Cuatro juegos que entrenan tu mente y te enseñan cómo piensa un ordenador

En la era digital, comprender cómo operan los ordenadores no es solo una habilidad para programadores, sino una competencia valiosa para cualquier profesional. No me refiero a dominar lenguajes de código complejos, sino a adquirir una mentalidad que se asemeje a la lógica implacable y el análisis sistemático de una máquina. Curiosamente, esta forma de pensar, conocida como pensamiento computacional, puede cultivarse de maneras sorprendentemente accesibles y, sobre todo, divertidas. ¿Qué pasaría si te dijera que algunos de los juegos más clásicos y aparentemente simples pueden ser tus mejores aliados en este viaje? Es fascinante cómo la estructura de un problema en un juego puede replicar los desafíos que enfrenta una inteligencia artificial o un algoritmo de optimización.

La accidentada presentación del primer robot humanoide ruso con IA: se desploma sobre el escenario

En la carrera global por la supremacía tecnológica, la inteligencia artificial y la robótica humanoide se han erigido como los estandartes de la innovación y el progreso. Gobiernos y empresas invierten miles de millones en la creación de máquinas capaces de imitar, e incluso superar, las capacidades humanas. Cada nueva presentación es esperada con una mezcla de asombro y escepticismo, y no es para menos, pues el camino hacia la perfección robótica está sembrado de desafíos monumentales. Recientemente, el mundo fue testigo de uno de esos momentos que, si bien son embarazosos para los involucrados, resultan enormemente ilustrativos sobre la complejidad del campo: la presentación del primer robot humanoide ruso con IA, que culminó con un desplome sobre el escenario. Este incidente, más allá de la anécdota, nos invita a reflexionar profundamente sobre las expectativas, las realidades y el arduo trabajo que implica llevar la ciencia ficción al plano de lo tangible.

Tiny11: Windows 11 sin bloatware ya está aquí

En un mundo digital donde la eficiencia y la privacidad son cada vez más valoradas, el concepto de un sistema operativo "limpio" resuena con fuerza entre los usuarios. Microsoft, con cada nueva iteración de Windows, ha tendido a integrar una cantidad creciente de aplicaciones preinstaladas, servicios en segundo plano y funcionalidades que, para muchos, caen en la categoría de "bloatware". Este fenómeno no solo consume valiosos recursos del sistema, sino que también puede plantear interrogantes sobre la privacidad y la experiencia general del usuario. Sin embargo, una solución impulsada por la comunidad ha estado ganando tracción, ofreciendo una visión alternativa: Tiny11.