El iPad Pro es mucho más que una tablet: superpotente, ligero y sin renunciar a una autonomía envidiable

En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, la línea que separa un dispositivo de consumo de una herramienta de producción profesional se ha vuelto cada vez más difusa. Y en esta convergencia, pocos productos personifican mejor esta evolución que el iPad Pro de Apple. Desde su concepción, ha desafiado las expectativas, pero con la integración de los chips de la serie M, ha trascendido la categoría de "tablet" para consolidarse como un dispositivo capaz de realizar tareas que hasta hace poco eran exclusivas de ordenadores portátiles de alto rendimiento. No es solo un lienzo digital o una excelente plataforma de entretenimiento; es una estación de trabajo móvil formidable, dotada de una potencia asombrosa, un diseño extraordinariamente ligero y una autonomía de batería que nos permite trabajar o crear sin las ataduras de un enchufe constante.