más útiles que hago para que la batería dure lo máximo

Es innegable que la duración de la batería es uno de los talones de Aquiles de la tecnología móvil moderna, y el iPhone no es una excepción. Aunque Apple ha realizado grandes esfuerzos para optimizar tanto el hardware como el software, la realidad es que el uso intensivo, especialmente con las aplicaciones actuales, puede agotar la batería de un dispositivo en pocas horas. Durante mis primeros años como usuario de iPhone, recuerdo estar constantemente pendiente del porcentaje de batería, buscando enchufes y llevando cargadores portátiles a todas partes. Era casi una obsesión, una fuente de ansiedad digital. Con el tiempo, he comprendido que gran parte de esta preocupación se puede mitigar no solo con una buena gestión del hardware, sino con una comprensión profunda de cómo nuestras interacciones diarias y los ajustes del sistema operativo impactan directamente en el consumo energético.

Desde el iPhone 3G hasta los modelos Pro Max más recientes, he notado una mejora sustancial en la capacidad de las baterías, pero también un aumento exponencial en las demandas energéticas de las aplicaciones y funcionalidades. La llegada de pantallas OLED, la conectividad 5G, los procesadores neurales y las capacidades de realidad aumentada, si bien enriquecen enormemente la experiencia de usuario, también representan un reto constante para la autonomía. Por ello, la gestión activa de la batería no es solo un consejo, sino una necesidad. Los siguientes puntos son el resultado de años de observación y adaptación, buscando el equilibrio perfecto entre rendimiento y durabilidad. Son las herramientas que, a mi juicio, son más efectivas para mantener tu iPhone con vida el mayor tiempo posible.


Mis siete pilares para una autonomía prolongada

1. Gestión inteligente de las notificaciones

Este es, para mí, uno de los puntos más críticos y, a menudo, subestimados. Cada notificación que recibes no solo activa la pantalla de tu iPhone, sino que también consume energía al procesar el aviso, vibrar (si está configurado) y, en muchos casos, al descargar datos en segundo plano para mostrar una previsualización. Durante años, he sido víctima de la avalancha de notificaciones de todo tipo de aplicaciones: redes sociales, juegos, noticias, correos electrónicos. La solución que he encontrado es brutalmente simple pero efectiva: desactiva las notificaciones para todas aquellas aplicaciones que no consideres estrictamente necesarias o urgentes. No necesitas saber al instante que alguien te ha dado "me gusta" en una foto antigua de Instagram, o que un juego te invita a volver a jugar. Aprender a configurar las notificaciones en iOS es fundamental. Yo reviso esta configuración de forma periódica, silenciando nuevas aplicaciones que aparecen o ajustando las existentes. Es sorprendente la cantidad de energía que se ahorra al evitar que la pantalla se encienda innecesariamente decenas de veces al día. Mi recomendación es ser muy estricto con esto; solo notificaciones de apps de mensajería importantes, llamadas y alertas críticas.

2. Optimización del brillo de la pantalla y el modo oscuro

La pantalla es, con diferencia, el componente que más energía consume en un iPhone. Mantener el brillo al máximo durante mucho tiempo es un drenaje constante para la batería. Mi práctica habitual es utilizar el brillo automático, que ajusta la intensidad de la pantalla según la luz ambiental. Sin embargo, no me fío solo de él; a menudo, el brillo automático tiende a ser un poco más alto de lo que realmente necesito. Por eso, suelo mantenerlo ligeramente por debajo de lo que el sistema sugiere automáticamente cuando estoy en interiores o en ambientes con buena iluminación. Es un ajuste fino que se convierte en hábito. Además, y esto es algo que valoro mucho desde su implementación, el modo oscuro es un aliado increíble para los modelos con pantallas OLED (iPhone X y posteriores). Al utilizar tonos oscuros, los píxeles OLED simplemente se apagan, lo que reduce drásticamente el consumo de energía. Yo lo tengo activado permanentemente, salvo excepciones donde una aplicación no se ve bien con él. La diferencia es notable, especialmente si pasas muchas horas leyendo o navegando en entornos con poca luz.

3. Revisión de la actividad en segundo plano

Las aplicaciones en segundo plano son un vampiro de batería silencioso. Muchas aplicaciones, incluso cuando no las estás usando activamente, continúan actualizando contenido, descargando datos o incluso rastreando tu ubicación. iOS tiene una función llamada "Actualización en segundo plano" que permite a las aplicaciones hacer esto. Mi estrategia es ser muy selectivo con qué aplicaciones tienen permiso para realizar esta actividad. Voy a "Ajustes" > "General" > "Actualización en segundo plano" y desactivo esta opción para la gran mayoría de mis aplicaciones. Solo la mantengo activada para aquellas que necesito que me notifiquen de forma instantánea (como WhatsApp o Telegram) o que requieran mantener una conexión constante por alguna razón crítica. Gestionar la actividad en segundo plano es crucial para extender la autonomía. Piénsalo: ¿realmente necesitas que tu aplicación de fitness esté constantemente refrescando datos si no estás haciendo ejercicio en ese momento? Probablemente no. Esta medida puede extender la duración de la batería por varias horas al día.

4. Desactivación de la localización precisa y servicios innecesarios

Los servicios de localización son extremadamente útiles, pero también son grandes consumidores de batería. Muchas aplicaciones solicitan acceso a tu ubicación, a menudo sin una necesidad real para su funcionamiento principal. Mi enfoque es ir a "Ajustes" > "Privacidad y seguridad" > "Localización" y revisar meticulosamente cada aplicación. Para la mayoría, establezco la opción "Nunca" o "Al usar la app". Más importante aún, desactivo la "Localización precisa" para todas aquellas aplicaciones que no la requieren específicamente, como las apps del tiempo o muchas redes sociales. Saber tu ciudad es una cosa, saber tu calle y número exacto es otra muy distinta y energéticamente más costosa. También desactivo servicios del sistema que no uso, como "Alertas por ubicación" o "Mejoras del producto" en la sección de "Servicios del sistema". Es increíble la cantidad de pings de GPS que se evitan con una configuración adecuada. Un buen recurso para entender mejor cómo gestionar los servicios de localización es la propia documentación de Apple.

5. Uso estratégico del modo de bajo consumo

El "Modo de bajo consumo" es una herramienta que Apple ha perfeccionado con los años y que considero indispensable. No espero a que la batería esté en el 20% para activarlo; lo hago de forma proactiva. Por ejemplo, si sé que voy a pasar varias horas fuera de casa y tengo un 50% de batería, pero sé que no tendré acceso a un cargador, lo activo inmediatamente. Este modo reduce temporalmente la actividad en segundo plano, la velocidad de descarga de correo, los efectos visuales y otras funciones que consumen energía. No es una solución a largo plazo porque limita algunas funcionalidades, pero para esos momentos críticos en los que necesitas estirar la batería unas horas más, es salvador. Lo que hago es añadirlo al "Centro de control" para poder activarlo o desactivarlo rápidamente con un solo toque, sin tener que navegar por los menús de Ajustes. Es un pequeño gesto que marca una gran diferencia en la autonomía diaria. Conocer bien el modo de bajo consumo te dará una ventaja.

6. Mantenimiento de la batería en rangos óptimos de carga

Aunque las baterías de iones de litio son bastante robustas, no son indestructibles y su degradación es inevitable con el tiempo. Sin embargo, podemos ralentizar este proceso. Mi regla de oro es evitar los extremos: no dejar que la batería baje regularmente del 20% y no cargarla constantemente al 100%, especialmente si la dejas enchufada toda la noche. Apple ha introducido la función "Carga optimizada de la batería" en iOS, que aprende tus patrones de carga diarios y retrasa la carga más allá del 80% hasta justo antes de que necesites usar el teléfono. Yo la tengo siempre activada. Además, procuro no exponer el iPhone a temperaturas extremas, ni muy altas ni muy bajas, ya que afectan negativamente la química de la batería. Personalmente, evito usar el teléfono mientras carga si está muy caliente. Esta práctica no solo ayuda a que la batería dure más en el día a día, sino que también prolonga su vida útil general, manteniendo la "Capacidad máxima" en un porcentaje saludable por más tiempo.

7. Actualizaciones de software y su impacto

Finalmente, un punto que a menudo se pasa por alto: mantener el software de tu iPhone siempre actualizado a la última versión de iOS. Apple no solo lanza actualizaciones para añadir nuevas funciones o parches de seguridad, sino también para mejorar la eficiencia energética. Cada nueva versión suele incluir optimizaciones en la gestión de recursos y en cómo el sistema interactúa con el hardware, lo que a menudo se traduce en una mejor autonomía de la batería. Es cierto que, ocasionalmente, una actualización puede traer consigo un bug que afecte negativamente la batería, pero estos suelen ser parcheados rápidamente. Por lo general, los beneficios de tener el software al día superan con creces los riesgos. Yo siempre actualizo mi iPhone tan pronto como una nueva versión estable está disponible. Es una forma sencilla y pasiva de asegurar que tu dispositivo está operando con la mayor eficiencia posible y aprovechando las últimas mejoras de optimización que Apple ha implementado. Puedes comprobar las actualizaciones de iOS en la configuración de tu dispositivo.

Aplicar estas siete estrategias de forma consistente requiere un poco de disciplina, sí, pero los resultados son tangibles. No solo notarás una mejora en la duración de la batería de tu iPhone a lo largo del día, sino que también contribuirás a mantener la salud general de la batería a largo plazo. En mis 17 años de experiencia, he comprobado que estos ajustes, que van desde la gestión de notificaciones hasta el mantenimiento de hábitos de carga saludables y la actualización del software, son los más efectivos. Al final, no se trata de evitar usar tu iPhone, sino de usarlo de forma inteligente.

Espero que estos consejos, fruto de tantos años de interacción con los dispositivos de Apple, te sean de gran utilidad y te ayuden a disfrutar de tu iPhone sin la constante preocupación de quedarte sin batería.

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