Una nueva esperanza para la hipertensión resistente y la enfermedad renal crónica
La hipertensión arterial no controlada, especialmente en su forma resistente, y la enfermedad renal crónica (ERC) son dos gigantes de la salud pública que a menudo caminan de la mano, exacerbando sus efectos y aumentando drásticamente el riesgo de eventos cardiovasculares adversos, insuficiencia renal terminal y mortalidad. Durante décadas, el manejo de estos pacientes ha representado un desafío clínico considerable, con opciones terapéuticas limitadas para aquellos que no responden a los tratamientos convencionales o que experimentan efectos secundarios intolerables. Sin embargo, estamos asistiendo a una era de descubrimientos prometedores que están redefiniendo el panorama del tratamiento y ofreciendo una nueva esperanza. Esta nueva etapa no solo se centra en controlar las cifras, sino en proteger órganos vitales y mejorar la calidad de vida de millones de personas.