La generación Alfa y el impacto de la tecnología en sus habilidades vitales básicas
Estamos siendo testigos de la formación de una nueva generación, la generación Alfa, aquellos nacidos a partir de 2010 y que, por definición, no han conocido un mundo sin internet, sin smartphones ni tabletas. Su realidad es intrínsecamente digital, una era de gratificación instantánea y acceso ilimitado a la información. Son nativos digitales en el sentido más puro de la palabra, y su relación con la tecnología es mucho más simbiótica que la de cualquier generación anterior. Sin embargo, esta inmersión constante en el mundo digital, si bien les otorga ventajas indudables en adaptabilidad tecnológica y acceso al conocimiento, está empezando a generar ciertas inquietudes entre quienes más tiempo pasan con ellos en sus años formativos: sus profesores. Es desde las aulas, ese crisol donde se forjan las mentes del futuro, donde emergen voces que señalan una posible afectación en habilidades que antes dábamos por sentadas, habilidades vitales básicas que son cimientos para un desarrollo pleno y autónomo. La cuestión no es demonizar la tecnología, sino comprender cómo su omnipresencia está reconfigurando el desarrollo humano y qué podemos hacer para asegurar que esta generación no solo sea digitalmente competente, sino también robusta en su capacidad de navegar el mundo real con destreza.